domingo, 15 de agosto de 2021

‘Antivaxxer’

Cuba, una potencia médica ‘antivaxxer’

El término se asocia con teorías de la conspiración. Debería asociarse también con el socialismo a lo Castro

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  • El Gobierno cubano alardea de ser una potencia médica. Ese higienismo de Estado es fuente de legitimidad. A falta de democracia, indicadores clínicos primermundistas. Los cubanos morimos septuagenarios, de cáncer e infarto. Sin votar en elecciones libres y plurales.

    Cuando los profesionales médicos desertan en el extranjero, la propaganda culpa al neocolonialista de robo de cerebros y a ese entrañable enemigo de la Revolución: el ‘bloqueo yanqui’.

    Ahora, en pleno pico de la pandemia, con una estructura hospitalaria colapsada, y sin más programa que la ‘continuidad del castrismo’, el Gobierno cubano se niega a inmunizar con vacunas foráneas, pagadas o gratis, a través de donaciones de ONG internacionales como Covax.

    Ante la oferta de vacunas del presidente Joe Biden, su

     homólogo cubano Miguel Díaz-Canel replicó en Twitter acusando a Estados Unidos de preocuparse por la crisis humanitaria en la Isla, en lugar de «eliminar las 243 medidas» contra Cuba impuestas por la administración anterior.

    Vicente Vérez, director del Instituto Finlay de Vacunas de La Habana, declaró a ‘Nature’ que, aunque respeta tales iniciativas internacionales, no cree en ellas. Así, las autoridades cubanas decidieron, sin consultar a los afectados, «confiar únicamente en nuestras propias capacidades para vacunar a nuestra población».

    En efecto, de los once millones de cubanos en la Isla, casi tres ya recibieron el ciclo completo de la vacuna autóctona (proteínas recombinantes), de casi cinco con al menos una dosis. El resultado no ha podido ser más catastrófico: el Covid en Cuba explotó exponencialmente junto a la campaña de vacunación, hasta casi medio millón de casos y cuatro mil fallecimientos.

    En cualquier sociedad abierta, esto podría llamarse iatrogenia institucionalizada. La prensa del Partido Comunista prefiere hablar de otra conquista de la Revolución. Y cuando el pueblo, en su desesperación e impotencia, se lanzó pacíficamente a las calles el domingo 11 de julio, las tropas élites lo reprimieron con violencia, ahogando en centenares de arrestos la voz de las víctimas, tras la ‘orden de combate’ de Díaz-Canel en la televisión nacional.

    En internet resuena el grito #SOSCuba de una ciudadanía no soberana, secuestrada por un poder a perpetuidad. La politización de la salud pública, por un gobierno que no rinde cuentas de su gestión, es un acto punible. Nuestro pueblo carece de vacunas efectivas por la arrogancia ‘anti-vaxxer’ del Estado. Al menos en España, esta irresponsabilidad criminal de La Habana no debería quedar impune. Los cubanos estamos muriendo en la Isla. No nos dejéis en sus manos.

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    Orlando Luis Pardo Lazo es escritor

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