Oportunismo de las musas: el músico compone y canta panfletos con lemas y consignas, desde una oda-cha a la creación del Alba, hasta una elegía-timba a las brigadas de respuesta rápida
jueves, febrero 26, 2015 | Víctor Manuel Domínguez | 5 Comentarios
LA HABANA, Cuba. — (Cuba Sindical) Arnaldo y su Talismán amenazan con un nuevo disco. Esta vez podría ser mortal para los seguidores de la buena música. Sus razones son los logros alcanzados por la revolución cubana, llevados al pentagrama en tiempos de son, bolero y timba, ritmos para mí, incompatibles con la monserga socialista.
Entre los resultados de sus “inspiradas” creaciones, estarán Depende de ti y Razones, concebidas, según el autor, “para aniversarios importantes, cumpleaños de organizaciones”, y otras efemérides que no excluyen, digo yo, la fecha de inauguración de una guarapera “Sí se puede”, o un plan porcino.
Todas licenciadas por la disquera Egrem y bendecidas por el departamento ideológico del partido comunista de Cuba, cantan a la decrepitud maquillada de una revolución que tiene a sus artistas como voceros, correveidiles y tracatanes de un proyecto social en el que nadie cree por mucho que le canten.
Y eso es lo que ofrecerá el cantautor en su nuevo álbum. Más de lo mismo en un artista que actúa, canta y escribe lo que le dicta el partido: desde una oda-cha a la creación del Alba, hasta una elegía-timba a los comités de defensa de la revolución y a las brigadas de respuesta rápida represivas dentro de la isla.
Pero de acuerdo con mi experiencia, por mucho que les guste bailar a los cubanos, no soportan esos panfletos musicalizados, y menos esa inspiración comunista de los músicos. Es como si se bailara marchando, y se convirtieran los estribillos en lemas y consignas. ¿Textos ideológicos con música política?
Sin temor a engaño, veo en estas ¿canciones?, la manipulación de las masas y el oportunismo de las musas. Es más, no considero casual que mientras estos músicos de atriles-tribunas y trompetas de “a degüello” son noticias en Cuba, algunos cultores del hip hop, el rap y otros ritmos alternativos son silenciados.
Como ejemplo, ahí está el enervante por repetitivo tema Me dicen Cuba, de Alexander Abreu, que durante cada segundo del año 2014 nos machacó los oídos y la vida enseñándonos que para ser cubano de verdad, hay que usar guayabera, sombrero de guano, leer a Guillén, a Martí, y abrazarse a la bandera como un náufrago. Más que chovinista, resulta patético y ridículo.
Todo lo contrario, y sin dejar de ser cubano, pasa con Mi delito, un tema escrito por Ángel Remón, El crítico, quien por crear canciones con textos “subversivos”, fue condenado a ocho años de prisión en Octubre de 2014, y liberado en febrero como parte de un acuerdo entre Cuba y Estados Unidos.
Asimismo, mientras Arnaldo y los niños de la compañía infantil La Colmenita recorren la isla convertidos en soldados de la Patria, los raperos Maikel Extremo, Bárbaro “El Urbano” y Escuadrón Patriota, entre otros, son excluidos de la Agencia Cubana de Rap (ACR) y acusados de ser financiados por la USAID de los Estados Unidos “para derrocar al gobierno de Cuba”
A lo mejor, al terminar la gira nacional, Arnaldo imite al cantautor Osvaldo Rodríguez, quien después de perpetrar aquel genocidio musical “que viva mi bandera, viva nuestra nación, viva la revolución”, fue a dar con su música a otra parte, donde nadie tenía “razones” ni estaba obligado a escucharlo.
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