martes, 25 de noviembre de 2014

Güines: la pobreza censurada

Güines: la pobreza censurada

En Güines, la indigencia toma el color de sus habitantes. Se hace mestiza y negra. Son los barrios de La Bibijagua, Leguina y El Reparto

C2 TESTIMONIANTE QUE NO SE IDENTIFICO
Testimoniante que no se identificó (fotos Isis Márquez)
LA HABANA, Cuba. — Los orientales llegan a Güines sorteando las leyes que les impiden asentarse en La Habana.
Aquí están a pocos kilómetros de la capital. Sobreviven bajo el peyorativo de “palestinos” alrededor de  la comunidad Alejandría, a la salida del pueblo, por la carretera central, cerca del Central Azucarero Osvaldo Sánchez.
También los vemos en la Playa Rosario, en un lugar llamado La Bibijagua. Viven condiciones infrahumanas, en casuchas de llega y pon, mal hechas de madera y cartón, techos armados por pedazos de nylon y tejas de fibrocemento, sin luz eléctrica ni agua potable: Luchando la comida día a día.
“Vendemos lo que nos caiga en las manos –expresó un recién llegado desde Imias, Guantánamo– hay que caminar las calles desde que amanece hasta por la noche para poder llevar el dinero a la casa”.
En cualquier acera del pueblo, venden plátanos y boniatos, típico comercio del medioevo en pleno siglo XXI.
La pobreza censurada
La palabra pobreza, esta censurada en Cuba. Los medios oficiales eluden usar este término, para referirse a un sector poblacional que va en constante crecimiento.
C5 CALDOSA EN PLENA CALLE DEL BARRIO(ISIS MARQUEZ)  (1)
Caldosa en plena calle
En Güines, la indigencia toma el color de sus habitantes. Se hace mestiza y negra. Y la respiramos no solo en las favelasde llega y pon de las afueras, también en los barrios céntricos de Leguina y El Reparto.
Josué Pérez, promotor cultural y profundo conocedor de las dinámicas sociales de Güines, nos dice: “Hasta finales de la década de los ochenta del pasado siglo, la marginalidad era más cultural que propiamente material. La crisis de los noventa unió a ambas formas. En los barrios de Leguina y El Reparto el cierre de fuentes de empleo y el aislamiento social, convirtieron a estos barrios en guetos”.
En Leguina todos los días se parecen. Los rostros se repiten. En las esquinas, pasan de mano en mano los pomos plásticos o las botellas llenas de alcohol barato. Aquí el sexo vale, quizás, un plato de comida o el dinero para el arreglo del pelo o de las uñas. Los hombres lo pagan y hay mujeres dispuestas a venderlo. Sexo rápido, sin otra implicación que el sexo mismo.
En el barrio Leguina, los niños de once años ya conocen el valor de un peso en el  bolsillo y salen a lucharlo. Sus mayores sobreviven de las más diversas maneras.
C3 JOVENES EN UNA ESQUINA DEL BARRIO(ISIS MARQUEZ)
El no hacer nada en las calle de Güines


Cubanet diálogo con residentes que no se atrevieron a dar sus nombres:”Aquí se vive haciendo negocios como el de venta de manteca de cerdo o el de picadillo, que se revende por empleados de las TRD”,  expreso una ama de casa.
Un joven nos dijo: “Hay quien se gana la vida revendiendo implementos domésticos artesanales como palitos de tendedera, percheros, escobas, haraganes, sogas. Hay albañiles, plomeros, fontaneros. Todas las casas están construidas muy juntas una al lado de la otra.  Vives pendiente de la vida del vecino y el vecino sabe de la tuya. Pero la gente se ayuda. El que recibe algo “de afuera”, se lo vende a plazos al que no tiene para comprar al momento. Se comparte la comida. La pobreza repartida entre muchos, toca a menos.
La gente se recoge temprano en casa, para ver la novela en la televisión o el paquete de la semana. Todos esperan que el día siguiente sea mejor que el que acaba de concluir. Que no falten el plato de comida a la mesa.
Nadie espera nada del gobierno, ni de su prometido futuro luminoso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario