Cuba actualidad, Capdevila, La Habana, (PD) El artículo de la periodista Odalys Buscarón Ochoa, del diario Granma, con el título “Rusia solventará la crisis y retomará el crecimiento”, del pasado 25 de diciembre, nada tiene que ver con el despacho de la periodista Pilar Bonet, corresponsal del diario español El País en Moscú, publicado el 19 de diciembre, titulado “Putin asegura que Rusia superará la crisis en dos años como máximo”.
No cabe duda de que la periodista de Granma pretendió en su trabajo dar una versión edulcorada de los graves problemas de la economía rusa.
Dichos problemas no son solo atribuibles a las sanciones económicas aplicadas por los Estados Unidos y la Unión Europea. En ellos tiene un gran peso el hecho de que en 23 años la nación euroasiática no ha diversificado su economía, dependiente de los hidrocarburos.
Tanto la periodista de Granma como la de El País destacan los pronunciamientos de Vladimir Putin en su conferencia anual de que “Rusia necesita dos años para salir de la crisis, con lo cual se restablecerá la demanda de fuentes energéticas”.
Putin afirmó que entre el 25% y el 30% de •los problemas que afronta la economía rusa son causados por las sanciones occidentales.
Como en Rusia hay una típica economía de mercado, algo que nada tiene que ver con la economía cubana totalmente centralizada y con infinidad de problema derivada de su deficiente e inoperante planificación, Buscarón Ochoa deliberadamente pasó por alto en su artículo que Putin abogó por una política liberal de apoyo a los exportadores, de suministro de liquidez y se mostró en contra las medidas reguladoras restrictivas.
No aparece en el artículo de la periodista de Granma que el presidente Putin, urgido de liquidez para la maltrecha economía rusa, como salvavidas, recurrió a los directivos de las empresas estatales, como Igor Seshin, presidente de la petrolera Rodneft, quien decidió colocar en el mercado 3 000 millones de dólares con el propósito de pagar créditos pendientes.
El presidente Putin, de tener una respuesta positiva de las restantes empresas es seguro que podría disponer de unos 300 000 millones de dólares, con los naturales peligros que esto acarreará en el futuro.
Lo que importa a Putin ahora es sacar a la economía rusa del hueco en que se encuentra.
La periodista de Granma pasó por alto que Putin rehusó contestar sobre los salarios de los directivos de las empresas estatales rusas, pero dejó claro que estos tienen que cobrar igual que sus colegas occidentales, para que las empresas rusas sean atractivas para los ejecutivos extranjeros.
Tal como señala la periodista española Pilar Bonet, ratificó que las medidas contempladas en los edictos promulgados antes de asumir la presidencia en 2012, que contemplan las prestaciones y programas sociales, no se recortarán prestaciones, pero esto se contrapone a la real preocupación de la población rusa sobre las marcadas diferencias de ingresos entre la élite compuesta por la voraz burocracia gubernamental y los ejecutivos de las empresas estatales, con las de los ciudadanos medios y los sectores más empobrecidos.
Como era de esperar, la periodista de Granma, estos sensibles problemas que ponen al desnudo la naturaleza salvaje del capitalismo ruso, no los reflejó en su artículo, debido a que La Habana, mantiene con Moscú una asociación estratégica y no desea mandar ninguna señal que disguste a los moradores del Kremlin.
Esto quedó ratificado por Serguei Lavrov, canciller de la Federación Rusa, en una información publicada por el diario Juventud Rebelde, el 26 de diciembre, titulada “Dos posiciones opuestas sobre Cuba-EE.UU.”
“La inquebrantable asociación estratégica con Cuba” fue ratificada por Lavrov en la entrevista concedida al diario moscovita Kommersant el pasado 25 de diciembre, cuando planteó que “esta realidad quedó demostrada con la visita realizada a Cuba en julio pasado por el presidente Vladimir Putin y en la reunión de la Comisión Intergubernamental para la Cooperación Económica y Comercial, recientemente celebrada en La Habana”.
Para Cuba actualidad: origenesmadiba@gmail.com
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Autor: Osmar Laffita Rojas
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