lunes, 3 de octubre de 2011

Sin perder la calma




Escrito por Julio Antonio Aleaga Pesant


Santiago de Cuba, 3 de octubre de 2011


(PD) Chelo, de pie, cantaba con su hermosa y septuagenaria voz, mientras se arreglaba la montura de los espejuelos. Yaima le acompañaba con las claves, sentada en un taburete. José Luis, tranquilo sobre el escenario, miraba al suelo con los ojos cerrados y sacaba acordes a la guitarra de cajón, de manera tal que no existieran dudas de que estabas en la Casa de la Trova en Santiago de Cuba.

Era sábado en la tarde y unos españoles hacían silencio ante la insistencia del público, para poder escuchar al improvisado trío.

La Casa de la Trova de Santiago de Cuba, en Calle Heredia, a unos pasos de la casa natal del insigne poeta cubano, es de esas instituciones que marcan la cubanía en la profundidad del exergo “la nostalgia siempre empieza con la música”.

La visité por primera vez en el verano de 1969, de la mano de mi padre. Era una pequeña barbería donde llegaban trovadores, invitados por el fígaro. En los altos, había una casa de huéspedes, a quienes, por cierto, molestaban mucho las canturías y alegrías de “los bajos”.

Con el tiempo y la institucionalización de todo lo institucionalizable, la casa ganó en espectáculo y perdió su frescura y muchas fueron las estructuras que asumió hasta hoy, cuando existen tres salones, dos en la planta baja del edificio y una grande en la alta. Para “subir al cielo” se necesita pagar cinco dólares, y se disfrutará un espectáculo de música que comienza a las 11 de la noche. Los salones de abajo cuestan un peso el grande, y en el pequeño la entrada es libre.

Allí, en el pequeño, estaban Chely, Yaima y José Luis, cuando los encontré en la tarde del sábado. Flaco y desgarbado y con una humildad que rompe corazones, José Luis Lozada Badell es uno de los cubanos nominados al Premio Granmy de música tradicional en este año 2011. Como músico y compositor del Septeto Santiaguero se siente muy contento pero a la vez sorprendido ya que la mayoría de las canciones del disco pertenecen a un fonograma anterior, Ecos del Tivolí, grabado en 1994.

Como Elena Bourke o Arturo Sandoval, que residen fuera de Cuba y también nominados al Grammy de este año, la prensa oficial silenció el nombre de José Luis. Preguntado sobre el tema, solo afirmó: “El asunto es seguir con la trova, sin perder la calma”.

aleagapesant@yahoo.es

Foto. Aleaga Pesant

El trovador José Luis Lozada Badell, en la Casa de la Trova de Santiago de Cuba.

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