martes, 30 de diciembre de 2014

Navidades a la cubana


357_turronesCuba actualidad, Santos Suárez, La Habana, (PD) “Cuando llegará la Nochebuena, cuando llegará, el lechoncito, los frijolitos, el turroncito”… Así marcaba el ritmo un estribillo de una vieja canción que por las fiestas de navidades siempre se oía en las estaciones cubanas de radio y televisión.
Aunque todavía algunas familias tienen la costumbre de reunirse el 24 de diciembre, vísperas del nacimiento de Cristo, el espíritu de la Navidad, aquel que conocimos los más viejos, se ha perdido completamente en Cuba.
Ese espíritu está presente en todas las naciones que de alguna manera y a pesar de las nuevas modas y criterios, mantienen todavía las tradiciones cristianas.
Me cuentan algunos amigos que han salido a otros países invitados por sus familiares a disfrutar de estas celebraciones navideñas, que no logran conectarse con ese espíritu.
Ha sido más de medio siglo de cambios violentos de las costumbres y tradiciones consideradas en determinados momentos de esta etapa de la historia cubana, desde burguesas hasta contrarevolucionarias. La Navidad fue una de ellas. Instituyeron con esto un daño que los expertos califican como antropológico en casi la totalidad de la población cubana. Y aunque las cosas han ido cambiando y se oye hablar del rescate de muchas de estas tradiciones y costumbres, los malos hábitos y rutinas se han enraizado de tal manera que será difícil suprimirlos.
Algunos líderes religiosos poco realistas sostienen que les toca a los cristianos cambiar esa situación con su ejemplo. Olvidan que una buena parte de los que conforman estas iglesias ahora, también entran en ese total de la población que no solo ha adquirido en estos años malas costumbres, comportamientos y estilos de trabajo, sino que los ha transmitido a su vez a los templos.
Tampoco muchos de estos neo-cristianos han tenido una formación religiosa y muy poco se ve un cambio realmente auténtico en algunos de ellos, como no sea un fanatismo insólito, un verdadero salto del fanatismo político al religioso. De ser más marxistas que Marx, a ser más cristianos que Cristo.
Con este tipo de gente no se puede contar en ningún terreno. Son los oportunistas de siempre que surgen en estas épocas revolucionarias.
Como hacía notar, ha pasado mucho tiempo y con el tiempo, para muchos, las cosas se olvidan.
En este país el tiempo es ciertamente relativo.
Parece que fue ayer que el Papa Juan Pablo II convenció al gobierno de restaurar el día 25 de diciembre como día feriado. Pero eso fue hace 16 años.
Casi 30 años estuvimos sin celebrar libremente estas fiestas porque a finales de los 60 la gente se cohibía -excepto los reales cristianos- de celebrar las navidades.
El golpe de gracia vino cuando la zafra de los 10 millones. Hasta el Día de los Reyes Magos fue cambiado del 6 de enero al 26 de julio, denominándose oficialmente Día de los Niños.
Quizás en las futuras generaciones vuelva a prender el espíritu navideño. Aunque se siguen refiriendo a estas fiestas como a las de “un nuevo aniversario del triunfo de la revolución”. Los días que dan a los estudiantes por estas fechas son “vacaciones de invierno”. Y por lo regular se siguen opacando las navidades con consignas, exaltaciones a la revolución y la eterna y aburrida música política que venimos oyendo por décadas.
Como el estribillo que encabeza el artículo, no sé cuándo llegará la verdadera Nochebuena para el pueblo cubano, porque tal y como está la vida y los precios, muchos tendrán que conformarse con arroz y recortería de lechón y si le sobran $25 y alcanza cuando aparece, podría comprar un turroncito de maní con la cara de Pánfilo, un comediante cubano que ha hecho furor últimamente, tocado con un gorrito de uno que era visto también como un símbolo imperialista: Santa Claus.
Para Cuba actualidad: glofran864@gmail.com
Foto: Frank Cosme
Estuche del turrón

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