domingo, 28 de noviembre de 2010

LOS BORDES DE CHOCO






Por Miguel Iturria Savón



El Cotorro, La Habana, 29 de noviembre de 2010, (PD) La Galería Villa Manuela extendió hasta fines de noviembre la exposición Los límites del borde, del pintor y grabador Eduardo Roca Salazar (Choco), quien según N. Echevarria “vuelve al dibujo e incursiona en la tridimensionalidad a través de un conjunto de figuras “escultóricas”, la inserción de “Coro” (2010), supone un punto de anclaje con muestras anteriores, en las que la colagrafia constituyó el eje estructural”.

Choco, como Fabelo, Mendive o Sosabravo, es un artista con sello propio e identidad, bastante sobredimensionado por cierto. Pertenece a la generación de los setenta y estudió en la Escuela de Instructores de Arte y en la Escuela Nacional de Arte, lo que unido a su talento y laboriosidad les abrió espacios institucionales dentro y fuera de la isla.

En su currículo figuran premios, menciones y reconocimientos por sus grabados en salones de Bulgaria, Cuba, España y Japón; exposiciones personales y colectivas dentro y fuera de nuestra isla y obras en colecciones de museos y fundaciones de arte de La Habana, Chicago, México, Palma de Mallorca, Tama y Kochi (Japón) y Alemania.

La representación humana constituye el centro de las once piezas que exhibe Choco, las cuales nos sumergen en la imaginaria intimidad de rostros oscuros y sincréticos, reafirmados en colores tierra, ciena natural, negro y el blanco como contraste. Sus rostros y cuerpos asimétricos -masculinos, femeninos o híbridos-, parecen decirnos que la belleza está en la información y el sentido artístico, acentuado por la relación de fondo y figura.

Aunque Choco estudió pintura y triunfó con sus grabados, hace años muestra preferencia por la colagrafia y las esculturas de papel encolado, lo que exige constancia, oficio y gusto por la meticulosidad manual, enriquecidas por la composición y el trabajo de color en cada entrega, cuya corporeidad y expresión infieren erotismo y vitalidad.

Por su simbolismo geométrico, “Reflejos” (2004-2010), conformada por cuatro piezas de técnica mixta y tamaño mediano, parece dado a través del cristal y no del agua. En dichos perfiles se evidencian los rasgos africanos, palpables en series anteriores de gran intensidad visual, como las esculturas “Juegos de cabeza” y “Bemba colorá”, afines al origen étnico del creador.

La escultura “Abrazos” (papel encolado de 158 por 40 y 22 centímetros), asimétrica y simbólica, acredita el dominio del cuerpo e infiere lecturas que parten de la sensualidad y las texturas de la pieza; mientras en “La siesta”, trabajo de fondo y figura, el color y la técnica realzan la expresión, enriquecida por rayas, líneas e indicaciones numéricas que insinúan mensajes ocultos.

En creaciones de técnica mixta como “Más allá del borde”, “El muro que nos rodea”, “El silencio” y “Torso”, Choco demuestra su maestría figurativa en la exploración de lo táctil, abordado en diversas esculturas, grabados y colagrafías que viajan a la intimidad desde el lirismo sutil por lo cotidiano, pero evaden otras realidades.

culturakiss@yahoo.es

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