lunes, 3 de febrero de 2014

¿Y después de la Cumbre?

¿Y después de la Cumbre?

Al ciudadano de a pie poco le importa que vendan el puerto de Mariel al mejor postor

Pobres en cuba_foto tomada de internet
Pobres en cuba_foto tomada de internet
“Aplicado al pueblo, el calificativo de Soberano es una broma trágica. En el máximo de los casos, el pueblo delega una soberanía, pero jamás puede ejercerla”     Benito Mussolini
LA HABANA, Cuba.- Acaba de concluir en La Habana otra cumbre de la CELAC. Como suele ocurrir en estos casos, la capital fue puesta en estado de sitio. En una calle del barrio de Nuevo Vedado vi colgando, como de una cuerda floja, a un cartel propagandístico del evento. A su lado, también pendiendo, una precaria, contraída y desteñida bandera cubana.
Los registros y los decomisos fueron recurrentes en las vías de acceso a la ciudad, desde poblados como Güines, Bauta, Melena del Sur. Los sabuesos de la policía política eran visibles en los alrededores de las terminales interprovinciales de ómnibus y de trenes. La operación policial, más que inspirar temor, demostró el miedo del gobierno al pueblo. La sociedad civil independiente fue diezmada por cientos de detenciones. Mientras tanto, Dilma Rousseff y Raúl Castro dieron el pistoletazo de arrancada para la “carrera de ratas” en el puerto de Mariel.
Por supuesto, quienes evitaron ser saturados por la avalancha de verborrea populista y supieron ver y leer entre líneas, se preguntan ahora: ¿y después de la cumbre que?
“A mí lo que me preocupa es como le voy a poner el plato de comida a mis hijos. Porque fui declarado disponible en mi fábrica y ahora me cerraron el negocio de venta de ropa”- me soltó a boca de jarro un antiguo amigo de la infancia-. “Ellos prometieron que el trabajo por cuenta propia era irreversible, y mintieron”.
“A mí qué me importa si hacen un muelle para “superbarcos” o le venden el Mariel a los extranjeros. Por ahí debí haberme ido en el 80 pero no me atreví. ¡Y como me arrepiento, asere!”- se sumó otro hombre blanco en canas y añadió: ” ¡Abren negocios para ellos y cierran los del pueblo, estos tipos del gobierno son unos…!”, con una mala palabra muy popular.
En un recorrido por algunos barrios pude ver en la tele la imagen permanente de la Cumbre. Pero también vi a la gente mirando para otro lado o esperando ansiosa a que concluyera: ” No hay quien mueva nada, hay cantidad de policías de uniforme y civiles en la calle. Estoy loco porque se acabe toda esta payasada  y  esos presidentes se vayan para su casa”- me dijo una vendedora ambulante, mientras este servidor le compraba unos dulces y ella maniobraba rápido, porque andaba ilegal. Le pregunte si esperaba algo bueno después de que se acabe el evento y me miro incrédula:
“¡ Ay, hijo, todo eso es muela bizca y nada concreto, y si te haces el protestón te pasan por arriba. Cerca de donde vivo se llevaron uno que dicen que es de los derechos humanos, y me contaron que a esa gente no los sueltan hasta después que se acabe la reunión…Aquí lo que hay es que resignarse y seguir palante, que no hay otra cosa que hacer”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario