“¿Cual es el país del mundo (de los que están en los circuitos turísticos) en el que peor he comido en mi vida? No tengo ninguna duda: en Cuba", afirma en su blog del diario El País, Paco Nadal, periodista especializado en viajes, escritor y fotógrafo.
Nadal arremetió contra la escasez de alimentos, que resume los platos cubanos a arroz, frijoles, carne de cerdo “y unos camarones pequeños y congelados que no saben a nada”. Agrega además que “las carnes suelen rivalizar en lozanía con la momia de Tutankamón.”
No obstante, el periodista considera que lo peor de la cocina cubana es “la desidia de los restaurantes estatales, que son la mayoría. A veces, no sabes si los cocineros trabajan “para” o “contra” el cliente. (…) No he visto en ningún lugar del mundo tanta desgana, tanta apatía y tan poco cuidado con el producto que elaboran como en estos locales estatales de Cuba.”
Quienes único se salvan de la dura crítica del viajero español profesional son “los músicos que amenizan la estancia”, a los que califica de mejores “que los que están a cargo del fogón o el servicio de mesas” y “algunos buenos paladares, donde procuran dar un servicio y una calidad aceptables, a pesar de las limitaciones.”
La culpa - según el periodista - es “una perversa combinación entre el embargo norteamericano y la ineptitud de un régimen para producir otras cosas en un entorno climático y una tierra en donde, con un poco de buena planificación, crecería de todo.”
Además, Nadal justifica las carencias de la cocina cubana con la idea de que la gastronomía es cultura y esta se adquiere con paciencia a lo largo de la historia, por lo que la zona del Caribe y las islas cercanas a la línea del Ecuador no tienen una notable tradición culinaria.
“Que perdonen los cubanos; su isla es maravillosa y tiene muchos encantos. Pero la cocina no es uno de ellos, se excusa el reportero español.
Nadal arremetió contra la escasez de alimentos, que resume los platos cubanos a arroz, frijoles, carne de cerdo “y unos camarones pequeños y congelados que no saben a nada”. Agrega además que “las carnes suelen rivalizar en lozanía con la momia de Tutankamón.”
No obstante, el periodista considera que lo peor de la cocina cubana es “la desidia de los restaurantes estatales, que son la mayoría. A veces, no sabes si los cocineros trabajan “para” o “contra” el cliente. (…) No he visto en ningún lugar del mundo tanta desgana, tanta apatía y tan poco cuidado con el producto que elaboran como en estos locales estatales de Cuba.”
Quienes único se salvan de la dura crítica del viajero español profesional son “los músicos que amenizan la estancia”, a los que califica de mejores “que los que están a cargo del fogón o el servicio de mesas” y “algunos buenos paladares, donde procuran dar un servicio y una calidad aceptables, a pesar de las limitaciones.”
La culpa - según el periodista - es “una perversa combinación entre el embargo norteamericano y la ineptitud de un régimen para producir otras cosas en un entorno climático y una tierra en donde, con un poco de buena planificación, crecería de todo.”
Además, Nadal justifica las carencias de la cocina cubana con la idea de que la gastronomía es cultura y esta se adquiere con paciencia a lo largo de la historia, por lo que la zona del Caribe y las islas cercanas a la línea del Ecuador no tienen una notable tradición culinaria.
“Que perdonen los cubanos; su isla es maravillosa y tiene muchos encantos. Pero la cocina no es uno de ellos, se excusa el reportero español.
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