Aspiran a unir más a los cubanos
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¿Te gustaría asistir a un juego de Los Industriales?
JORGE EBRO
JEBRO@ELNUEVOHERALD.COM
Después de todo, Miami no es tan mala como la pintan, al menos según los trazos propagandísticos del gobierno de La Habana.
En medio de una controversia que parece no tener fin, los 10 veteranos que llegaron a celebrar los 50 Años de los Industriales se encuentran en la ciudad al amparo de amigos y familiares para una estancia que puede ser larga en tiempo y corta en horario de juego, si se llegan a realizar los dos partidos en Tampa los días 23 y 24, y la doble jornada del 25 en el parque de Homestead, este en dependencia de un acuerdo con esa ciudad que podría concretarse este martes.
Apretujados entre decenas de admiradores, las glorias de los azules no dejaron de reconocer el recibimiento cálido que experimentaron el domingo en la noche. Desde que Armando Capiró –el primer cubano en arribar a la marca de 100 jonrones en Series Nacionales– se asomara en su silla de ruedas a las puertas transparentes por donde llegan los viajeros internacionales, quedó claro que el encuentro era ya una realidad.
“No te voy a decir que no me lo esperaba, porque sabíamos que existen muchos seguidores de los Industriales en Miami, pero ha sido una sorpresa muy agradable’’, expresó Lázaro Vargas, ex tercera base y actual manager de la novena capitalina. “Queremos regalarles una fiesta deportiva a la gente de aquí, a todos. Incluso a aquellos que siempre querían vernos perder. Los Industriales siempre fueron así, generadores de emociones”.
Mejor no ha podido decirlo Vargas, quien pudo brillar pese a la presencia de Omar Linares, a quien muchos consideran el mejor antesalista y hasta el mejor pelotero en general de las últimas décadas. Los Azules siempre vivieron entre el amor y el odio en la isla en el aspecto deportivo, y ahora transitan por la cuerda floja en Miami entre aquellos que aplauden su presencia o los que la rechazan de plano.
Según muchas impresiones recogidas por El Nuevo Herald, las opiniones se dividen –sin términos medios– entre los aficionados a rabiar y que aseguran poder separar sin problemas el deporte y la política, y aquellos que consideran la visita como una maniobra lista para ser aprovechada por el régimen para provocar a los sectores más firmes contra los gobernantes cubanos.
Algunos de los opositores a la idea, incluso, tienden a aceptar la presencia de hombres como Rey Vicente Anglada, quien siendo un segunda base de excepcional calidad cumplió prisión por una acusación falsa de venta de juegos –sólo porque no denunció la salida en su momento del pelotero Bárbaro Garbey– , pero rechazan de forma contundente la invitación al ex jardinero Javier Méndez, al cual no le perdonan su agresión en los Panamericanos de Winnipeg 99 al exiliado de Miami, Diego Tintorero, quien se lanzó al terreno con una pancarta donde se leía “La Patria es de Todos’’.
Méndez, ahora, porta un mensaje de paz.
“Creemos que este juego unirá a los cubanos de acá y allá”, apuntó el pelotero del guante infinito en la pradera central. “En vez de rechazar el juego debíamos apoyarlos todos como si fuéramos una gran familia. La imagen que tengo de Miami es la de una ciudad donde mucha gente ama el béisbol, y donde tenemos muchos amigos que nos siguen, a pesar de la distancia. Ojalá todos podamos fundirnos al final en un gran abrazo”.
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