Salva la vida gracias a su familia
Pudo no haber llegado a Terapia, a pesar de estar remitida con sobrado tiempo. Al final, la dejan en un lugar mugriento, sin ventanas
martes, agosto 5, 2014 | Red Cubana de Comunicadores Comunitarios |
Foto-galería cortesía de la autora. Imágenes del hospital conocido como “Emergencias”, en La Habana
LA HABANA, Cuba, Maritza Concepción Sarmientos.- El pasado 28 de julio, la familia de Daniela Merayo López, de 21 años de edad, la llevó al Cuerpo de Guardia del Policlínico Reina. Daniela tenía fiebre, dolor en las articulaciones y vómitos, y el facultativo de guardia la envió para la casa. Aunque, también, indicó que la mantuvieran en observación durante 72 horas, por ser un virus que estaba incubando. No le ordenó ningún tipo de análisis..
Al pasar las 72 horas, no había mejoría; por el contrario, la joven se sentía muy mal y la condujeron al hospital conocido como Emergencias, en Centro Habana. Allí la dejan ingresada con diagnóstico de dengue. El primer problema que confrontó fue que le hicieron una radiografía y se la dieron –por error- cambiada por otra.
El día 4 de agosto, a las 7 am, la doctora de la Sala K, donde se encontraba ingresada Daniela, determinó enviarla para Terapia, pues habían detectado que tenía líquido en el pulmón derecho, infección en los riñones e inflamación general en todo el cuerpo.
A las 2 de la tarde, o sea 7 horas después, no la habían trasladado, porque según explicaron no había cama vacía en la Sala de Terapia, pero -dado su delicado estado de salud- decidieron no trasladarla para otro hospital.
Solo se consiguió su cambio de sala después de más de 8 horas, porque la familia fue a entrevistarse con la subdirectora del hospital y ésta se presentó en donde estaba Daniela, y ordenó fuera trasladada de inmediato. Pero la enferma tuvo aún que confrontar la situación de que la encargada de la ropería no quería darle la sábana para que la reubicaran. Cuando finalmente la subieron a la sala especializada, Daniela estaba en muy malas condiciones.
Entre los problemas que tuvo que confrontar estuvo el hecho que la cama no se la elevaron, a pesar de tener líquido en el pulmón. Aunque estaba en una sala de enfermedades infecciosas, no tenía las condiciones adecuadas; las sábanas y los mosquiteros estaban muy sucios. El lugar no tiene ventanas y el mozo de limpieza, cuando limpió el local, echó el agua residual dentro de la taza del inodoro. Estando allí pacientes infectados con el dengue, que tienen que bañarse y hacer sus necesidades en este baño, la falta de higiene es inaceptable. A los familiares no los dejan estar cerca de los enfermos, para que no vean lo mal hecho y, de paso, no constaten el maltrato del personal de Salud.
La comida de los pacientes repetida una y otra vez (chícharo, huevo hervido, sopa aguada y un arroz empelotado y sucio). Si Daniela ha salvado su vida, puede decir que fue gracias a la intervención de su familia; porque pudo haber seguido sin llegar a Terapia, a pesar de estar remitida con suficiente tiempo.
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