Capriles, usted fue presidente. Por: Alfredo Coronil Hartmann.
Por la Conciencia/Caracas, 14 de octubre
de 2012
Capriles, usted
fue presidente.
Por: Alfredo
Coronil Hartmann
Ha pasado una semana
desde las elecciones del 7 de octubre, lo cual invita a pensamientos mucho más
razonados que los que suelen nacer en momentos tan tensos y
frustrantes.
Muchas personas se me
han acercado para que manifieste mis ideas sobre este momento tan doloroso para
la democracia de Venezuela, de Latinoamérica y el mundo, ante los resultados
electorales del pasado domingo.
No tengo vínculos con
ninguno de los dos candidatos y como es de suponer de todo demócrata, guardo
profundas distancias con el totalitarismo mal maquillado de Hugo
Chávez.
Por lo tanto, mis ideas
no pueden llegarle a ninguno de los dos, si no es por esta vía pública. Valga
para todo el pueblo venezolano y el demócrata del mundo, este
mensaje..
Puedo hablar de
democracia, de política, de elecciones y de Estado, no sólo por formación
académica, por mis escritos, discursos y testimonios públicos a lo largo de 52
años de vida política, sino porque quienes me conocen, saben que tuve el
privilegio de haber nacido y haber sido criado por personas no solamente,
curtidas dentro de aquella Acción Democrática de lucha democrática y
antidictatorial, de clandestinidades, cárceles y exilio, además, tuve el honor y
la fortuna de haber sido el hijo político y afectivo del presidente Rómulo
Betancourt, otro padre que la vida me regaló, él mismo escribió que su
matrimonio con mi madre no había hecho mas que facilitar el encuentro que, en
cualquier otra circunstancia, habría igualmente desembocado en una relación que
lo convirtió para mi, además de un extraordinario amigo, en mi maestro y guía en
disciplinas, para ambos, fundamentales: el Estado, la política y la
democracia.
A Henrique Capriles le
di mi apoyo en estas elecciones, por cuanto representó una alternativa
democrática, frente al modelo totalitario y comunista de Hugo Chávez. No voté
por él en las elecciones primarias, pero más allá de que no comulgue con algunos
aspectos de la visión, que se intuye, tiene del Estado y su papel, hago un
absoluto reconocimiento a su talante democrático, honestidad, alto tenor humano
y enorme capacidad de activismo. Indiscutiblemente que su campaña electoral nos
retrotrae a los años previos del altamente discutible “marketing político”, que
tanto énfasis hace en los medios de comunicación, en vez de trabajar “puerta a
puerta”. Todos tenemos que darle nuestro más profundo reconocimiento a su
esfuerzo electoral.
El sábado 6 de octubre,
víspera de las elecciones, no podía dejar pasar el momento, para estimular a los
venezolanos a votar en tan vital fecha, por lo que acepté la invitación de mis
queridos amigos de la ciudadana asociación civil “Primer Poder”, a hacer una
pequeña carta que presentara un ensayo “El Silencio de los
Buenos”(que pueden ubicar en mi blog : http://pararescatarelporvenir. blogspot.com) el cual
les recomiendo leer. Allí verán, las verdades de una etapa vital de nuestras
historia en donde nacen los próceres de nuestra democracia y sus grandes obras
de beneficio colectivo, así como conocerán las diferencias entre candidatos o
mandatarios que sólo llegaron a la Presidencia versus estadistas que
multiplicaron a la Presidencia y el país.
Algunas de mis palabras
fueron: “… este 7 de octubre, en el momento de elegir un destino, ustedes van
a verse ubicados en alguna de las fechas históricas que se mencionan en este
ensayo; pudiendo así confirmar que la historia no son fechas, sino actos de
hombres que en alguna fecha crearon un nuevo destino.”.
Quiero establecer como
base de este mensaje a las últimas palabras del párrafo anterior: “…la
historia no son fechas, sino actos de hombres que en alguna fecha crearon un
nuevo destino.”. Bajo el régimen de Hugo Chávez, ni las circunstancias
políticas, ni electorales, ni estatales, son las normales de una democracia. Por
lo tanto, al asistir a unas elecciones tan desiguales, no se está concurriendo a
un acto democrático, sólo se reconoce el triunfo del “eterno”
ganador..
La contienda del 7/O no
fue entre dos candidatos, ni dos ideologías, ni dos partidos. La contienda fue
entre el dictador de un estado totalitario gobernante y el Presidente
electo de un estado democrático en oposición. He aquí el problema. Ud. Sr.
Capriles con las elecciones primarias de febrero, no se ubicó a la cabeza de un
estado democrático o como el máximo representante de un sistema democrático,
civilizador, progresista y pacífico, sino que solamente asumió el simple rol de
candidato en unas supuestas elecciones democráticas y así, con una muy pasiva
actitud, el mismo 7/O aceptó el resultado de un estado totalitario. Ese fue su
“Plan B”, aceptar la derrota.
Apenas hace unos días,
públicamente aceptó el abuso desmedido del estado totalitario que era de su
conocimiento, como lo es de todos. Su intento de derrotar a este régimen por la
vía electoral es noble, por lo pacifista; pero sabiendo reconocer la dificultad
obvia de su triunfo ante el monumental ventajismo de su contrincante, su “Plan
A” era su derrota y por ello –esa noche- ha debido estar preparado para asestar
el mayor “golpe mediático” contra el régimen, y aprovechar la mayor audiencia en
medios que iba a tener al momento en que Ud. hablara, como el “derrotado”. Justo
allí, Ud. iba a decir un mensaje que llegaría a quienes nadie ha podido llegarle
en todos estos 14 años, para no sólo representar a la libertad y al progreso,
sino también a Ud., al Presidente de la Venezuela de la paz, la democracia y el
progreso, ante la gran posibilidad de la desaparición física de Hugo
Chávez.
Permítanme explicarlo.
Henrique Capriles Radonsky, dejó de ser el Presidente de la democracia, al
perder la oportunidad de oro para, no solo mantener aglutinada a toda la
oposición, sino para multiplicar tal grupo, mediante la exposición de nuestros
reclamos, frente a un auditorio que como nunca antes Chávez le había permitido
tener en un momento de tanta expectativa como lo fue su posición ante los
resultados. Sus palabras hubiesen herido sensiblemente a la “fortaleza” de Hugo
Chávez, ante quienes están narcotizados con sus propagandas, pero que sufren
todas las calamidades que aquí se mencionan. Ellos también son venezolanos.
Víctimas de la misma miseria patrocinada por este régimen que les obliga a
aceptar chantaje, la coacción y el soborno.
Mi respetado señor
Capriles, el simplemente haber aceptado los resultados y el haber tratado de
consolar a los 6 millones y medio de derrotados, pudo haber sido una parte
trivial de lo que se debía decir, pero le insisto en una Venezuela democrática,
no en esta colonia de la Cuba castrista.
Su débil “mensaje”,
ante quienes esperábamos escuchar la voz del reclamo que a Ud. le fue asignado
en las elecciones primarias, rompió la vital unión de los al menos seis millones
y medio de votos que lo respaldaron. Hoy, entre frustraciones y confusiones
bastante bien fundadas, se cuestiona al resultado electoral y se divide a esa
millonada de votos en bandos que por tan trivial actitud suya hasta piensan en
abstenerse de votar en diciembre; y peor aún, en el momento en que toda
Venezuela estaba pegada a los televisores, no le llegaron todos los reclamos que
sufrimos todos los venezolanos, a quienes solamente reciben los edulcorados
mensajes que dibujan a un país de maravillas con fantasías mediáticas de la red
de medios de comunicación sumisa ante el régimen (y hablo de no menos del 70% de
la audiencia). Lamentablemente, Ud. perdió ese momento histórico. Un momento que
le hubiera confirmado como el valiente luchador de nuestras necesidades e
ideales. Ud. no estaba allí para solamente ganar o perder, sino para defender
nuestras necesidades e ideales. Ese es el papel de un estadista y no el de un
candidato a una alcaldía o gobernación, que reconoce su derrota y trata de secar
lágrimas ajenas. El momento era para defender a un modelo democrático, a un país
completamente destruido.
Para no crear
especulaciones que puedan invitar a malentendidos, permítame Sr. Capriles
exponerle un simple ejemplo de lo que un equipo de expertos políticos le hubiera
recomendado decir, en tan crucial e irrepetible momento (al menos a la vista de
los próximos seis años).
“Pueblo de Venezuela,
ciudadanos demócratas de Venezuela y el mundo:
El Consejo Nacional
Electoral, conformado mayoritariamente por militantes del partido de gobierno,
ha publicado oficialmente su primer boletín sobre los resultados de la elección
que ha convocado a todo nuestro país en el día de hoy.
Tales cifras de este
organismo comicial anticipan la victoria del candidato a la reelección y actual
mandatario, comandante Hugo Chávez Frías, lo cual acepto de manera
provisional, hasta tanto no se verifiquen los conteos, se diluciden
eventuales reclamaciones y se oficialicen los totales.
Soy un demócrata que
cree en las elecciones y si bien he decidido participar en estas, debo acusar
una serie de fallas en el sistema electoral que sugiero sean revisadas y
corregidas para evitar especulaciones dañinas a la vida democrática y pacífica
del país. Nuestro equipo electoral hará la revisión de los resultados del CNE y
conforme se pronuncien, se harán las sugerencias del caso. Mientras tanto,
considero que es imprescindible por el bienestar del país que pacíficamente
vayamos a nuestros hogares, para mañana continuar con nuestros deberes
cotidianos.
Si tal como se perfilan
los números, yo pierdo con demostrados resultados, no duden que democráticamente
aceptaré mi derrota. Sin embargo, de haber denuncias de irregularidades sin
respuesta apegada a las normas legales, apelaré constitucional y pacíficamente
ante las instituciones nacionales y de ser necesario internacionales, para que
se enmienden los errores y se subsanen las
irregularidades.
No puedo dejar pasar
esta oportunidad para decirle al pueblo de Venezuela, que en su totalidad me
sintoniza en este momento (algo que los medios del régimen no me permitieron
hacer durante mi campaña electoral), la mención de algunos puntos que quiero
reclamar en este momento ante Ud. comandante Hugo Chávez, como el presunto
vencedor y renovado presidente del país.
Quienes han votado por
mí, lo han hecho buscando grandes mejorías en problemas que han surgido o han
ido empeorando a lo largo de estos catorce años de su
mandato.
La inseguridad es la
más alta de nuestro continente, siendo los sectores populares los que ponen la
mayor cantidad de muertos diariamente. Las cifras ya compiten con las de la
Guerra de Independencia, en los mismos 14 años, son más de 160 mil familias las
que sufren el luto, muchas de la cuales confiaron en Ud. para tener una mejor
calidad de vida y sin embargo encontraron la muerte.
El sistema judicial y
penitenciario está en un perfecto caos, ello contribuyendo al fortalecimiento de
las organizaciones criminales y al aumento de la
criminalidad.
La presencia de grupos
terroristas en territorio nacional, más el incremento del narcotráfico nos
presentan ante el mundo como un país narco-complaciente, al punto de estar
infiltrado dentro de las fuerzas de seguridad pública.
Con su régimen hemos
perdido la independencia que tanta sangre le costó a Bolívar y los cientos de
miles de héroes que lucharon contra aquel Imperio “extranjero” y hoy somos
súbditos de un rey en Cuba, quien emplaza a sus comandantes y funcionarios para
dar órdenes a nuestros militares y funcionarios públicos; ello sin mencionar la
diversión de vitales fondos para nuestro desarrollo a países asociados al
Imperio Castro-Cubano.
La inflación nos
atormenta en niveles que los programas de asistencia popular no logran calmar;
el desempleo se esconde con misiones, pero no ofrece libertad a quienes quieren
buscar opciones de mejores ingresos en un abierto mercado laboral, ya no quedan
empresas que puedan absorber tal cantidad de personal; las expropiaciones por
causa de utilidad pública que contempla nuestro ordenamiento legal han sido
realizadas de manera arbitraria, injusta y completamente dañina para el aparato
productor nacional convirtiéndose en meras confiscaciones; al punto de haber
creado la enorme dependencia de importaciones, que a mucha mano de obra
benefician, en otros países. Los conflictos sindicales abruman a las
organizaciones estatales por la falta de cumplimiento de los compromisos y
pagos; los empleados públicos se sienten humillados al verse obligados a pagar
réditos al partido oficial e igualmente a asistir a eventos del mismo partido.
Los servicios públicos
están sufriendo el peor deterioro de nuestra historia; y pensar que tuvimos los
mejores de todo el continente, en cuanto a vías terrestres, puertos aeropuertos,
centrales hidroeléctricas para exportar energía a otros países, acueductos y
embalses en cantidades suficientes como para crear grandes desarrollos
habitacionales populares con todas sus comodidades.
La vivienda construida
en los cuarenta años de democracia civil, había alcanzado a casi millón y medio
de unidades, mientras que Ud. hasta el 2011 ha construido apenas algo más que
300.000.
PDVSA, la responsable
de haber pagado al estado más del 70% de su ingreso, es hoy la que debe pedir al
Banco Central ayuda para subsistir, en franco abandono de sus instalaciones, la
producción petrolera ha caído a menos de las dos terceras partes y dependemos de
la gasolina importada para mover al país.
Solamente con decirle
que durante el siglo XX, a pesar de los vicios que todos reclamamos a esos
gobiernos, fue cuando se construyó toda la infraestructura que hoy podemos usar
para nuestra civilidad y que lo que Ud. ha gastado en catorce años es más del
triple de todo lo gastado en 100 años, no es sino para exigirle a Ud. que haga
un cambio muy profundo, porque los resultados de su gestión son devastadores.
Ahora bien, permítanme
hablarle a mis seguidores. Tenemos el ideal de construir una Venezuela próspera,
pacífica y con igualdad de oportunidades para todos. Nunca vamos a abandonar
ese ideal. Hecho por el cual, seguiré estando en oposición a este régimen y a
todos los regímenes que impidan el sano y pacífico desarrollo de la democracia y
del mejoramiento de nuestras condiciones de vida.
Por ahora los objetivos
no han sido conseguidos. ¡Vivan la democracia y el
progreso!”
Espero que con estas
palabras haya quedado bien clara la diferencia entre un buen candidato y un
estadista; para decirle que son estos últimos quienes realizan los actos que se
marcan en la Historia. En estos momentos trascendentales las “salidas” exigen
formulas excepcionales.
Lo más probable es que
de haber pronunciado ese discurso, el régimen le hubiese querido meter preso o
someter a juicio por algún tipo de forjado delito, pero eso Ud. ya lo vivió,
así como lo vivieron miles de héroes hasta 1958. Probablemente el mismo
escándalo hubiera promovido su mensaje y me atrevo a asegurar que se hubiera
ganado la admiración de no menos del 90% de los venezolanos. Las verdades que
todos sufrimos lo defenderían de las mentiras del régimen. El momento pedía
valor para defender ideales.
Señor “Ex Presidente”
Capriles, como candidato hay que felicitarlo pero “…la historia no son
fechas, sino actos de hombres que en alguna fecha crearon un nuevo
destino.”.
Alfredo Coronil
Hartmann / Caracas, 14 de octubre de 2012
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