martes, 28 de enero de 2014

¿Química o alquimia?

Hortensia Alfonso Vega
nitza villapoCuba actualidad, Santos Suárez, La Habana, (PD) Con tantos premios nacionales e internacionales que se distribuyen por ahí, nunca he oído que se haya galardonado a nuestros innovadores, inventores y eficientes alquimistas, perdón, químicos, que han sido capaces durante décadas, con sus ensayos gastronómicos, de mantener en activo y LPV (Listos para Vencer), a esta muchedumbre que forma la nación cubana.
Merecedores de premiarse también a nivel internacional deberíamos ser todos los cubanos como sobrevivientes de estos experimentos, réplica de aquellos que protagonizó la Alemania de Hitler con aquel mejunje de alimentos experimentales con soya que ellos llamaron Ersatz (reemplazo).
Podría también estudiarse a nivel mundial el estómago de estos isleños, dada su capacidad de ingerir cuanto sancocho ha salido de la mente de nuestros estimados alquimistas, digo, químicos.
Desde la época de las una vez socorridas y después desaparecidas hamburguesas "Zas" que el pueblo bautizó como McCastro, y que según las malas lenguas, estaban elaboradas con lombrices, los bistecs de frazadas, el Cerelac, sustituto de la leche para niños, (que también fue objeto de una parodia del conocido Bossa Nova de Chico Buarque, ¡Oh! Cerelac, Cerelac, que a los niños les deja la caca trabá), el Lactosoy, sustituto de la leche para mayores de 65 años, y todos los inventos e innovaciones que hizo la difunta alquimista y maestra de cocina Nitza Villapol, cuyo programa "Cocina al Minuto" ostentó el record Guinness de permanencia en el aire, y que según también Radio-Bemba, desapareció porque esta reconocida maestra de cocina ya no tenía más nada que "inventar" después del "dulce de pajusa de maíz" y el famoso bistec de toronja.
Después de todos estos experimentos por los que hemos tenido que pasar durante décadas, también sería muy bienvenido todo un tratado culinario de "alimentos virtuales", entre los cuales habría que incluir el dulce Pegolín que se suministraba en escuelas y centros de trabajo, el café explosivo, el picadillo de soya, y por qué no, también el picadillo de res con pellejo, sustituto del pollo para los niños.
Ahora un nuevo "invento", uno más, se suma a esta ya nutrida lista de alimentos virtuales. Esta nueva ingeniosidad sustituye a la leche que se distribuye por dietas a los enfermos y por supuesto también necesita del trámite burocrático del certificado médico.
No le han puesto todavía nombre. Viene en los mismos envases de la leche en polvo con una etiqueta que solo dice "Fórmula Láctea", una dirección en el municipio Playa y la fecha de producción y vencimiento. Por ningún lado aparecen los ingredientes del nuevo artificio.
El periódico Trabajadores, a mediados de diciembre pasado, reveló los mágicos componentes que sustituirán a la leche: Leche-caseína, lactosuero, agua y grasa de origen vegetal, (coco o palma). Es elaborado por la empresa Coppelia, aprobado por el Instituto de Nutrición e Higiene de los Alimentos del MINSAP y por supuesto, viene convoyada la información con la también etiqueta de que "todos los ingredientes son importados".
De que hay que importar una buena parte de la leche en polvo, eso ya se sabe, no vamos a detenernos en hablar una vez más sobre el ganado en Cuba, pero del lactosuero, un producto obtenido de la fabricación del queso o que en Cuba, un país del trópico con suficientes matas de coco para producir este aceite, haya que importarlo, lo único que demuestra es ineficiencia hasta para producir alimentos inventados.
Mientras tanto, ratas y ratones se reproducen entre escombros y basuras que se acumulan en las esquinas; emigran también a las casas colindantes. Es una plaga peor que la de los mosquitos. Todo parece indicar que el producto BioRat, otro invento de Labiofam (Laboratorios Biológico Farmacéutico), consistente en otro picadillo, esta vez para ratones y que se supone que estos se lo coman y estiren la pata, no ha dado resultado. O tal vez sea que los ratones tienen una dieta más rica en los latones y escombros que nosotros en la bodega y no asimilan este invento, por lo que quizás a algún sesudo se le ocurra "importar" también al flautista de Hamelín.
Esto y otras cosas más sintetizadas en la ya popular frase "más de lo mismo" solo me hace preguntarme si aquel predicador de los tiempos bíblicos habría pasado por lo mismo cuando dijo: -"No hay nadie capaz de expresar cuanto aburren todas las cosas" (Eclesiastés 1(8).
Efectivamente, nadie es capaz actualmente en Cuba de expresar cuanto aburre toda esta mierda. Habría que inventar nuevas palabras y un nuevo idioma.
Para Cuba actualidad: glofran864@gmail.com
Bibliografía—Ersatz "La noche quedó atrás", Jan Valtin, Selecciones del Readers Digest de los años 40

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