lunes, 29 de octubre de 2012

El renuevo del Diablo
Manuel Morejón Soler
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Cuba actualidad, El Vedado, La Habana, (PD) Se narra en Hechos de los Apóstoles 13:9-10:
"El procónsul Sergio Paulo, varón prudente, hizo llamar a Bernabé y a Saulo, pues deseaba escuchar la palabra de Dios, pero les resistía Elimas o Barjesús el mago (pues así también se traduce su nombre), procurando apartar de la fe al procónsul. Entonces Saulo, que también es pablo, lleno del Espíritu Santo, fijando en él los ojos, dijo: ¡Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor?"
Durante tres décadas de férreo ateísmo de estado, en Cuba no se podía ni hablar de Jesucristo.
Aunque desde 1991 el estado ha adoptado una posición más conciliadora hacia la religión y redujo su promoción del ateísmo, las iglesias todavía enfrentan restricciones de comunicación escrita y electrónica, y solo pueden aceptar donaciones de fuentes de financiación aprobadas por el estado. Las iglesias independientes no son reconocidas e incluso son reprimidas.
La plenitud del engaño y la maldad reunidos son las cualidades perfectas para poder gobernar impunemente a un pueblo. Un tiempo prolongado en el poder pueden hacer, sin duda, que un hombre se convierta en un renuevo del Diablo.
Es así de la única forma que se pueden trastornar los caminos del señor en un pueblo.
Donde Dios pone su iglesia, el diablo instala una capilla. Satanás está especialmente ocupado con los hombres que están en el poder, porque con su ejemplo influyen en toda la nación y más allá también.
Cuba fue fusilada espiritualmente. Tristemente, ha sido el primer y único país ateo en el área, lo que provocó que sea el de menos sacerdotes –católicos y protestantes- por habitante con respecto a cualquier otro país de América Latina.
Dice en primera de Corintios que "la semilla para nacer, primero tiene que morir".
Satanás, sin la iluminación del Espíritu Santo, contribuyó en el plan de salvación al crucificar al Señor en el Calvario: era menester su muerte para que pudiese resucitar de los muertos.
La muerte espiritual de Cuba atrajo un mundo de corrupción, pesimismo, terror y muerte. Pero todo esto era necesario para que donde haya abundado el pecado, sobre abunde la gracia del Señor y así pueda nuestro país resucitar. ¡Cuba resucitará!
Para Cuba actualidad: imorejon@yahoo.es

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