RÉGIMEN CASTRISTA TOCA FONDO EN SU CRISIS
Por Redacción
Ayer, 11 de febrero, el diario oficialista de la dictadura comunista de Cuba, Granma, informó que el INDER, la entidad encargada de los deportes y la recreación decidió suspender todos los eventos nacionales que se están realizando y posponer los relacionados con el fútbol, el ciclismo, el softbol, el baloncesto y el beisbol, de todas las categorías.
Para los regímenes comunistas, el “circo” (los deportes y la recreación) constituye una parte importante de su política oficial para que el pueblo se olvide, aunque sea por momentos, de la larga cadena de penurias que tiene que soportar y no piense en buscar vías para sacudirse el oprobioso y empobrecedor sistema comunista.
Suspender el circo es una muestra inequívoca de que la crisis económica en Cuba tocó fondo. La otra evidencia que confirma la gravedad de la situación son los apagones constantes y prolongados que tanta ira causan en la población. Los cortes de electricidad tienen efectos multiplicadores: Cortan el bombeo y suministro del agua, paralizan la actividad industrial, causan pérdidas importantes en los productos almacenados que requieren refrigeración y originan calles oscuras que facilitan las actividades criminales, una criminalidad que se ha disparado exponencialmente debido al aumento de la pobreza.
Mientras tanto, el “puesto a dedo”, Miguel Díaz-Canel, está dedicado a pasear por toda la isla para -según dice- conocer los problemas que tienen los municipios, como si no supiera que los problemas en Cuba tienen un solo nombre: sistema comunista. Y lo peor es que no tienen solución. Se terminó el subsidio soviético, se arruinó el sustituto, Venezuela, y los chinos no están dispuestos a mantener la hambreada isla.
La economía castrista tocó fondo porque, además, no tiene créditos en ninguna parte. No los tiene porque no le pagan a nadie. Ni siquiera le ha podido pagar al Club de París que le concedió la renegociación más bondadosa posible: De una deuda de $11,100 millones, el Club les perdonó $8,500 y todavía están esperando un pago de los $2,600 millones que quedaron. Los rusos están en iguales condiciones: Le perdonaron el 90% de los $35,000 millones que el régimen comunista cubano les debía y no le han pagado un dólar de los $3,500 millones que quedaron.
Argentina les exige que paguen algo de los $2,800 millones que le debe. Japón también exige, y la lista de países es interminable. Además, enfrentan una demanda judicial en la Corte Real de Londres por los $1,300 millones que deben en deudas comerciales. ¿Cómo puede sobrevivir la dictadura comunista si el país está descapitalizado y no puede producir prácticamente nada? Sus industrias, o fueron destruidas como la azucarera y la de los cítricos, o fueron vendidas como la tabacalera.
La cantidad de problemas se multiplica por día y la crisis social inflama la posibilidad, casi inevitable, de otra explosión social. La inflación, según las cifras oficiales, es del 30%, los salarios no alcanzan para cubrir siquiera las necesidades básicas, el transporte está en crisis, el problema de la vivienda es insoluble y bajo frecuentes derrumbes de edificios. Y para empeorar el clima social, el régimen continúa fabricando hoteles de lujo para los turistas.
Definitivamente, Raúl Castro, Díaz-Canel y la cúpula octogenaria continúa apostando a que podrán contener la explosión social y están jugando con fuego. La experiencia del 11 de julio dejó una enseñanza que difícilmente se repetirá. La explosión de criminalidad que se observa en Cuba es un reflejo de la ira que inunda la sociedad. El régimen no parece darse cuenta que el pueblo ya se arrancó la venda y sabe quiénes son los responsables de sus miserias y problemas. El día final puede estar muy cerca. Las señales ya se ven.
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