En el debate anual ante la presencia de otros Jefes de Estado y Cancilleres, el secretario de la ONU anunció la presentación del informe "Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba". La resolución será puesta a votación el 13 de noviembre venidero", según el diario oficial.
Resulta curioso que Cuba por vigésimo primer año pretenda se apruebe dicho texto cuando aún le quedan asignaturas pendientes. Eso hace recordar aquel 28 de febrero del año 2008, cuando Felipe Pérez Roque, entonces canciller, estrechaba la mano a Ban Ki- Moon, luego de firmar los Pactos Internacionales de Derechos Humanos. Hasta la fecha, no han sido ratificados. La tarea quedó inconclusa. Por el contrario, no hubo mejoras en la política interior cubana.
Las autoridades cubanas, a conveniencia, hablan bien de la ONU. Principalmente si se trata de condenar "el bloqueo económico, comercial y financiero contra el pueblo de Cuba", lo que el periódico Granma califica como "una flagrante violación al derecho internacional, las normas de convivencia pacífica y a los derechos humanos". Pero bien que deberían brindar más atención a las violaciones de derechos humanos que sufren los ciudadanos cubanos por parte de las autoridades.
Alarmante resulta el reclamo reiterado de la Unión Internacional de Telecomunicaciones al mostrar su preocupación sobre las interrupciones de las comunicaciones por parte de la nación del norte a la nación caribeña. Debía ser la misma quién penalizara el irrespeto a las comunicaciones por parte del Gobierno a ciudadanos cubanos. ETECSA, única Empresa de Telecomunicaciones de Cuba, suspende el servicio con fines políticos, cuando lo estima necesario.
"No les basta con cobrar precios elevados por el servicio de telefonía e internet, sino que sufrimos a diario violaciones a nuestros servicios privados" expresó un cliente que prefirió el anonimato.
El gobierno ha invertido millones de pesos pertenecientes al pueblo, en tecnología, equipos de escucha y monitoreo para emplearlos en la vigilancia y acoso de sus ciudadanos. En la práctica se demostró que los emplean incluso para espiarse entre ellos mismos.
A más de 50 años de "bloqueo genocida", los gobernantes cubanos poco han hecho para tratar de desbloquear su política y sus mentes. Por el contrario, han estrangulado la libertad de los cubanos. El gobierno culpa al gobierno de Estados Unidos de todo lo que escasea en Cuba. Pero la práctica también ha demostrado que el bloqueo no es del exterior, sino que está entre nosotros.
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