domingo, 20 de julio de 2025

Un día como hoy, Julio 20, en nuestra lucha contra el castrismo.

Un día como hoy, Julio 20, en nuestra lucha contra el castrismo.

Dedicado a aquellos que dicen que en Cuba no se combatió el comunismo.

Comparta estas efemérides. Gracias.

PROHIBIDO OLVIDAR.

1960

Rafael Miranda Blanco es fusilado en Matanzas.

1961

Un incendio causa serios daños al Palacio de Bellas Artes de La Habana en momentos en que se celebraba una exposición de la República comunista de Checoslovaquia.

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El gobierno de El Salvador descubre una conspiración que debió estallar el día 26 con atentados personales y ataques a cuarteles de las Fuerzas Armadas del país.

1963

El estudiante Horacio Perdomo, miembro de un grupo opositor al régimen dictatorial es fusilado en Santa Clara, Las Villas.

1965            

Eulogio Ramiro León Ramírez “Ulises” es fusilado en Cárdenas, provincia de Matanzas. Estaba alzado en una de las guerrillas que operaban en la Ciénaga de Zapata. Fue juzgado en la causa 1025/65 de los tribunales de esa provincia.

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El insurgente Juan Padrón es fusilado en Matanzas.

1968

Una avioneta dejó caer bombas incendiarias sobre la refinería Ñico López de La Habana.

1970

Rogelio Recio y Alejandro Quirós son fusilados en la Prisión Kilo 7 en Camagüey.

1981

El CID (Cuba Independiente y Democrática inicia transmisiones radiales hacia Cuba desde distintos lugares de Centroamérica y el Caribe.

1988

Samuel Martínez Lara, Tania Díaz Castro y Ricardo Bofill fundan en La Habana el Partido pro Derechos Humanos de Cuba.

1992

Se constituye por personalidades internacionales, juristas, políticos y escritores en el Hotel Plaza de Madrid el Tribunal Internacional que juzgó al Tirano Fidel Castro. El documento acusatorio fue presentado por: Clara Abrahan (madre del mártir Pedro Luís Boitel), Roberto Pizano (FMPPC), Eusebio Peñalver, Rolando Borges (ExClub), Ernesto Díaz, Huber Matos, Ricardo Bofill, Georgina Sip (Sobreviviente de la masacre del Río Canímar), Padre Ofarril, David Moya y un médico belga que hizo estudios sobre gases letales utilizados en Angola por las tropas cubanas. 

1999.

Migdalia Rosado Hernández, Rolando Muñoz Yobre y Odalis Victores fundan la organización Tamarindo 34 por los Derechos Humanos.

2002

En Cifuentes se funda la Biblioteca Independiente Ramón Pérez Ramírez “Monguito”, guerrillero del Escambray quien fuera fusilado en 1963.

2015

Las secciones de Intereses de EE.UU. y Cuba en La Habana y Washington son declaradas Embajadas por ambos países en un movimiento desconocedor de las aspiraciones democráticas de los cubanos.

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REPRESORES CUBANOS VIVIENDO EN EU.

Fotos e informaciones tomadas de la página Represores Cubanos de la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba.

La Fundación invita al público a consultar la lista completa y a informarse sobre estos casos a través de su página web: https://represorescubanos.com/repressors?repressor-name=(en%20EE.UU.)

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117.- El Dr. Yoel Vázquez Ortiz fue jefe de la misión médica de Cuba en Caracas, desde cuyo cargo les hizo mucho daño a los médicos con los que trabajó en Venezuela antes de desertar en noviembre y trasladarse a México en busca de la frontera sur de EE.UU., denunció su colega el médico disidente cubano Alexander Jesús Figueredo Izaguirre.
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LOS CRÍMENES DE LA CABAÑA

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https://elvigiadecuba.com/los-crimenes-de-la-cabana/

Redacción24/04/2025C

La cabaña vivió días sangrientos al mando del Che Guevara, tras la toma por los barbudos en 1959.El cura de la foto es el capellán de la misma, el padre Javier Arzuaga, quien fue testigo de los últimos momentos de vida de muchos prisioneros ejecutados allí en 1959.

Arzuaga dejó testimonio de aquella etapa oscura en su libro ‘Cuba 1959: La galera de la muerte’, donde narra, desde una perspectiva profundamente humana, lo que vivió durante los primeros meses de la llamada revolución castrista.

A continuación, una de sus memorias más conmovedoras, relatada en una entrevista concedida al programa Magazine Cubano:

José Castaño

«José Castaño era un hombre culto, versátil, con inclinaciones hacia lo esotérico. Creía en la magia negra y la magia blanca, y tenía una conversación fascinante, aunque no profesaba la fe cristiana.

Desde que llegó a la galera de la muerte me dijo con respeto:

—Sé que aquí se reza, y no me opongo, pero le pido un favor: no se meta conmigo ni con mi fe, déjeme tranquilo.

Le llevé a un amigo mío, profesor de Filosofía, y pasaron toda una tarde conversando.

Cuando llegó su juicio, fue condenado a muerte. En la apelación, el Che Guevara ordenó que fuera fusilado esa misma noche. Al enterarme, iba a comunicarle la decisión cuando se me acercó Duque Estrada y me dijo:

—Padre, acompáñeme. Tenemos que ver a Fidel Castro para detener esta ejecución.

Nunca supe por qué. Un abogado me comentó que podría tratarse de un canje de prisioneros con Estados Unidos, cosa que nunca creí.

Fuimos a ver a Fidel, quien estaba dando uno de sus interminables discursos. Nos mantuvimos al margen hasta que en un intervalo nos acercamos. Al oír la petición, Castro respondió sin escuchar realmente:

—Está bien, está bien.

Regresé a La Cabaña y le dije a José Castaño:

Fidel Castro dio el perdón, pero…

—Fidel Castro ha dicho que sí. Al parecer, el dueño de la vida te regala un día más.

Pero cuando terminó el discurso, alrededor de las tres de la madrugada, vinieron a buscarme. Pregunté:

—¿Qué decidió el Che?

La respuesta fue clara:

—Dijo que lo fusilaran.

El Che había dispuesto que ningún fusilamiento se realizara sin mi presencia. Al parecer, corría el rumor de que yo los hipnotizaba, que los hacía morir tranquilos, lo cual no era cierto. Aquella noche, José Castaño estaba solo frente al paredón. A un lado, los del pelotón charlaban y fumaban. Me pregunté qué podía decirle a ese hombre al que le había dado esperanzas.

Me acerqué, y él me dijo:

—No se preocupe, Padre. Ya los conozco bien. ¿Es allí donde se fusila?

Le señalé el poste. Me respondió:

—Pues vamos allá.

 Mientras nos despedíamos, recordé que me había pedido que no le hablara de fe, ni de Cristo, ni de Dios. Pero entonces me dijo algo que nunca olvidaré:

—Padre, quiero pedirle un favor. Usted sabe que no tengo fe, pero sé que voy a morir… y no sé qué hay del otro lado. ¿Podría prestarme su fe para morir?

Me quedé sin palabras. Rezamos un Padrenuestro, besó el crucifijo, me aparté… y con los ojos muy abiertos, fijos en Cristo, escuchó la voz de mando. Y cayó muerto.»


En La Cabaña.jpg



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