lunes, 7 de noviembre de 2011

Cínicas peticiones a la ONU




Lunes, 07 de Noviembre de 2011 00:00


Escrito por Jorge Olivera Castillo


Habana Vieja


(PD) Desde dentro de Cuba se prepara el escenario para que más de 300 estudiantes de la Isla y de otras naciones apunten, con argumentos de diverso calibre, a la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Según el tono del anuncio y el lugar escogido para el tiro al blanco, se infiere que será un fuego cerrado contra la entidad internacional.

La cita fue fijada para el próximo mes de marzo en La Habana dentro de las actividades del XVII Modelo de Naciones Unidas (HAVMUN 2012), un foro creado con el objetivo de alentar cambios en este organismo, que el 24 de Octubre próximo cumplirá 66 años de fundado.

Entre los puntos a tratar, figura la promoción de la paz como requisito fundamental para el pleno disfrute de todos los derechos humanos por todas las personas, la consolidación de la paz mediante la adopción de medidas prácticas de desarme y la promoción de un crecimiento económico sostenible.

Si bien es cierto que el desempeño de la referida entidad mundial presenta un número no despreciable de fallos, hay que también tener en cuenta sus acciones positivas en cuanto a la solución de conflictos militares, crisis humanitarias y otras incidencias que afectan a millones de seres humanos.

Una reforma de gran calado dentro de la ONU, entraña esfuerzos que incluso podrían escapar de la voluntad de sus principales integrantes. No es fácil conciliar los intereses de la casi totalidad de los países que integran el planeta tierra.

Un error en esta hipotética transformación, por pequeño que fuese, podría romper el frágil equilibrio que existe en el mundo de hoy.

No hay que ser adivino para comprender la grave situación internacional. El hambre, las guerras, la contaminación ambiental, son solo muestras de la larga lista de calamidades que azotan a grandes segmentos poblacionales en África, Asia y América Latina fundamentalmente.

No creo en una convergencia de posibilidades que deriven hacia un cambio raigal en las estructuras de esta institución.

Hay análisis que tienden a ver las cosas en blanco y negro. Intentan convencer que una reforma de la ONU es algo tan sencillo como tomarse un vaso de agua. Por otro lado están quienes aseguran que las potencias son las que obstruyen todos los caminos que conducen a la democratización del organismo global.

Al observar el asunto sin las sombras de los prejuicios, se llega a la conclusión de que hay de todo un poco. Es decir que el gobierno de cada nación piensa en ganar influencia, mantenerla o al menos tener un mínimo de visibilidad, sin importar el tamaño de su economía ni su sistema político. Nada extraordinario si de humanos se trata.

El gobierno cubano es uno de los más beligerantes respecto al tema. No pierde tiempo en exigir una reforma profunda de la ONU. Lo que pide con tanto arrojo y perseverancia en la arena internacional se niega a cumplirlo fronteras adentro.

Es oportuno recordar que nunca ha habido elecciones libres desde 1959, ni parece que las habrá mientras gobiernen los mismos usurpadores. Por otro lado, continuamos sin poder expresarnos fuera de los escasos límites que imponen el partido comunista y su policía política.

A modo de conclusión, valga apuntar que la Declaración Universal de los Derechos Humanos, continúa siendo un documento problemático. Repartirlo en la calles es un delito punible. Eso no está en el código penal. Ni falta que hace.

oliverajorge75@yahoo.com

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