Confrontación

Instituto Memoria Histórica Cubana contra el Totalitarismo
Presenta
Confrontación



El libro  recoge testimonios de más de 300 personas que  participaron en la lucha contra el totalitarismo castrista.
Los relatos abarcan desde enero de 1959 a octubre de 1960.
Los alegatos de los declarantes exponen la evolución que sufrió la sociedad cubana y las diversas maneras en la que un amplio sector del pueblo enfrentó la dictadura.
La forma en la que se presentan los testimonios  es simultánea en el tiempo pero en espacios diferentes.  Los relatos en primera persona son reproducciones de entrevistas grabadas por el autor o algunas de las personas que participaron en la confección del libro.

Moderador. Ángel de Fana
Presentadores. Luis Felipe Rojas Rosalbal y Ramiro Gómez Barruecos.
Palabras del autor: Pedro Corzo
Hora: Miércoles 3 de mayo de 6pm  a 9pm. 
Lugar: New Professions Technical Institute. 4000 West Flagler St. Miami Fl, 33134(305) 461-2223. Entrada al estacionamiento por 41 Ave.


Pedro Corzo
Periodista
(305) 498-1714

NUEVO ACCION INFORMA


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Venezuela, plantados por la democracia




El continuado embate de los demócratas venezolanos contra la dictadura castrochavista ha limitado la capacidad operativa de ésta dentro y fuera del país y proyectado a la oposición como una alternativa de poder.
La participación ciudadana en manifestaciones contrarias al régimen demuestra que el  venezolano promedio no se ha dado por vencido y conserva la esperanza de conquistar un futuro mejor. Los muchos años de despotismo que ha padecido no han mellado sus esperanzas de cambiar el país, por otra parte la oposición, con independencia de sus desaciertos, sigue aprovechando los escasos espacios políticos que el régimen todavía no ha clausurado.
Las continuas marchas y protestas reducen la capacidad de gestión del régimen, hacen el país ingobernable y genera divisiones y conflictos entre las facciones que detentan el poder. Las acciones populares pueden ser el catalizador que quiebre la nomenclatura militar y civil, así que si las protestas alcanzan la dimensión y continuidad necesarias, es probable que algunos pretores del chavismo deserten del gobierno y otros hasta cambien de bandera en busca de su redención.
No hay dudas que es una estrategia costosa en vidas y bienes, empero es la única alternativa a una confrontación armada que sería mucho más traumática para la nación si se tiene en cuenta que la vía electoral está viciada por la parcialización, lo que determina que la oposición debe exigir un cambio completo de las autoridades electorales para que el fallo, en caso de que haya comicios, sea respetado por las partes.
Cierto que conducir el país a la ingobernabilidad lleva al régimen a recrudecer la represión y eliminar los limitados derechos ciudadanos, pero es un riesgo a correr y un incentivo para incrementar la ofensiva hasta dejar sin aliento a la dictadura. Lamentablemente es de esperar que se produzcan más incidentes trágicos pero en esta coyuntura la apuesta por la libertad demanda grandes riesgos para todos, además,  por ningún motivo el liderazgo de la oposición debe sugerir o disponer el cese de las protestas callejeras  y menos si se aprecia que la población está dispuesta a seguir enfrentado los peligros que implica combatir un régimen represivo.
Los movimientos desestabilizadores con alta participación popular han demostrado ser efectivos en el derrocamiento de gobiernos democráticos como ha ocurrido en Argentina, Bolivia y Ecuador entre otros países, y aunque falta por ver como inciden las protestas populares en una autocracia que cuenta con la  asesoría represiva de un régimen que lleva 58 años en el poder, hay  precedentes que las manifestaciones populares pueden causar rupturas en la clase gobernante, como fue el caso de Rumania por solo poner un ejemplo.
En Venezuela hay condiciones precisas para que la voluntad del pueblo logre la caída del gobierno. El proyecto chavista está francamente debilitado por la corrupción e ineficiencia y el respaldo del pueblo ha disminuido a niveles sin precedentes.
Internacionalmente la situación no es mejor. El país está endeudado y gobiernos e instituciones internacionales como Naciones Unidas han expresado gran preocupación por lo que acontece en el país como reflejan las declaraciones del alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad al Hussein, quien dijo que  "Mantener los espacios democráticos abiertos es esencial para garantizar que los derechos humanos están protegidos".
La continuidad gubernamental Maduro-Cabello, inspirados en las propuestas de Hugo Chávez, significara la agudización de la represión, aumento de la corrupción, una amplia política de confiscación de bienes y el cese de las libertades de expresión e información.
Políticamente el régimen buscara como eliminar la oposición legal. Suprimirá el pluralismo político e ilegalizara la gestión pública de las personalidades más notables que le adversen. Las parodias de democracia llegaran a su fin, porque gestaran una oposición que se ajuste a sus conveniencias.
Para esta gestión cuenta con las Fuerzas Armadas. Hay que tener presente que el gestor del actual modelo político venezolano fue un militar golpista. Maduro patrocinó un golpe de estado institucional usando como instrumento el Tribunal Supremo de Justicia, en consecuencia puede determinar en asociación con los colectivos paramilitares, las milicias, y bajo el mando del general Vladimir Padrino López o cualquier otro testaferro,  un cuartelazo que los mantenga en el poder para así no ir a la cárcel o al exilio.
Si la presión cesa, si el gobierno retorna a la situación previa a las protestas, es de esperar que el control social y político se incremente y en alguna medida procure instrumentar las reglas del socialismo real vigentes en Cuba, a fin de cuentas la aspiración de Hugo Chaves fue, y la de Maduro es, establecer en el país un  régimen como el de los Castro.


Pedro Corzo
Periodista
(305) 498-1714

PS 410




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Convocatoria del Exílio en Miami el 20 de mayo 2017

CRISTO O MAHOMA: LA OPCIÓN INAPLAZABLE


Por Alfredo M. Cepero
Director de www.lanuevanacion.com
Un amplio sector de los seguidores de Mahoma nos han hecho una nueva declaración de guerra. Se acabaron los tiempos de corrección política y de tolerancia suicida. La opción inaplazable es Cristo o Mahoma, ellos o nosotros. 
El mundo cristiano confronta en este Siglo XXI el más grande de los retos a su supervivencia desde las invasiones musulmanas de Europa que comenzaron en el Siglo VIII. Las más de 1,500 millones de personas que alegan ser seguidoras de Jesús de Nazaret, inspiradas por el idílico Sermón de la Montaña, se distinguen por su amor, dedicación y compasión hacia los demásJesucristo fue un apacible predicador que estableció una religión de verdad y misericordia y ordenó a sus seguidores a “amar a sus enemigos” y a invitar a toda la humanidad a venir a los pies de un Padre amoroso.
En marcado contraste, están las aproximadamente 1,200 millones de personas que alegan ser seguidores del Islam. Una religión que sacraliza la violencia, califica de enemigos a quienes no compartan su fe y considera que la voluntad de Dios es expandir el Islam por las buenas o por las malas. Mahoma fue un guerrero que ordenó el asesinato de centenares de sus adversarios y calificó de infieles sin posibilidad de salvación a todos los que no lo tuvieran a él como su profeta y a Alá como a su Dios. 
Esta forma de ver la relación del hombre con su Creador es la base para el tsunami de terror desatado en los últimos 20 años por ISIS, Al-QaidaBoko Haram otros engendros diabólicos similares. Un amplio sector de los seguidores de Mahoma nos han hecho una nueva declaración de guerra. Se acabaron los tiempos de corrección política y de tolerancia suicida. La opción inaplazable es Cristo o Mahoma, ellos o nosotros.
Desgraciadamente, la izquierda apaciguadora del mundo occidental y su prensa aliada se han negado hasta hace muy poco tiempo a reconocer el peligro y mucho menos a confrontarlo con sus mismas armas. Aunque el apaciguamiento se ha extendido a lo largo y ancho del Continente Europeo, los más tolerantes han sido países como Alemania, Francia, Italia, Bélgica y Suecia. 
Las cosas han llegado a tal extremo, que en muchos de estos países las áreas habitadas por musulmanes se han convertido en ghettos donde la policía tiene temor entrar, los ataques con granadas de mano son cosa frecuente, las mujeres permanecen encerradas y las ambulancias y carros de bombero necesitan protección policial. Dios ampare a los infelices que tienen que vivir en estos antros de fanatismo y odio.
Regresando a países específicos, vemos como Angela Merkel abrió de par en par las puertas de Alemania a las hordas musulmanas que escapan de los conflictos del Oriente Medio, Francia confronta la amenaza de los inmigrantes procedentes de sus antiguas colonias africanas, Bélgica ha sido objeto de ataques terroristas in precedentes en su historia, Italia recibió solamente en el fin de semana del último domingo de resurrección a 7,000 refugiados procedentes de Libia y Suecia insiste en ignorar el terrorismo islámico a pesar haber sido víctima de ataques recientes. Para los suecos, aceptar la amenaza del terrorismo islámico en su territorio equivaldría a reconocer que su política de ochenta años de extrema izquierda ha sido un absoluto fracaso. Y si por algo se distingue la izquierda en todas las latitudes es por su renuencia a reconocer errores y su insistencia en imponer su ideología. 
Ahora bien, la amenaza no está limitada a Europa. La prueba está en los brutales atentados perpetrados por el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en ingles) el domingo de ramos contra las iglesias en Tanta y Alejandría, Egipto, donde resultaron asesinadas 45 personas y 200 más fueron heridas. Estos ataques terroristas muestran indubitablemente la naturaleza de la creciente amenaza yihadista contra las minorías religiosas en el Medio Oriente.
Afortunadamente, muchos han empezado a reconocer el peligro y algunos a tomar medidas para conjurarlo. El presidente de Egipto, Abdelfatah Al-Sisi, reunió a los más prominentes clérigos musulmanes de la Universidad Al-Azhar en su despacho presidencial para comunicarles que "el corpus de textos e ideas islámicos que se ha sacralizado a través de los siglos" está "antagonizando al mundo entero. Acto seguido les ordenó que comiencen a trabajar en la modificación de un curriculum sobre cómo se enseña el Islam a los musulmanes en esa casa de estudios.
En la tradicionalmente izquierdista Europa, en respuesta a la creciente hostilidad de su ciudadaníacontra la amenaza islámica, varios gobiernos y líderes de partidos políticos están imitando el ejemplo de Donald Trump. Están denunciado el terrorismo y dando pasos para castigarlo y evitarlo. Según una encuesta de 10,000 ciudadanos efectuada por la empresa Chatham House, el 55 por ciento de los europeos están de acuerdo con Trump en que los inmigrantes musulmanes no deben de ser admitidos en el viejo continente.
Como resultado de este rechazo las cosas están cambiando. Los suecos han reducido las cuotas de inmigrantes musulmanes, Inglaterra avanza en su proceso de separarse de la Unión Europea y de su política migratoria, Italia ha puesto en marcha un plan para impedir la llegada de inmigrantes libios y Alemania ha comenzado a deportar sospechosos de terrorismo islámico. La Merkel sabe que su política de puertas abiertas podría costarle el cargo en las próximas elecciones. Por su parte, el Primer Ministro de Hungría, Viktor Orbán, fue quién dio los primeros pasos en este sentido cuando cerró su territorio a los inmigrantes musulmanes y condenó la política de apaciguamiento de la Unión Europea.
Pero el caso más ilustrativo de este cambio de política es el de Francia. En las elecciones efectuadas el pasado domingo, compitiendo entre un nutrido grupo de casi una docena de candidatos, una versión femenina de Donald Trump, la conservadora Marine Le Pen, quedó en segundo lugar con el 22.59 de los votos. La Le Pen y Emmanuel Macron, quién recibió el 23.32% de los votos, discutirán la presidencia en una segunda vuelta que tendrá lugar el próximo 7 de mayo. 
Al igual que Trump, Marine Le Pen ha sido subestimada por las encuestas que le dan 60 por ciento de los votos en las próximas elecciones a Macron. Ella, sin embargo, ha descrito a su adversario como el candidato de las élites políticas globales y se presenta a sí misma como la representante de un nacionalismo francés que ha sido ignorado por mucho tiempo. Ese mensaje rindió frutos en los Estados Unidos el pasado 8 de noviembre y podría repetirse el 7 de mayo en Francia.
Todo parece indicar que el mundo civilizado y cristiano ha entendido finalmente la verdadera naturaleza del Islam. Se ha dado cuenta de que el Islam no es una religión o un culto sino una forma de vida total, absolutista e intolerante. Que trae consigo componentes religiosos, legales, políticos, económicos, sociales y hasta militares. Por eso es la gran amenaza a nuestra civilización occidental en este Siglo XXI. Su penetración de nuestras instituciones abiertas y tolerantes pone en peligro nuestra seguridad nacional y nuestro modo de vida. 
Y no me vengan con la patraña de que la mayoría de los musulmanes son gente pacífica y que los yihadistas son una minoría dentro de esa religión. Porque esa minoría no existiría si una mayoría cobarde e hipócrita no se hiciera cómplice con su inaudito silencio. Si los llamados "musulmanes moderados" no se unen a nosotros en esta lucha de vida y muerte contra el terrorismo islámico no tenemos por qué tener contemplaciones con ellos. Los yihadistas islámicos tienen que ser enfrentados y derrotados con sus mismas armas. Porque, el que a hierro mata a hierro tiene que ser confrontado y muerto. 
4-26-17
La Nueva Nación es una publicación independiente cuyas metas son la defensa de la libertad, la preservación de la democracia y la promoción de la libre empresa. Visítenos en : http://www.lanuevanacion.com
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Repudio sí, paro general, NO!!!


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