miércoles, 31 de julio de 2013

La Historia no absuelve a criminales


La Historia no absuelve a criminales
MIÉRCOLES, 31 DE JULIO DE 2013 00:02 ESCRITO POR GUILLERMO ORDOÑEZ 0 COMENTARIOS


Cuba actualidad, Centro Habana, La Habana, (PD) El alegato del asalto al cuartel Moncada defendía un acto abusivo y criminal. Abusivo, por la juventud de los que fueron utilizados para ello, y criminal por la violación civil que representó.

La forma en que actuaron los moncadistas no se aleja del terrorismo, hayan tenido el motivo que fuere.

La Historia no absuelve a quien no respeta, mas sacrifica con alevosía a su prójimo, del cual se vale además para eliminar a otros cientos.

La clemencia demostrada por los gobernantes de aquel momento, que fueron satanizados con toda intención, ha dado lugar a un sinfín de víctimas y un sinnúmero de victimarios. Todo cuanto alegó en su defensa el hoy octogenario máximo líder resultaron ser embustes. Puede decirse que en el centenario del natalicio del Apóstol se perpetró la más grande felonía histórica de nuestra nación.

En honor a la verdad, Cuba jamás fue una nación entregada a la política. En la década de los cincuentas estaba enfrascada en su progreso como país. El crecimiento físico no era equilibrado, y el desequilibrio se hacía ver en todos los sectores poblacionales. Estas fueron las causas que sirvieron a Fidel Castro para erigirse como paladín de la justicia. Sobre esa base insertó en una población ocupada en sus asuntos personales la idea de una revolución necesaria para la nación. Jóvenes audaces e intrépidos enfrentaron con gran ilusión una travesía engañosa, sobre la base del bien de todos. Muchos, después del supuesto triunfo, fueron pasados por las mismas armas que empuñaron, armas que utilizaron los mismos que los llevaron a creer que podían formar una nación mejor para todos.

Demostrado está que los desmanes de una mala dirección no son razón admisible para incitar a otros a atentar contra la seguridad de un pueblo, mucho menos de toda una nación. El aumento posterior de los males que aparentemente ocasionaron tal gesta evidencia el oportunismo de quien involucró a los moncadistas.

Hoy la revolución no existe; la prostitución, la desigualdad social, la pobreza, el desempleo, los desalojos, las personas sin casa, la corrupción, la deshonestidad de los tribunales, la falta de derechos civiles y constitucionales, y el terror, tienen su mejor hábitat en nuestra Cuba. La ceguera impuesta por la obediencia obligatoria a un único partido es el pan nuestro de cada día. El gran miedo que dejaron los fusilamientos televisados es la filosofía que les ha permitido oprimir a los cubanos.

La revolución hambrea a este pueblo entre el desequilibrio y el miedo, prostituye el carácter y el alma, incita al exilio, destierra, minimiza la integridad del ser humano, nos exige vivir sin derechos, excluye a los hijos de un país a participar en su formación y exporta como propio de todos lo que es de unos cuantos.

El asalto al cuartel Moncada fue un crimen sin precedentes. Su protagonista jamás será absuelto por la Historia. El doble rasero de sus seguidores está más que demostrado. El compromiso al cual responden muchos los aleja de ser sinceros amantes de su patria y la libertad.
Para Cuba Actualidad: lizama1961@gmail.com

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