viernes, 19 de diciembre de 2014

UN DIA COMO HOY, EN LA HISTORIA DE CUBA: ELOY ALFARO Y EL HONOR DE HABLAR.

POR: GUIJE CUBA


Guije.com - estudios en la cultura y la historia de Cuba El 19 de diciembre en la Historia de Cuba

• 1895 -

- La Invasión Libertadora en Las Villas: Avanza de Jagüey (distrito de Cienfuegos) a Cabeza de Toro (Cienfuegos), en total 5 leguas recorridas.

- De Eloy Alfaro a la Reina de España.

Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 713-714 nos describe los acontecimientos del 19 de diciembre de 1895 en la Historia de Cuba:
   “En el conflicto de intereses que dificultaba la abierta ayuda de las repúblicas latinoamericanas a la causa de los patriotas de Cuba en 1895 correspondió a Eloy Alfaro el honor de hablar por los pueblos afines al de la Isla en términos enaltecedores para la solidaridad hemisférica. Alfaro asumió la función de jefe supremo del Ecuador cuando Cuba luchaba de nuevo por su soberanía internacional. De atrás él era amigo de preeminentes cubanos y simpatizaba con la transformación política de Cuba. En una carta a la reina María Cristina, regente de España, Alfaro --uno de los grandes caracteres y alteradores del Nuevo Mundo- señaló el modo de restablecer la paz en las Antillas.

   “En 19 de diciembre de 1895 la mano de Alfaro firmó y rubricó un documento sin par entre los que corrientemente ascendían al trono hispánico. El jefe Supremo habló a la Reina Regente un lenguaje llano, sincero y explícito. El motivo de la epístola era de suma gravedad: la contienda armada que arrasaba a Cuba. No menos gravedad revestía el objetivo de tan inusitadas letras: la expresión de que España debía allanarse a la demanda revolucionaria mediante el reconocimiento de la independencia de la Isla.

   “¿Por qué no aprovechar las lecciones ofrecidas por la historia de la emancipación de Colombia? Durante quince años Colombia había lidiado por su independencia, conquistada a costa de más de doscientas mil vidas, la casi total extinción de su riqueza y una deuda de doscientos millones de pesos. Preciso había sido mucho tiempo para que las antiguas colonias, ya constituidas en repúblicas, hubiesen reanudado y estrechado los lazos de amistad con la extinta metrópoli. España perdió la mayor parte de su comercio con América. ¿No habría evitado tan profundo quebranto oyendo el consejo de los estadistas británicos que la inducían a que ajustase la paz con sus posesiones rebeldes mediante el reconocimiento de su liberación, compensado con ventajas especiales de orden mercantil para la bandera hispánica? Estas reflexiones de Alfaro querían dejar sentado que el conflicto entre España y Cuba no podía terminar sino con el triunfo de los revolucionarios de la Isla. Si España acataba las enseñanzas de la experiencia, pondría a cubierto sus intereses y haría justicia a las aspiraciones de Cuba sin mengua de su decoro.
   
“La guerra de Cuba producía aflicción, y deber de humanidad era procurar que cesase tamaña hecatombe. La independencia de Cuba se hallaba aconsejada y reclamada por la democracia republicana que pugnaba por abrirse paso en el mundo de Colón, y deber de americanismo era interceder en favor de la transformación política de esta Antilla. El hombre de los deberes, el hombre que miraba a los deberes por cumplir más que a los derechos por obtener, satisfizo un deber de humanidad y un deber de americanismo cuando levantó su voz para solicitar de España la emancipación de Cuba.”

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