martes, 25 de noviembre de 2014

JOSE MARTI EN TAMPA

POR: GUIJE CUBA


El 25 de noviembre en la Historia de Cuba

• 1891 -


Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 665-664 nos describe los acontecimientos del 25 de noviembre de 1891 en la Historia de Cuba:
   “El nombre de José Martí en el año de 1891 no era ya el de uno de tantos cubanos emigrados del país natal en busca de ambiente de libertad. La misión de aquel a quien con razón se llamaba Maestro había sido revelada a sus discípulos. A despecho de la distancia, los patriotas advirtieron que Martí resumía en sí las aflicciones y ansias de Cuba. Y era que el se adentraba en los corazones de los demás en tanto el suyo, grande y tierno por excelencia, permanecía abierto a la patria y a sus servidores, para sentir como propios los dolores y júbilos de todos.
   “Tampa, la ciudad del Sur de los Estados Unidos, había acogido a miles de cubanos, mayormente torcedores de tabacos. Estos cubanos, entre los que había antiguos servidores de la independencia de la Isla, mantenían el culto patriótico fervorosamente. A ellos llegaron noticias relativas a las altas calidades de Martí, residente en Nueva York. Los cubanos emigrados, en Tampa no pudieron ser indiferentes ante la existencia de tamaño valor humano. Y mucho menos fue posible una omisión de tal índole encontrándose en Tampa un patriota del temple de Néstor Leonelo Carbonell.
   “Carbonell, fundador y presidente del club Ignacio Agramonte, invitó a Martí a que visitase a Tampa. No descansó hasta tener asegurado el viaje del alterador a La Florida. Y pudo sentirse satisfechísimo, pues con la aceptación de Martí se exhibió la actitud de sus compatriotas de Tampa, que, escuchando algo así como el clamor de Cuba irredenta, estuvieron prestos a demostrar su compenetración con el portavoz ilustre de la unidad de los revolucionarios cubanos.
   “Martí anunció a Carbonell en 24 de noviembre, desde Nueva York, su partida hacia Tampa, y a las cuatro de la tarde del día 25 era el telégrafo conductor de la grata noticia de que se hallaba muy cerca. A medianoche llegó el hombre extraordinario que traía la estrella y la paloma en el corazón. Centenares de cubanos aguardaban el arribo del huésped esclarecido. El acto de la presentación preliminar de Martí fue sencillísimo: breves palabras, ahogadas por la emoción, de Néstor Leonelo Carbonell, y breves palabras también de José Martí, a quien, coreando el frenético viva dado por Eligio Carbonell, la muchedumbre saludaba como prenuncio de una edad nueva.”

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