martes, 27 de septiembre de 2011
El manual de normas aduaneras
Escrito por Odelín Alfonso Torna
Arroyo Naranjo, La Habana
27 de septiembre de 2011
(PD) El día 17 de septiembre, el mismo mes en que Cuba arribó a la cifra de 2 millones de turistas, según cómputos oficiales, la Aduana General de la República de Cuba lanzó un manual de regulaciones para viajeros nacionales y extranjeros titulado: “Normas aduaneras que todo viajero debe conocer”.
Esperemos que algún día, en igualdad de derecho, los viajeros extranjeros también estén sujetos a la Declaración de Valor o de Operación Temporal Sin Carácter Comercial.
Según el documento emitido por la Gaceta Oficial: “Las aerolíneas están obligadas a entregar la Declaración de Aduanas a todos los pasajeros a bordo de las aeronaves”.
El modelo consiste en un número de interrogantes que los pasajeros nacionales no residentes debe contestar, tales como las visitas anteriores, el último año que estuvo en territorio cubano, el motivo de su viaje, así como declarar el dinero en efectivo superior a los 5 mil pesos convertibles o el equivalente a cualquier otra moneda extranjera.
Las normas aduaneras, aunque según sus exponentes no “constituyen de por sí una fuente generadora de derecho”, son el resultado de un sinnúmero de insatisfacciones que por años han sufrido los viajeros: demoras en el servicio, hurto y apropiación de artículos personales, confiscaciones indebidas, multas excesivas y otras violaciones aduaneras.
Baste decir que las terminales aéreas de Cuba se han visto envueltas en repetidos escándalos de corrupción. El más reciente se dio a conocer el pasado martes 7 de junio, donde aparece un grupo de directivos, bajo el mando del ex Presidente de la Aeronáutica Civil, el general Rogelio Acevedo, sancionados por el Tribunal Provincial de La Habana, con penas de 10 a 3 años de privación de libertad por delitos de corrupción administrativa.
Es sabido también que turnos completos de la Terminal 3 de vuelos internacionales han sido despedidos porque uno o varios agentes delinquieron ante las cámaras de seguridad.
El gobierno cubano quiere mostrar al mundo “transparencia” en las fronteras, amén de que decenas de oficiales y empleados de aduana se corrompen cada año. Incluso, peca de ingenuo cuando pretende alfabetizar al viajero con normas, disposiciones y decretos que siempre se manejaron a nivel de agentes y funcionarios.
Dicho instrumento de consulta, imprime más deberes que derechos al tráfico de pasajeros desde y hacia Cuba.
Pero, ¿dónde están las normas que permitan demandar las irregularidades y el maltrato de los empleados de aduana sobre los viajeros?
Por el contrario, más bien se cuestiona el actuar de personas que durante el despacho aduanero, asuman cualquier actitud que impida el trabajo de la aduana en el ejercicio de su función de control: “El que amenace, calumnie, difame, insulte, injurie o de cualquier modo ultraje u ofenda, de palabra o por escrito, en su dignidad o decoro, a una autoridad, funcionario público o a sus agentes o auxiliares, en el ejercicio de sus funciones, o en ocasión o con motivo de ellas, incurre en sanción de privación de libertad de tres meses a un año o con multas de100 a 300 cuotas o ambas”.
Dicho así, los viajeros –sobre todo los cubanos residentes en el exterior que viajan con frecuencia a Cuba- serán objeto de sanciones administrativas y penales, y también de una serie de regulaciones a las importaciones sin carácter comercial.
Quizá pronto la Aeronáutica Civil distribuya un modelo de quejas y sugerencias para el viajero insatisfecho, sea cubano o extranjero. Tal vez así ganemos la cifra de dos millones mucho antes de septiembre del próximo año.
odelinalfonso@yahoo.com
Foto: Odelín Alfonso
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