CRISIS MIGRATORIA
| Ciudad de Panamá | 6 Ene 2016 - 10:40 am. | 1
La muerte del emigrante cubano, cuya causa confirmada resultó la gripe AH1N1, disparó la alarma entre las autoridades de salud de Panamá, que han reforzado la vigilancia entre las casi 1.000 personas varadas en la frontera de este país con Costa Rica, informó el martes una fuente oficial citada por la AFP.
"Se detectó un caso de muerte por AH1N1 (...) El paciente fue evaluado ambulatoriamente y luego se trasladó al hospital, donde falleció por un cuadro respiratorio severo", señala el comunicado del Ministerio de Salud (MINSA).
El fallecido, identificado como Rubén Ramos Casas, de 53 años, ingresó el pasado 2 de enero, junto a otros dos cubanos más con síntomas similares, en el hospital Rafael Hernández de la provincia de Chiriquí, fronteriza con Costa Rica, y murió al día siguiente.
A raíz de esta situación, las autoridades evalúan las condiciones de salud de los casi 1.000 cubanos que se encuentran albergados en la zona fronteriza, en espera de su visado para ingresar a Costa Rica y continuar su camino hacia Estados Unidos.
Las autoridades panameñas de Salud informaron que los otros dos emigrantes que entraron al centro hospitalario con el mismo cuadro "están bien de salud y en vigilancia especial".
El fallecido, al igual que los otros dos ingresados, habían sido ubicados en la comunidad El Progreso en la zona fronteriza de Paso Canoas, entre Panamá y Costa Rica, señala la agencia francesa de noticias.
"El MINSA ha fortalecido los equipos de salud y la vigilancia en El Progreso para prevenir y contener cualquier posible brote epidemiológico", puntualiza el comunicado de la entidad, emitido el martes.
La entidad rectora de salud de Panamá informó que inició una serie de acciones de prevención, como una jornada de vacunación, control vectorial y el establecimiento de un cordón sanitario en la zona.
El pasado 18 de diciembre, Costa Rica canceló "de manera definitiva" la entrega de visas a emigrantes cubanos, de los cuales 7.800 quedaron estancados en la zona norte del país, desde mediados de noviembre, cuando Nicaragua les cerró la frontera.
El gobierno costarricense ha negociado un acuerdo con países vecinos como El Salvador, Guatemala y México para crear un corredor que le permita a estos migrantes llegar a Estados Unidos, pero ha advertido que ya no recibirá a más de ellos, incluidos los 1.000 que esperan en Panamá.
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