miércoles, 9 de abril de 2025

Un día como hoy, abril 9, en nuestra lucha contra el castrismo.

Un día como hoy, abril 9, en nuestra lucha contra el castrismo.

Dedicado a aquellos que dicen que en Cuba no se combatió el comunismo.

Comparta estas efemérides. Gracias.

PROHIBIDO OLVIDAR.

1959

EI Tribunal de Guerra que vio la causa número 14 de La Habana con motivo de la rebelión en el Distrito Sur de Cienfuegos, dictó la siguiente sentencia: Alberto Rodríguez Hernández, 30 años; Servando Abel Gómez Pérez, 20 años; Pablo Rodríguez Torres, 20 años; Pedro I. Gómez Ravelo, 15 años; Tomás Virgilio Domínguez Gálvez, 8 años y José Neyra Saavedra, 2 años.

1960

Adalberto Cuevas Herrera, exmiembro del Ejército Rebelde es fusilado en La Cabaña.

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El campesino y guerrillero Manuel Estévez Lugo es fusilado en el Central San Pablo de Zulueta, provincia de Las Villas.

1962

Benito Angel de la Paz Cabrera, “Benitico” miembro del equipo acrobático de la policía motorizada de La Habana y alzado en el Escambray desde los primeros meses de 1961 es sorprendido por la milicia castrista en la finca La Estrella y asesinado.

1963

El insurgente Francisco Cruz González es fusilado en Camagüey. Era campesino.

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Raúl Sánchez Hernández "Lalo", hijo del guerrillero anticomunista matancero Perico Sánchez, muere en combate contra las milicias en los llanos de Matanzas, su hermano Pedrito había caído también en combate dos días antes. En este combate también murieron el guerrillero Wilfredo Rodríguez Ojeda y cuatro milicianos castristas.

La siguiente información se obtuvo de Archivo Cuba.

Raúl se había unido inicialmente a la milicia de Castro, pero se desertó cuando su padre Pedro formó una banda guerrillera para oponerse al gobierno. Se ocultó durante dos años, sabiendo que sería ejecutado por desertor si lo encontraban, y finalmente se unió al grupo rebelde liderado por su padre, Pedro (Perico) Sánchez, donde también estaba su hermano Pedrito. Los aproximadamente 30 rebeldes se vieron rodeados por enormes fuerzas gubernamentales. Su hermano Pedrito murió y Raúl también murió combatiendo dos días después. Su cuerpo fue exhibido públicamente en una camioneta abierta, con altoparlantes proclamando su muerte, recorriendo su ciudad natal de Jagüey Grande y pasando frente a la casa de sus padres. Su padre, Perico, se negó a rendirse, pero también fue muerto más tarde.

1964

Los opositores Maricela Gago Rodríguez, Andrés Andrés Gago Rodríguez e Idalia Gago González naturales de Banes, Oriente desaparecen en el mar al intentar huir de Cuba donde eran perseguidos políticos.

1965

Antonio Martínez Valladares es fusilado en Santa Clara, Las Villas.

1967

Armando del Busto es fusilado en Guanito, Pinar del Río.

1974

Una potente bomba colocada en la Embajada de Cuba en Madrid causó daños de consideración sin afectar al personal que allí laboraba.

1991

El opositor Osvaldo Morejón Cárdenas desaparece en el Estrecho de la Florida durante una salida clandestina.

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17.- Reynaldo Villavicencio Estepa es acusado de haber promovido la expulsión del denunciante del Departamento de Informática de la Universidad de Las Tunas, alegando que vulneró el acceso limitado que dan las redes del Ministerio de Educación y que accedió a la Internet internacional donde manifestó ideas políticas no acordes con la revolución.

Villavicencio Estepa, que era en 2015 director de la oficina provincial de espionaje a la actividad de internet, llamada Oficina de Seguridad para las Redes Informáticas (OSRI), mencionó la supuesta vulneración en una conversación con colegas del recinto universitario, entre ellos el denunciante, y este fue advertido días después por sus superiores (el director del nodo y el director de informática) de que debía dejar la Universidad a fin de evitar un proceso legal en su contra, basado en sus comunicaciones prohibidas.

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Limpiar la sangre de La Cabaña

Ni un millón de Ferias del Libro limpiarán la sangre de los fusilados en las paredes de la vieja fortaleza de La Habana

Tania Díaz Castro                              marzo 2, 2015

LA HABANA, Cuba -Hace días terminó en la Fortaleza de La Cabaña la XXIV Feria Internacional del Libro, donde fueron fusilados cientos de cubanos a partir de 1959. El lugar menos idóneo para comerciar libros, de difícil acceso, donde hay que caminar un kilómetro para entrar a él y con una terrible historia de muerte.

En cambio, por los años cincuenta del siglo pasado, las Ferias del Libro se celebraban a lo largo del Paseo del Prado. Eran verdaderas Ferias del Libro, en las que participaban todas las editoriales del país, las librerías particulares y cualquier ciudadano que quisiera vender sus propios libros. Allí compré Mi vida, de Adolfo Hitler y La nueva clase, de Milován Djilas.

Son muchos los ex presos políticos que han escrito sobre lo que ocurrió en La Cabaña, cuando era prisión particular de Fidel Castro. Sus libros están prohibidos en Cuba, prueba irrefutable de cómo el régimen viola la libertad de expresión. En las ferias sólo se venden los títulos que el régimen aprueba.

Ni siquiera los más renombrados y traducidos a numerosos idiomas: Contra toda esperanza, de Armando Valladares, Veinte años y cuarenta días, de Jorge Valls, Rehenes de Castro, de Ernesto Díaz Rodríguez y Cómo llegó la noche, de Huber Matos, se han vendido en ninguna de las veinticuatro ferias organizadas por la dictadura castrista.

Sus autores, fundamentales para conocer la verdadera génesis de la tiranía castrista, narran cómo fue que pudieron sobrevivir en los calabozos subterráneos de La Cabaña.

El poeta Jorge Valls estuvo preso allí a partir de 1964. Todos dormían amontonados en el piso, sobre trozos de cartón, cerca de un túnel horadado en el grueso muro, con mucha humedad. La entrada estaba cerrada con una gruesa puerta de acero. La misma noche que llegó fusilaron a su mejor amigo.

¨La prisión –escribió- es el único territorio libre de Cuba, donde ya no podías temerle al arresto policial. Podían ejecutarte, pero estábamos acostumbrados a la idea de la muerte¨.

En el patio de La Cabaña esperan los condenados a que le llegue su hora

Huber Matos llegó a La Cabaña el 29 de mayo de 1966, junto a 160 presos plantados. ¨Nos hacen requisa con violencia -escribe-, nos despojan de las fotos familiares, las rompen, las tiran al suelo, las pisotean. Duele más que los golpes físicos¨.

El comandante Matos sobrevive en una celda de castigo construida en los tiempos coloniales, un hueco oscuro sin cama, sucio, lleno de ratones y cucarachas. Cuando suena el cañonazo, duerme en el piso, los zapatos de almohada. Pierde la cuenta de los días que lleva sin bañarse.

Eran miles de presos plantados en todo el país. Pero el pueblo no tenía cómo saberlo. Los medios de prensa eran propiedad estatal y la prensa extranjera dejó de venderse en los estanquillos del país en 1959.

Ernesto Díaz Rodríguez todo lo cuenta en detalles: las golpizas, el hambre, los fusilamientos, el hacinamiento de La Cabaña, donde cada galera albergaba un promedio 280 ó 300 prisioneros, todos sin ropa, cuando su capacidad era apenas de 60. La población penal era de 3 mil 500 presos políticos durante la primera mitad de la década del sesenta. Muchos estaban enfermos, o eran ancianos del Ejército de Batista que cumplían condenadas de 20 y 30 años.

Allí, ¨se fusilaba a todo el que se opusiera a la Revolución¨, como respondió en 1961 el Che Guevara a periodistas de la ONU.

El 26 de julio de 1972, visité, con mi hijo que entonces tenía diez años de edad, a los presos plantados de La Cabaña. El quería ver a su padre, Guillermo Rivas Porta, condenado a 30 años por razones aún no aclaradas, quien cumplió 22 en prisión y murió en el exilio en 1999.

El recuerdo de aquel lugar es demasiado doloroso para mí. Nunca pude borrar de mi mente aquel espectáculo tan desgarrador. Ese día descubrí, sin duda alguna, la verdadera naturaleza de Fidel Castro: monstruosa, vengativa, perversa y cruel.

Si les preguntáramos a los ex presos políticos plantados que quedan vivos en el exilio, por qué una fiesta de libros se realiza en ese lugar, responderán:

Ni un millón de ferias limpiarán de sangre las paredes de La Cabaña.

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