Cuba Actualidad, Plaza, La Habana (PD) “Y no pasa nada”…Esa frase se ha escuchado por décadas en la voz de millones de cubanos. Múltiples situaciones han quedado sin verdaderas soluciones, lo que trae como consecuencia la falta de credibilidad en las autoridades gubernamentales, las cuales responden con palabras elocuentes o evasivas, cargadas de ideología política, pero sin los resultados esperados.
Los últimos acontecimientos traen para muchas personas nacidas en este suelo, tanto residentes aquí como en el exterior, nuevas expectativas. Se espera que los cambios a producirse a partir del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos, generen una mejoría, que tiendan a eliminar las tensiones y conflictos históricos, pero eso no debe constituir el meollo del asunto.
El primer principio que se esgrime por el gobierno cubano es el levantamiento del embargo o bloqueo, como aquí se denomina. Esto traería una posible inversión del capital norteamericano y un comercio entre ambos países. ¿Ayudaría eso a que la población pudiera acceder a productos con precios más equitativos que los actuales en divisa? Este es un factor primordial, pues nadie invierte donde hay un poder adquisitivo depauperado.
Algo a tener en cuenta es el aspecto de los derechos humanos. La declaración efectuada por el general Raul Castro, dejó implícito que el sistema socialista no será transformado.
Surge otra interrogante: ¿Permitirá el presidente Obama el intercambio entre los dos países sin una democratización de Cuba?
Este es uno de los puntos de la disputa que ha mantenido la separación por tanto tiempo. Por tanto, ¿cómo se va a resolver la situación?
Los que hemos tenido una posición contra el totalitarismo, somos también parte de este trance. ¿Cuál será la nueva ley que se aplicará a los que disentimos? Está por ver si se crea un clima de tolerancia o mantienen la represión hasta hoy impuesta.
Una cosa es evidente: ambos contrincantes enfocan sus estrategias desde ángulos extremos. ¿Se podrá alcanzar un espacio de equilibrio intermedio que satisfaga a cada una de las partes? Haría falta una tolerancia en ambos bandos que aún no está bien definida.
Se necesitan verdaderos cambios democráticos en Cuba.
Está claro que las necesidades económicas nacionales han empujado a dialogar con más premura que en otros momentos.
La forma de conducirse del actual primer mandatario cubano difiere de la de su antecesor: enfoca los problemas con una visión más objetiva, al tratar de efectuar acciones sin mucho derroche en las campañas propagandísticas, tal como lo hacía su hermano.
La nación norteña, por su parte, ha reconocido que las presiones y el aislamiento han fracasado en buena medida, porque es imposible en nuestra época impedir el comercio a través de subterfugios.
Las presiones de los grandes capitales y la posible previsión de que Rusia vuelva a introducirse militarmente en nuestros predios es otro aspecto que debe haber llevado a la nueva actitud.
Otra posibilidad es una operación más sutil para desestabilizar al régimen de los Castro. Esta consistiría en penetrar con la tecnología y producciones sofisticadas que poseen con amplitud, para influir sobre todo en la mente de una juventud hastiada de consignas y de esfuerzos que nunca han conducido al bienestar esperado durante más de medio siglo.
Estas especulaciones se hallan hoy en boca de muchas personas. Se puede afirmar que de forma general, estos hechos se han tomado con beneplácito por la mayoría de los cubanos, aunque muchos no lleguen a ningún tipo de conclusiones. Queda la duda de si estas transformaciones conducirán a los resultados esperados por todos. Si las cosas no ocurren así, volveremos a repetir una vez más la máxima popular “y no pasa nada”.
Para Cuba Actualidad. jorgelibrero2012@gmail.com
Para Cuba Actualidad. jorgelibrero2012@gmail.com
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