Yaremi Zapata Juviel, residente en calle 89 # 12812 % 228 y 228 B, El Palmar, Marianao, vive en condiciones de extrema pobreza, junto a su hijo de ocho años, Liovani Zapata Juviel.
Su casa es un pequeño cuarto de tablas, con una barbacoa casi pegada al techo, en la cual se encuentra el reducido dormitorio. El agua de las filtraciones del techo ha podrido las camas en las que duermen.
El niño tiene un riñón fuera de lugar, padece de adenoides y presenta un marcado retraso ocasionado por la muerte de gran cantidad de células cerebrales. Explica Yaremi Zapata que este último padecimiento fue originado durante el parto, por mala manipulación de los médicos.
La seguridad social le brinda mensualmente una ayuda de 158 pesos (moneda nacional) que no le alcanza para nada. Como no le han proporcionado ninguna opción de enseñanza para su hijo, tiene que ocupar todo su tiempo en el cuidado del menor.
El pasado año, unos periodistas independientes la entrevistaron para dar a conocer su precaria situación. Acto seguido, se presentaron en su casa agentes de la Seguridad del Estado para advertirle que se podía “buscar un problema”. Solo esa vez la auxiliaron, al darle un colchón, una frazada de cama usada, y algunos jabones de baño. Yaremi Zapata considera que fue “una limosna para que mantuviera la boca cerrada”.
El Gobierno obvia la situación por la que atraviesan esta mujer y su hijo. La ayuda se queda en promesas.
La alegría apareció en el rostro de la angustiada madre, cuando Liovani posó cual fortachón y me despidió con una dulce sonrisa, ajena a la difícil situación que atraviesan.
Para Cuba actualidad: kikitodiaz53@gmail.com
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Autor: Enrique Díaz RodríguezEnrique Díaz Rodríguez: Periodista independiente, reside en La Lisa, e-mail: kikitodiaz53@gmail.com
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