por Giulio Meotti • 30 de Agosto de 2021
Por si no hubieran sido suficientemente humillados, funcionarios norteamericanos trataron de –a cambio de ayuda financiera y de otro tipo– obtener garantías del Talibán de que no atacaría la embajada de EEUU en Kabul. En la imagen, tomada el 30 de julio (Sayad Husain/AFP, vía Getty Images), un mural pintado en uno de los muros de la embajada de EEUU en Kabul.
"Lo que hemos visto esta semana en Afganistán representa un punto de inflexión en el declive de Occidente", escribió Ayaan Hirsi Ali el pasado día 18. "América se preocupa más por los pronombres que por el destino de las mujeres afganas".
Sirva como prueba la respuesta de la diplomacia occidental a la conquista de Kabul por parte del Talibán, sin disparar un sólo tiro y con sus combatientes deambulando como turistas por la ciudad.
«El Gobierno afgano debería reunirse con el Talibán y llegar a un acuerdo inclusivo». Aun antes de que Afganistán cayera en manos de los talibanes, el intrépido responsable de la política exterior de la UE, Josep Borrell, ya estaba implorando a los afganos que llegaran a un acuerdo con los islamistas.
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