miércoles, 30 de julio de 2025

Por Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica

Por Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica

Introducción

Mientras el hambre se agudiza y la represión no cede, muchos se preguntan: ¿por qué el régimen castrista no aplica ya las reformas agrícolas que permitirían aliviar la miseria?
La respuesta podría no estar en la economía, sino en el calendario político:

El régimen castrista no busca una solución inmediata al hambre, sino sobrevivir políticamente hasta que un futuro gobierno demócrata en Estados Unidos le ofrezca una salida negociada sin condiciones democráticas.

Esa estrategia ya funcionó en Vietnam. Y podría repetirse en Cuba si no se actúa a tiempo.


I. El precedente vietnamita: represión política con apertura económica, y cooperación estadounidense

  • En Vietnam, el Partido Comunista mantuvo su poder total.

  • Reprimió la oposición, censuró la prensa, y liberó la economía sin democratizar el sistema.

  • EE.UU., con gobiernos tanto demócratas como republicanos, aceptó el modelo vietnamita y lo apoyó con comercio, inversión y diplomacia.


II. El cálculo del castrismo: sobrevivir a Trump, negociar con los demócratas

  • El régimen sabe que Trump no concederá nada sin condiciones políticas.

  • Sabe también que la diáspora cubana influye en la política estadounidense… pero no eternamente.

  • Apostar a tres años más de control, represión y hambre podría permitirle en 2029:

    • Aplicar reformas económicas puntuales como hizo Vietnam

    • Pedir el levantamiento de sanciones con el argumento de que se está “cambiando”

    • Conseguir el apoyo de un gobierno demócrata sin renunciar al poder


III. El riesgo de apoyar ahora la liberalización agrícola bajo control castrista

  • Si la oposición y la comunidad internacional apoya ahora medidas a medias sin exigir la democratización de Cuba, el castrismo podrá:

    • Simular una transición económica sin liberar realmente a los cubanos.

    • Ganar tiempo y legitimidad sin soltar el poder.


IV. El llamado: menos de tres años para impedir la consolidación del modelo Vietnam-Cuba

El pueblo cubano, su oposición dentro y fuera de la isla, y los aliados internacionales deben entender:
El momento para forzar un verdadero cambio es ahora.
Después de 2028 podría ser demasiado tarde.
Si el régimen logra consolidar una apertura económica controlada con apoyo internacional sin desmontar la represión, el modelo Vietnam castrista será irreversible durante otra generación.


V. El mito del “control cubano” sobre Florida: una influencia real, pero neutralizable

Una de las razones por las que el régimen castrista ha retrasado reformas económicas profundas es su apuesta a que el exilio cubano mantendrá la presión política sobre cualquier intento de normalización con La Habana.

 
Pero esta premisa ya no es tan sólida como antes.

  • Los cubanoamericanos representan entre el 5% y el 7% del electorado de Florida, pero su influencia real se concentra en ciertos condados del sur del estado (Miami-Dade, en especial).

  • Florida es mucho más diversa hoy: puertorriqueños, venezolanos, colombianos, dominicanos, afroamericanos y un creciente número de votantes independientes moderan el peso relativo del voto cubano conservador.

📌 En las elecciones presidenciales de 2020, el margen de victoria de los republicanos en Florida fue de 3.4 puntos. Sin embargo, si los demócratas logran movilizar a su base y a un 60% de los independientespueden ganar el estado sin necesidad de atraer al voto cubano mayoritario.

En otras palabras: el voto cubano ya no es suficiente para impedir un giro estratégico en la política estadounidense hacia Cuba, especialmente si un futuro gobierno demócrata cuenta con el respaldo de una mayoría electoral no influida por la narrativa del exilio tradicional.

Esto refuerza el peligro:

 
Si los cubanos no fuerzan un cambio ahora, el régimen podrá iniciar una apertura económica en 2029 con el beneplácito de Washington, sin ceder poder político ni rendir cuentas por la represión.


VI. Riesgos imprevisibles: el exilio cubano no puede apostarlo todo a Trump

Además, los cubanos del exilio están apostando a Trump, que puede perder la vida en un atentado, un accidente o una enfermedad.
Su vicepresidente, que asumiría la presidencia, no tiene compromisos con los cubanos exiliados.
Los cubanos están apostando a Marco Rubio, también sujeto al destino y a un cambio de timón en Washington.

No hay garantía de continuidad en la política republicana hacia Cuba. El exilio no puede depender de figuras individuales, sino de un plan estratégico activo y colectivo antes de que llegue el 2029.


Conclusión

No se trata de oponerse al bienestar del pueblo ni a la reforma agraria.
Se trata de impedir que el régimen utilice esas reformas para relegitimarse y perpetuarse.

 
A los cubanos les quedan menos de 36 meses para presionar por un cambio integral, no cosmético.

 
Después, lo más probable es que EE.UU. reabra las puertas, el turismo regrese, el dinero fluya… y la dictadura se fortalezca como en Vietnam.

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