POR: GUIJE CUBA
El 5 de abril en la Historia de Cuba
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• 1538 -
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- Combate Naval en Santiago de Cuba.
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Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 197-198 nos describe los acontecimientos del 5 de abril de 1538 en la Historia de Cuba:
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“El corso y la piratería perjudicaron y dañaron la obra de España en Indias. Sin ley ni freno de ningún género, los bandidos del mar constituyeron un peligro constante y un mal frecuente para las colonias fundadas en el Nuevo Mundo. Desde temprano comenzó Cuba a ser víctima de tales depredaciones.
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“El combate naval sostenido en el puerto de Santiago de Cuba por Diego Pérez, de Sevilla, contra un corsario francés, el 5 de abril de 1538, fue uno de aquellos sucesos provocados por los enemigos de España en Indias. Al tiempo de salir de Santiago de Cuba, el 4 de abril, un bergantín español fue apresado por una nave francesa, cuyo capitán, haciéndose guiar por un piloto aprehendido, al otro día, el 5 de abril de 1538, entró en Santiago poseído de la mayor soberbia. Los franceses recién llegados y los españoles de Diego Pérez se reconocieron como enemigos.
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“Rompieron el combate el mismo 5 de abril. Esforzados eran unos y otros contendientes. Hasta llegar la noche bregaron obstinadamente. Entraron en una tregua por la oscuridad nocturna. Los capitanes, por medio de fieles mensajeros, cambiaron recados muy comedidos y presentes de caldos, frutas y conservas y acordaron renovar el combate al día siguiente, continuarlo hasta que uno de los dos quedase vencido y no hostilizarse durante la noche, ni por medio de la artillería ni de las lanzas y espadas. Media semana, bajo el plan así combinado, mantuvieron la lucha. A la cuarta noche, como Diego Pérez recordase al francés lo estipulado en el sentido de sostener la brega hasta decidirla por uno u otro, el segundo hubo de responderle, con no disimulada arrogancia, que era ociosa la advertencia, pues estaba seguro de obtener la victoria y que, si ello resultaba deseo de Diego Pérez, en el acto podían reanudar la polémica. Mas el francés se hallaba quebrantado y con su desplante no quiso sino inspirar confianza a su adversario, que, demasiado creyente en las palabras de su enemigo, descuidó toda vigilancia y advirtió, al romper el nuevo día, que la nave francesa había abandonado el puerto de Santiago de Cuba.
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“Hubiera Diego Pérez preferido dejar totalmente vencido en el puerto de Santiago de Cuba a su adversario. De todas suertes, la victoria fue suya. Se holgó de ello al solicitar poco después, con el carácter de capitán y señor de su navío Magdalena, armas para rememorar sus servicios. En el documento en que tal petición formuló Diego Pérez relató las circunstancias del suceso, más sangriento en la primera embestida por el empleo de la artillería. Diego Pérez, que con su abnegación libró a Santiago de Cuba de las depredaciones del corsario francés, aspiró a que los atributos de su escudo fuesen un león y un lobo alzados en memoria de que había peleado como una fiera hasta hacer huir al francés, tres flores de lis para simbolizar el triunfo obtenido y árboles y aguas en recuerdo de los medios empleados en su defensa, encallando su nao y batiéndose con el éxito feliz reconocido por el gobernador Guzmán al participar la ocurrencia al emperador Carlos V.”
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