En noviembre de 1960, John Kennedy fue electo presidente de Estados Unidos. A los pocos días, Allen Dulles, director de la CIA, le informó sobre los detalles secretos del desembarco planeado para efectuarse por Trinidad. Especialmente se le explicó que el éxito dependía del control del espacio aéreo en la isla. El 4 de enero, la nueva administración recibió un informe del Pentágono que no dejaba lugar a la duda: “Se considera crucial que la Fuerza Aérea cubana, capaz de dar resistencia al desembarco, sea destruida o neutralizada antes de que las tropas lleguen a la playa’’.
El 30 de enero, el Pentágono y el presidente Kennedy aprobaron el desembarco, pero en pocas semanas altos funcionarios presentaron objeciones al plan de acción.
En esta coyuntura, el Secretario de Estado Dean Rusk propuso eliminar el plan de Trinidad por estar en una zona altamente poblada. Cuatro semanas antes del desembarco, Bahía de Cochinos fue apresuradamente seleccionada como playa alterna. Grave error.
Finalmente, el 4 de abril de 1961, Kennedy autorizó que todos los efectivos militares que integraban la Brigada 2506 entraran en acción para liberar la Patria. La fecha escogida fue el 17 de abril. Pocos días antes, los grupos de infiltración penetraron clandestinamente en suelo cubano para ayudar a la resistencia interna. Los pilotos, tripulaciones navales, personal de apoyo y los batallones comenzaron a desplazarse hacia sus objetivos. Fue un momento de enorme emoción. Sentimos el orgullo de ser los soldados de la libertad.
El 14 de abril, el presidente cometió otro gravísimo error al ordenar reducir a la mitad los aviones que participarían, al día siguiente, en el ataque inicial.
Decisión negativa porque limitó la efectividad del golpe militar y se perdió el factor sorpresa. A Castro le quedaron siete aviones que incluían dos reactores T-33 más veloces que las naves aéreas de la Brigada. Después vino la última y desastrosa decisión; la cancelación de todos los ataques aéreos a las bases de Castro, antes de iniciar el desembarco.
Es evidente que, durante la operación de Bahía de Cochinos, el presidente Kennedy exhibió una manifiesta ausencia de liderazgo. Su conducta errática fue factor esencial del desastre.
En la Brigada formaron hombres de todas las clases sociales de Cuba; estudiantes, obreros, profesionales, banqueros, maestros, periodistas, industriales y campesinos. Sus hijos respondieron presente al llamado de la Patria. Así fue como en aquellos días de abril de 1961 se vio brillar la bandera de la estrella solitaria que fue estandarte de hermandad en el combate y sudario glorioso de los héroes de la Brigada 2506.
** Previamente publicado en El Nuevo Herald el 17 de abril, 2017
*Pedro Roig es asesor Senior del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami. Historiador y abogado, es autor de varios libros y veterano de la Brigada 2506.
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