sábado, 23 de abril de 2016

La realidad de policlínicos y hospitales que el VII Congreso no mencionó


SALUD

JORGE ENRIQUE RODRÍGUEZ | La Habana | 22 Abr 2016 - 9:11 am. | 4

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Sala de espera en el Hospital Clínico Quirúrgico Manuel Fajardo. (GRANMA)
Ubicado en el municipio Marianao, el Instituto Cubano de Oftalmología Ramón Pando Ferrer es publicitado por el Gobierno cubano como "centro de referencia tanto nacional como internacional" en esa especialidad.
Es también sede, desde julio de 2004, de la Misión Milagro, donde "se preparan los médicos y personal de enfermería que participan" en ese programa dentro y fuera de la Isla.
Pero "ya no es el crisol de años atrás", dijo una especialista del centro. "Los pacientes ni siquiera imaginan las condiciones en que debemos trabajar aquí para salvar el día. Y todavía Raúl Castro culpa a Estados Unidos por la creciente emigración del personal médico cubano".
La doctora se refería a las palabras del general, en una parte de su discurso inaugural del VII Congreso del PCC, sobre la "emigración ilegal y desordenada de jóvenes", de la cual responsabilizó a la Ley de Ajuste Cubano, la política pies secos/pies mojados y el programa estadounidense que ofrece refugio a los médicos que escapan durante misiones en el exterior.
Una enfermera del policlínico Héroes del Moncada relató la "amarga experiencia" que vivió por un error en un análisis de sangre.
"Casi provoco una ruptura conyugal", aseguró. "Un análisis rutinario sobre VIH había dado positivo para una mujer. Me personé en su domicilio y quien me recibió fue su esposo. No supe cómo dar la noticia, pero no tenía otra alternativa. Fue tremendo lo que se armó".
"Ante la insistencia de la mujer de que aquello era imposible, recurrí a otra amistad de otro hospital para realizar un análisis urgente. Dio negativo. El desorden en los laboratorios clínicos es inmenso", dijo la enfermera.
Por su parte, una doctora del Hospital Clínico Quirúrgico Manuel Fajardo, aseguró que "llueven las quejas de pacientes con análisis alterados que al repetirlos dan negativo; desde un simple análisis para hemoglobina, o un exudado, hasta un triglicérido".
"Esto es resultado del poco personal especializado en los laboratorios clínicos, el traslado indebido de muestras de un centro hospitalario a otro y el desinterés de los implicados", aseveró.
Las fuentes hospitalarias consultadas pidieron el anonimato por temor a represalias.
Danilo Rodríguez, paciente con VIH desde hace más de 15 años, aseguró que la problemática de los análisis alterados "llega incluso hasta el IPK [Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí]".
"Mi pareja y yo nos atendemos porque queremos tener un hijo. Es inexplicable que un día las cargas virales están alteradas y al siguiente están bien. Y no solo es nuestro caso, otras amistades en la misma situación se habían quejado", afirmó Rodríguez.
"Como solución, decidimos entonces 'salvar' a una especialista del laboratorio para que custodiara, como un cancerbero, nuestras muestras. Mágicamente todo ha marchado bien; pero hubo un momento donde abandonamos la esperanza y resulta que era una mala manipulación del personal del laboratorio", añadió.
Yordanka B. Vidal apuntó que ya "ni siquiera tener 'relaciones' dentro de un hospital te salva de sufrir el desastre".
"A través de una amiga doctora, conseguí un turno para operarme un desprendimiento de la retina. Me apena confesar que pude pasar ante varias decenas de personas, incluso de provincias, que también esperaban turno para ser operadas, pero desgraciadamente en este país todo funciona con relaciones", confesó Vidal.
"Ya con la anestesia aplicada y todo el instrumental quirúrgico sobre el ojo, los especialistas se percataron de que las luces no funcionaban. Corrieron al salón de al lado, pero este igual estaba averiado. Al final, se trataba de un bombillo fundido que lograron encontrar casi al otro extremo del hospital. Mientras, yo corría el riesgo de quedar ciega del ojo si no actuaban de inmediato, como casi gritaba una doctora", relató.
El Gobierno sigue presentando los sistemas de salud y educación como logros de la revolución pese a la grave crisis que atraviesan ambos sectores desde los años noventa.
La realidad, "eufemismos aparte, es desastrosa", dijo una estudiante de quinto año en medicina en el Hospital Salvador Allende.
"Raúl solo tiene que darse una vuelta por cada hospital, cada policlínico y cada escuela… y quizás pueda aprender a llamar las cosas por su nombre", concluyó.

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