(Tributo rendido al DR. MANUEL ANTONIO DE VARONA en Octubre de 1992 (1), y evocado ahora al cumplirse el trigésimo aniversario de su fallecimiento en Miami).
Quería haberle dedicado unas líneas cuando su corazón latía, pero la muerte ineluctable me ha privado de ese placer. Acato, pues, los designios de la Providencia. Lo que ayer iba a ser un mensaje de aliento al amigo enfermo, será hoy un adiós al patriota que se nos fue.
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