martes, 28 de septiembre de 2010
Desde Madrid
Grace Piney.
(Martí Noticias, Grace Piney, 28/09/10) - Cuando se habla de Cuba, de la falta de libertad de expresión y de información algunos reaccionan "reactivamente". Con respecto a las ideas de "terrorismo de Estado" y "genocidio" es aún más acusada esa reacción, incluso los medios de comunicación y los políticos utilizan o aceptan que sean empleadas con mucha cautela.
Podría parecer increíble pero aún hay quienes defienden la dictadura castrista y sus métodos y quienes temen llamar a las cosas por sus nombres. Por suerte, creo que cada vez son menos; podría ser que fueran quedándose sin argumentos. Aunque no, no nos hagamos ilusiones: quienes han defendido la dictadura castrista como "Revolución" casi siempre lo hacen al modo de los fanáticos, por tanto, no necesitan argumentos; pero, a veces, fuerzan la retórica lo suficiente como para vestir a su santo. ¡Es que la retórica da para mucho!
Cuando se habla de la falta de libertad de expresión y de información, de cómo se encarcela el pensamiento cuando se encarcela a los periodistas, cuando los escritores, y artistas en general, tienen unas pautas claras que precisan: "dentro de la Revolución todo, fuera de la Revolución nada" los defensores del castrismo sacan sus pancartas. Esas pancartas hablan de la violencia, la pobreza, la corrupción y de la injusticia en el resto del mundo. Entonces, recuerdan la cantidad de periodistas agredidos en EEUU, México, Colombia, Chile, Argentina. Casi siempre prefieren mencionar únicamente a EEUU porque en los países latinoamericanos la violencia parece ser "de otro tipo". Entonces, los vemos saltar hacia el otro lado del mundo, en el que hace demasiados años una guerra sucede a otra y, a veces, coinciden en el tiempo. Por tanto, son contextos en los que muchos periodistas son víctimas ya sea por el hecho de ser periodistas o porque, estando en medio de un conflicto bélico, les toca la bala que se pierde o la bomba que estalla casi por rutina.
Según el barómetro anual que hace Reporteros sin Fronteras sobre la libertad de prensa, en lo que va de año 26 son los periodistas muertos en una u otra circunstancia, más 2 colaboradores; 158 periodistas y 9 colaboradores encarcelados y 112 net ciudadanos encarcelados (supongo este dato oscilante porque en Cuba, por ejemplo, suelen entrar y salir de la cárcel, en ocasiones, con mucha frecuencia).
En Cuba la falta de libertad de expresión e información no se limita sólo a los periodistas, el resto de la población tampoco puede expresarse, no tiene derecho a la libertad de pensamiento y opinión y no se le reconoce su derecho a recibir ni difundir información. ¿Por qué hablamos, pues, de lo que ocurre con los periodistas? Porque estos son encarcelados, desterrados o amenazados con la posibilidad de "licencia extrapenal". Hablamos de ello, además, porque nos referimos a la libertad de prensa y a la gestión de la información.
Del periodismo en Cuba en estos momentos, a grandes rasgos, podríamos hacer un esquema que sería algo así:
Primero está el oficial. Normalmente periodistas de carrera que han pasado por villas y castillas y que han tenido que demostrar su filiación al Partido Comunista. Por si alguien no lo sabe: para acceder a la Facultad de Periodismo, en la Universidad de La Habana, han tenido que pasar, antes incluso que una prueba académica, una "prueba de aptitud". Que nadie se imagine que es una prueba de redacción. El programa de estudios es bastante decadente, de los peores (por no decir el peor, que sería muy terminante) de todo el sistema académico universitario cubano. Siempre recuerdo a una amiga que al graduarse me decía: "me he quedado sin neuronas, me las han molido todas; ya no sé ni pensar, sólo sé qué tengo que escribir y tengo claro qué no puedo escribir"; a partir de ahí comenzó a interesarle el periodismo de deporte.
En otra línea está el periodismo independiente: en algunos casos estas personas han tenido una formación académica en letras y humanidades. Algunos son periodistas, unos pocos graduados de Letras, de Derecho y de ahí en adelante hay periodistas independientes con formación académica y otros que no la tienen pero que intentan que cierta información se difunda.
Quienes defienden el castrismo esgrimen que no son periodistas, como los bibliotecarios independientes no son bibliotecarios. Sobre quienes no tienen una formación para ejercer el periodismo: ¡no olvidemos que el periodismo es un oficio y que se aprende!: algunos lo hacen cum laude, otros como pueden, pero se agradece igual: por una necesidad imperiosa de la información que transmiten. De esta necesidad el surgimiento de un proyecto cuyo nombre es justo y preciso: Red de Comunicadores Comunitarios, creada bajo la dirección de la opositora Martha Beatriz Roque. Cuando Martha Beatriz me habló del proyecto me dijo: "no son ni pretenden ser periodistas, son simplemente 'comunicadores' y tienen muchas carencias, algunas incluso de formación, que intentaremos cubrir en la medida de lo posible". A mí me conmovió profundamente, más aún cuando comencé a ver lo que escribían, primero que todo porque la humildad me remite inmediatamente a la grandeza y la humildad intelectual me habla de inteligencia.
¿Por qué surge el periodismo independiente si hay una Escuela de Periodismo normalizada y oficial? Precisamente por eso: porque es un periodismo "oficial", que no puede salirse de lo que está establecido. Porque cuando lo han hecho han perdido sus trabajos, sus prerrogativas de viajes y otras prebendas que sus trabajos de periodistas oficiales les propiciaban. Además, por lo ya mencionado: la necesidad de que se haga pública una información que no circula por los medios oficiales de prensa y que se censura.
Continuando con el esquema del periodismo en Cuba, que ampliamos ahora al concepto de gestión de información: Gracias a las nuevas tecnologías y a que muchos cubanos han encontrado el modo de acceder a ellas pese a todas las restricciones y a la represión, son muchas las personas que se están encargando de que la información circule. Por tanto, encontramos esa información en numerosos blogs que son mantenidos desde Cuba o desde fuera. Para conseguir que los textos se publiquen a veces tienen que hacer verdadera ingeniería porque desde Cuba no siempre tienen acceso a sus propios blogs. Pero al final, con mucho esfuerzo, esa información se emite y los textos son publicados en blogs, en webs institucionales y en otros medios de prensa… o, sencillamente, circulan por mailings entre los amigos e interesados.
El periodismo independiente ha ido encontrando, y creando, su espacio en los blogs (mencionemos al menos la notoriedad de la escuela de Yoani Sánchez para la formación de blogueros), en revistas independientes (son muchas, mencionemos sólo las dos que ha dirigido Dagoberto Valdés: Vitral y Convivencia que son, además, de las más conocidas), en las plataformas sociales (de las últimas y más curiosas: el proyecto de Yoani Sánchez para enseñar a enviar tweets y a publicar en facebook desde el teléfono móvil) y, seguro creará aún otros espacios.
Un espacio que sí que ha eludido tanto el periodismo independiente como la oposición en Cuba es el de la violencia. Que en el resto del mundo se encarcele a periodistas, se les asesine y sufran toda suerte de situaciones condenables no justifica que ocurra en Cuba. La libertad es un derecho impostergable y la violencia siempre engendra violencia.
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