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Por Pr Manuel Morejón Soler
El Vedado, La Habana, 20 de noviembre de 2010 (PD) “Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás.”
(Salmos, 128:2).
“El que siega recibe salario y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra se goce juntamente con el que siega.”
(Juan, 4:36).
La mitad de los cubanos se preguntan para qué sirve su inteligencia en un trabajo en el que sólo se aprecia su esfuerzo. La otra mitad se pregunta para qué dedican sus esfuerzos a un trabajo en el que ni siquiera hace falta su inteligencia.
Es de Dios que cada uno se desempeñe en el arte, oficio o profesión que no conoce, de ahí que el Señor ha dotado a cada hombre de un talento que solamente uno y Él conocen y por el cual no se escatimarán esfuerzos y aun la vida por su realización. ¿Cuántos no se han inmolado por amor a la labor que realizaban y aun cuántos no lo harán?
El trabajo en Cuba está limitado a un sustantivo que denota la acción de trabajar arduamente sin la remuneración debida (el salario mensual promedio es de unos 17 dólares) para que una minoría, la elite en el poder, disfrute del beneficio de la labor de los demás y no para lo que lo concibió Dios: para enjugar lágrimas, consolar dolores, arrancar víctimas al vicio, al crimen y a la muerte.
Desde Moisés y antes, se expresaba el fruto de la labor, así como también en la época del Nuevo Testamento (Éxodo 23:14-16; Juan 4:38). El reclutamiento de hombres libres para la labor (tributo laboral) en proyectos gubernamentales de edificación fue utilizado por Salomón (Primero de Reyes 5:13-17) y Asa (Primero de Reyes 15:22), pero todos colaboraban gozosamente así como en las primicias y los diezmos, pues estos eran para la gloria del Señor y así también eran bendecidos con sobreabundancia de bienes por su obediencia (Deuteronomio 28:1-14 y 7:12-24; Levítico 26:3-13).
Cuba no puede ser bienaventurada pues los tiranos han robado inmisericordiosamente los bienes del Señor (iglesias, colegios religiosos, conventos, etc.) y no se cansan de pedir más tributos al pueblo a través de sus llamadas “organizaciones políticas y de masas” y paramilitares, como las Milicias de Tropas Territoriales MTT), además de violar el mandamiento que reza: “Todo obrero es digno de su alimento” (Mateo 10:10).
imorejon@yahoo.es
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