domingo, 31 de enero de 2010
Según los Castro, José Martí era un criminal del estado.
Por Eduardo E. Rodríguez Candelario
Comunicador del OCPI
Por más de cincuenta años los Castro llevan crucificando, todos los días, al apostol José Martí. Ni siquiera unas flores o, un acto de una ceremonia, por parte de Las Damas de Blanco, es aceptado para tan merecida figura iluminaria. Sin embargo los miles de cubanos, inspirado por los escritos de Martí, son ahora los nuevos próceres de la patria; al emularse todos los días, sacrificando el todo por la patria en las masmorras dantescas de las cárceles cubanas.
A estos heroes nacionales, luchadores incansables por los derechos humanos, son los mártires a las que el comunismo, no solo en Cuba, pero en el mundo entero, a las que han estado clavando diariamente las manos en la cruz del calvario por más de medio siglo.
Palabras que han quedado plasmado en los anales de la historia cubana como inspiradoras y, imprimida no solo en centenares de libros, pero en las mentes de todo aquel que ha sabido apreciar el talento humanístico de tan distinguida personalidad. Ideas liberales, que han puesto al régimen castrista a la defensiva por considerar los escritos de Martí una amenaza a sus intereses personales y criminales. Poniendo en jaque el comunismo la seguridad, no solo nacional, pero la del mundo entero al borde de la catástrofe.
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