miércoles, 2 de junio de 2010
BBC Mundo: En Venezuela el dólar “vuela” en el aeropuerto
ND.- BBC Mundo publica un reportaje, firmado por Yolanda Valery, acerca de cómo se mueve el mercado permuta en el aeropuerto de Maiquetía. Explica el reportaje que son los “maleteros” los que manejan el negocio. Unos ofrecen los dólares en voz baja, otros lo hacen sin miramientos. Sobre el riesgo de ser apresados por el Servicio de Inteligencia Nacional, Sebin, uno afirma: Tú sabes cómo es. Uno le paga su broma para que lo dejen trabajar a uno y ya. Todo es una rutina”.
opinan los foristas
Esto a propósito de las prohibiciones que tiene el Gobierno nacional para la transacción con la moneda extranjera.
A continuación el texto completo:
“¿Dólares, bolívares?”, le cuchichean algunos “maleteros” al viajero recién bajado del avión, mientras lo asisten con su equipaje, camino a un taxi. Otros son más evidentes y ofrecen “mejores tasas” casi a voz en cuello. Parece que en el aeropuerto internacional de Maiquetía, en Caracas, las restricciones oficiales a las transacciones con dólares “se acatan pero no se cumplen”.
Este lunes se cumplieron las dos semanas desde que, por orden gubernamental, el mercado paralelo de divisas se mantuvo congelado, mientras se establecía un nuevo sistema controlado exclusivamente por el Banco Central para acabar con la especulación.
Pero el sistema, y los términos y condiciones en que funcionará, no está listo. Lo que supone una ganancia para los operadores del mercado negro que, como le dijo uno de ellos a BBC Mundo en los pasillos de la terminal aérea con aire despreocupado, “sigue bien, está todo normal”.
Esto aunque la Guardia Nacional ha estado implementando operativos para apresar a los vendedores, que, después de todo, funcionan al margen de la legalidad.
Por los altavoces
“Se recomienda a los pasajeros que deseen cambiar sus divisas, utilicen las casas de cambio”, dice cada tantos minutos una voz sedosa por los altavoces del aeropuerto. Pero para algunos ésta no es una opción. O no es la más “rendidora”.
El mercado paralelo era un mecanismo legal al que acudían quienes por una u otra razón no tenían acceso a las cuotas oficiales de dólares preferenciales. Para ello utilizaban los servicios de una casa de bolsa, que los obtenía intercambiando en el extranjero bonos del gobierno en bolívares por otros denominados en dólares. Por esto se le llamó también “mercado permuta”.
CUOTAS OFICIALES
Turistas: quienes viajan al extranjero pueden obtener hasta US$ 3.000 al año, según destino.
Remesas: se puede enviar hasta US$ 300 mensuales a ciertos familiares en el extranjero.
Importadores y comerciantes: tienen derecho a solicitar divisas si su producto entra en una lista de prioridades establecida por el gobierno.
Trámites: todas las transacciones anteriores se efectúan tras la presentación de numerosos documentos y están sujetas a los plazos de entrega de la Comisión de Administración de Divisas (CADIVI).
Secreto a voces
Mientras se toma un café en el área de restaurantes, un empleado de una aerolínea internacional le confirma a BBC Mundo que “los maleteros son los que tienen el negocio de los dólares”.
“Ayer se llevaron a un compañero mío”, dice un maletero de unos 60 años, habiéndose asegurado de que le está hablando a un periodista y no a un policía vestido de civil. Él no estaba ofreciendo nada, pero el guardia le sacó los dólares, con dos testigos, y cuando mi compañero aceptó cambiárselos le sacaron la ‘chapa’ (identificación)”.
“Eso (de la compra-venta de dólares) se acabó aquí, se acabó aquí”, repite, hermético, otro maletero, que no le quita el ojo a dos guardias ubicados a unos metros de distancia. “O serán que lo hacen disfrazados”, agrega.
“Eso (de la compra-venta de dólares) se acabó aquí, se acabó aquí”, repite, hermético, otro maletero, que no le quita el ojo a dos guardias ubicados a unos metros de distancia. “O serán que lo hacen disfrazados”, agrega.
Un poco más retirado, un operador que dijo llamarse “Papelón” está mejor dispuesto a contar los detalles del negocio. “No todos los maleteros están metidos en esto, pero si usted se mete, tiene que saber cuándo salirse”, señala.
“Papelón” explica que la policía política (Servicios Bolivarianos de Inteligencia, Sebin) se ha “llevado a unos cuantos, porque también hay los locos que meten dólares falsos”. En consecuencia, el mejor consejo es “comprar a alguien de confianza”. Dar el nombre real y un número de teléfono parece que bastan en este negocio de informalidades.
En el área de salidas, sin embargo, parece haber menos presión. “Venga, jefe, yo le doy mejor tasa”, dice otro maletero, sotto voce, a un grupo de italianos, que lo miran con desconfianza y declinan la oferta.
Unos pasos más adelante un joven que no lleva uniforme va pregonando “¡dólares, dólares!” sin ningún empacho. Después de que me dice la tasa del día que supera con creces a la oficial – “no han abierto la página (web), esto es un riesgo” –, le pregunto si no tiene miedo de que lo “agarre” el Sebin.
“No, vale –me contesta -. Tú sabes cómo es. Uno le paga su broma para que lo dejen trabajar a uno y ya. Todo es una rutina”.
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