¿Quién puede pagarse unas zapatillas de fútbol?
LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org -Definitivamente, el modelo deportivo del régimen cubano tiene fecha de caducidad. Y lo peor del caso es que no quieren ver sus gérmenes. De la opaca actuación de nuestros atletas en eventos internacionales, en los últimos veinte años, se desprenden criterios desfavorables, como la desarticulación de la práctica deportiva inter-escolar (en la base), el sistema de enseñanza centralizado, un régimen competitivo excluyente, la deserción de deportistas de primer nivel, y el mito del “bloqueo yanqui” antepuesto a la escasez de recursos materiales.
Todo cuanto se diga en la prensa oficial vendrá predispuesto con la idea de revertir el tiempo y los espacios perdidos. Es decir, es “perfectamente posible” redescubrir los talentos en la calle y no fabricarlos en escuelas deportivas.
Sin embargo, desde el velocista Silvio Leonard hasta el joven vallista Orlando Ortega, o desde el legendario pitcher Braudilio Vinent hasta Vladimir García, salvando distancias y páginas de gloria, el costo por practicar deporte en Cuba va más allá de las canchas enyerbadas, o de los entrenadores que se diluyen como “capital humano” en los petrodólares de la “integración latinoamericana”. Es el Estado quien tiene la mayor cuota en la desmotivación deportiva, a la que ellos mismos llaman “deterioro humano y material”.
¿Por qué una raqueta de tenis, en las Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD), representa el salario de cinco meses para un obrero? ¿Es responsable el bloqueo norteamericano de que el Instituto Nacional del Deporte, la Educación Física y la Recreación (INDER) se apropie de los premios internacionales y solo estimule a los laureados con una suma irrisoria?
Si el asunto es desentrañar el por qué de la escasez de implementos en las categorías infantiles y juveniles, habrá que preguntarse cuál es el destino de la divisa recaudada por la venta de implementos deportivos en las TRD.
Según datos estadísticos del INDER, el bloqueo económico y financiero de los Estados Unidos hacia Cuba -medida que obliga a comprar implementos deportivos a través de terceros países-, trajo pérdidas por más de 1 millón 700 mil dólares en 2011, afectando sobre todo el deporte de alto rendimiento. Una nota publicada en el periódico Granma, el 27 de septiembre de ese mismo año, asegura que Cuba importa estos implementos “mediante operaciones triangulares y gravadas”.
Pero nadie ha dedicado comentario alguno en torno a cómo el gobierno cubano compensa el elevado costo de estos artículos, adquiridos a través de “terceros”, como es el caso de la garrocha, implemento por el que paga más de doscientos dólares por encima de su valor en el mercado internacional. ¿Cuál es la ganancia del Estado sobre las zapatillas de fútbol, importadas desde China, que se venden en las TRD, a 60 pesos convertibles?
Pudiéramos enumerar tantas trabas como deficiencias que atentan contra el desarrollo de nuestro deporte, sobre todo el béisbol, el fútbol, el atletismo y las disciplinas de combate. Pero una de las principales, además del deterioro de las instalaciones y la escasez de implementos, es el negocio despiadado en función de este mercado.
Muchos jóvenes con talento abandonan el deporte a mitad de carrera, debido al alto costo que implica su práctica. Tener una mascota de receptor o un balón de fútbol, representa dos y tres meses de salario para cualquier trabajador corriente.
En la capital existen varias tiendas de implementos deportivos, entre las más surtidas está la Plaza Carlos III, Trasval, D´ Primera, 5ta y 42 y el bulevar de San Rafael. El grueso de los artículos son fabricados en China. ¿A caso los negocios entre Cuba y China encierran “operaciones triangulares y gravadas”? ¿Por qué, si China vende barato y con facilidades de pago, el Estado cubano prioriza las tiendas especializadas antes que al INDER?
Seguirán repitiendo, una y otra vez, que la falta de recursos humanos y materiales se debe, en gran medida, al bloqueo norteamericano. Porque les resulta más fácil cotizar la moral deportiva en pesos convertibles y seguir fabricando deportistas sin vocación. No creo que se destinen grandes recursos del Estado para rescatar los cimientos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario