jueves, 7 de agosto de 2014

Érase una vez, unos caballitos


Érase una vez, unos caballitos

El parque Amanecer Feliz sufre. Los caballitos saltaron de sus bases. Los pocos aparatos no tienen cinturón de seguridad. Los niños peligran


Fotos Alejandro Tur
CIENFUEGOS, Cuba -¿Quién, siendo niño, no soñó algunas vez ir al parque de diversiones; montar la estrella, la montaña rusa o el carrusel? Recuerdo que despertaba temprano para espabilar a mis padres y decirles que había llegado el día anhelado y partir con toda la familia hacia aquel lugar mágico, percibido como paraíso por mi imaginación.
Conocido en mi infancia simplemente como “Los Caballitos”, el actual Parque de Diversiones de Cienfuegos, “Amanecer Feliz”, trata de seguir siendo una opción viable para la distracción de los pequeños; pero algunos factores “objetivos y subjetivos” — como se dice en los trabalenguas marxistas– “impiden que el empeño sea posible”.
Problemas objetivos
El 50 por ciento de los aparatos mecánicos con que cuenta Amanecer Feliz está roto desde hace buen tiempo. Según un empleado del parque con el que conversamos, que pidió no revelar su nombre, “el pequeño tren que circunda el área fue sacado de circulación  por tener dañado los bujes por donde se desplazan los ejes de las ruedas”. Sus vagones se oxidan descarrilados bajo la sombra de una vieja Majagua.
El entrevistado insistió en que “algo parecido ocurre con uno de los dos carruseles con que cuenta el lugar”, según la fuente “este fue inutilizado luego que uno de los caballos plásticos se desprendiese de la base y saliese proyectado por los aires. Por suerte, ningún niño le montaba y no hubo nada que lamentar”. “La estrella presenta problemas mecánicos y aunque se le han hecho arreglos, aun no recibe el certificado que le permita operar”, concluyó.
Aparte de eso, el resto de los aparatos padecen roturar constantes. El chirrido agudo que emana de los motores que mueven los artilugios mecánicos denuncia la falta de mantenimiento que padecen.
Problemas subjetivos
La falta de iniciativas o soluciones creativas saltan a la vista. A nadie parece importarle lo anímico que resulta el menú de juegos. Y cuando se indaga por las causas se suele acudir al manoseado argumento de la falta de presupuesto.
La tecnología con que está equipado el Parque data de los años 70 del pasado siglo. Llama la atención que no hayan aprovechado las posibilidades que ofrecen los avances de la ciencia en campos computación, para montar salas de juegos electrónicos o computarizados, que son extremadamente populares y requiere de una inversión pequeña. Que tan costoso puede resultar instaurar áreas donde se disfrute de materiales fílmicos en 3d, u otras donde se utilicen elementos inflables, como piscinas, canales.
Construir estos artilugios es algo que no resulta nada caro. Lo demuestra el hecho que individuos por si solos, con un mínimo de recursos, han creado aparatos que bien pudieran ser la envidia de Amanecer Feliz.
Problemas financieros
Entidades como esta resultan dudosamente rentables. Los precios bajos que cobran por el servicio ofrecido oscila entre 50 centavos CUP  y $1.00 CUP, cobro que, si bien resulta beneficioso para los clientes, atenta contra la salud financiera del Parque, si tenemos en cuenta lo desvalorizada que está la moneda cubana. La corrupción es otro mal. En un lugar donde todo el mundo trata de sacar tajada de los dineros que se recaudan los márgenes de ganancias se estrechan. Tenemos el hecho que lo recaudado es enviado a un depósito del gobierno local a donde igualmente van a parar los dineros de todas la entidades estatales. Es el gobierno quien luego redistribuye estos dineros de acuerdo a sus prioridades y como el Parque no ocupa un lugar privilegiado en su agenda suele recibir menos dinero del que aporta, de ahí que Nuevo Amanecer no tenga recursos para el mantenimiento  o la reparación de los aparatos.
Es necesario mencionar que la actual  política gubernamental dirigida al ahorro de energético afecta al lugar. Cada entidad estatal posee una cuota de consumo eléctrico mensual– el Parque entre ellos – que no debe sobrepasar so pena de recibir recargo, ser multado o que se le retire el servicio. Esto impide que Nuevo Amanecer ofrezca servicios nocturnos como hacía en el pasado, lo que obviamente  provoca menor captación de dinero.
Todo ello suscita tensión a la hora de dar mantenimiento o reparar alguno de los equipos del Parque. Para que se tenga en cuenta un particular cobra entre $3.00 y $5.00 pesos cup por los servicios. Existen algunos que operan en divisas que cobran hasta $1.00 CUC, que al cambio oficial representa $25.00 CUP, lo que pone en ventaja a los privados.
Donativos al rescate
Una de las áreas más visitadas por los niños es aquella que posee aparatos fijos no mecánicos. Este sector del parque fue construido seis años atrás con donativos de una familia canadiense que tras la muerte de uno de sus integrantes, la joven de 21 años Whitney Victoria Barham, crearon una fundación que lleva donativos a disimiles lugares del tercer mundo para proyectos a favor de la infancia.
Según el cuidador de bicicletas del sitio nombrado Homero, esperan por un nuevo donativo que les ayude a salir del pozo.
La provincia de Cienfuegos tiene concebido convenios de hermanamiento con ciudades de disimiles partes del mundo, de las cuales recibe decenas de donativos al año por un valor que nunca informa y que se utilizan en proyectos como el Parque, solo que pocas veces la población conoce quien ha sido el benefactor.
Futuro incierto
De continuar la situación actual la supervivencia del parque parece estar en peligro. Quizás la solución más viable sea privatizar los servicios. Los operadores privados han demostrado capacidad empresarial, desenvoltura a la hora de solucionar problemas y sobre todo creatividad si de crear nuevas formas de entretenimiento se trata. Tal vez el sentido de pertenencia y el estímulo que genera la obtención de ganancias creen una nueva oportunidad para el Parque y pude al fin honrar su nombre por tener “Un Nuevo Amanecer”.

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