lunes, 23 de septiembre de 2013

Tradiciones trinitarias


Jorge Luis González Suárez
Cuba actualidad, Plaza, La Habana (PD) Una de las primeras siete villas fundadas durante la colonización española mantiene tradiciones que realzan nuestro folklore. Leyendas de Trinidad, del estudioso e investigador Pablo Dalmau Montesinos – Ediciones Unión, 1995 - nos narra algunas de estas imaginarias historias que forman parte de la cultura popular cubana.leyendas-trinidad
El libro recoge aquellas ficciones más conocidas en trinidad. Los mitos de los indígenas, los güijes, las madres de agua, las lloronas, los diablos, las brujas, las sirenas y los cuentos de los por qué, son algunos de los temas que aborda de forma concisa y amena.
Los relatos aborígenes inician la muestra. Aquí nos enteramos que este lugar fue ocupado por antecesores a la conquista. Sus dioses fueron Hullón (el Sol), Maroya (la Luna) y Okón (la Tierra). El astro mayor escogió al hombre y mujer más hermosos, llamados Masío y Mancanilla, les encomendó la procreación y los hizo responsable de la prosperidad, felicidad, pobreza o desgracia, por tanto la denominación india del sitio es el nombre de la mujer.
Nombres de nuestra geografía y especies de animales aparecen en estas narraciones.
Agabama- Manatí, uno de los hijos jimaguas de la primera pareja aparece como calificativo de uno de los ríos de la región. El manatí fue muy conocido y sirvió de alimento a nativos y españoles.
Manacas, una población del centro de la isla, es el nombre de una bella doncella que intervino ante Hullón para alejar el mal de la sequía y la tormenta. Hullón, compadecido, puso como barrera ante el dios Huracán las altas montañas de Guamuhaya.
Algunas de estas narraciones, como la de Caniquí, están basadas en hechos reales. Caniquí fue un negro nacido esclavo llamado Filomeno Bicunia. No le gustaba trabajar, solía robar y era muy pendenciero. Sus amos lo ingresaron en la Marina de Guerra y durante una reyerta hirió a un soldado. Escapó y se convirtió en bandolero. Llegó a Trinidad y se hizo famoso por sus robos en el pueblo. Celebraba su santo en la playa María Aguilar cuando lo sorprendieron y murió de un disparo en la cabeza. José Antonio Ramos le dedicó una obra con su mismo nombre.
Los güijes, esos personajes mitad Hobbit, mitad ET, no pueden faltar. Entre las fábulas que nos cuenta el libro están: "El Güije del Charco del Negrito", "Un Güije diferente", "El güije que fue enlazado" y otras más.
Se describe también a la "Madre de Agua" como "un majá poderoso y mágico, tan grande como una palma. Cuando envejece le salen barbas y tres tarros en la cabeza y a la edad de quinientos años o más, se arrastra hasta el mar y desaparece".
La gritona de Manacas es otra historia con elementos reales y trata de la rivalidad de los hermanos Iznaga. Uno, para sobresalir, mandó a construir una alta y hermosa torre, hoy símbolo en la región. El otro, en respuesta, hizo construir un pozo muy profundo con brocal de mármol de Carrara. La primera obra adquirió renombre, pero la segunda no, y por envidia, el hermano que construyó el pozo contrató a un hombre para seducir a su cuñada. Descubierta la infidelidad, la señora fue encerrada en esa atalaya. Enloqueció y sus gritos se oyeron hasta su muerte.
Podemos disfrutar de otras estampas irreales como los jinetes sin cabeza, diablos, brujas y los por qué, algunos con cierto elemento racista o los de corte humorístico. Todos los relatos nos dan una imagen de esas tradiciones comunes en Cuba.
La Trinidad real está hoy en sus calles y casas coloniales que conservan la historia de este sitio. Como ha sucedido en buena parte del país, aquí también ahora se explota por sus habitantes su cultura a favor del turismo para poder sobrevivir y obtener lo que el estado no les brinda. Así son ahora las cosas de mi patria.
Para Cuba actualidad: jorgelibrero2012@gmail.com

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