martes, 29 de septiembre de 2015

Cubanos y la homofobia: mastican pero no tragan


Muchos cubanos se muestran contra la homofobia, pero a la vez califican la homosexualidad como antinatura
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Muchos cubanos se muestran contra la homofobia, pero a la vez califican la homosexualidad como antinatura (foto tomada de Internet)
Muchos cubanos se muestran contra la homofobia, pero a la vez califican la homosexualidad como antinatura (foto tomada de Internet)
LA HABANA, Cuba.- En los últimos tiempos, resulta evidente que el gobierno cubano ha permitido una mayor presencia en los medios televisivos del tema de la identidad de género y promoviendo el respeto y la tolerancia hacia la comunidad LGBTI (lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e intersexuales).
Sin embargo, ante este cambio de actitud la sociedad cubana se agita en una diversidad de sentimientos encontrados, frente a un gobierno cuya ideología persiguió y combatió fuertemente la homosexualidad durante décadas, estimulando una cultura de tradiciones machistas que perdura hasta nuestros días.
Yogernis Ariel Pérez Ruiz es una transexual de 20 años que se prostituye, ofreciendo sus servicios sexuales en diferentes zonas de la capital en el horario nocturno.
Según el testimonio de Yogernis, “en Cuba hay mucho machismo; pero la verdad es que yo no lo entiendo bien. Yo soy una ‘dama de la noche’ y todos mis clientes son hombres casados. Los solteros solo son machos de día, porque de noche son más ‘locas’ que yo”.
Sin embargo, asegura: “Por mi experiencia, y la de muchas de mis compañeras de trabajo, te aseguro que la conducta machista y el rechazo social a los homosexuales es muy fuerte, aunque en la vida real son más los que disfrutan dentro del closet que fuera de él; como por ejemplo, la policía. Sí, porque la policía nos acosa y nos persigue, pero es para que le paguemos. Para que nos dejen trabajar tranquilos tenemos que pagarles 5 dólares y, alguna que otra vez, regalarles un favorcito sexual. Mucha homofobia y discriminación, pero cuando se trata de gozar todo el mundo quiere una tregua”.
Alejandro Domínguez Moreno, de 25 años y Rodrigo Alberto Rodríguez Verdecia de 21, una pareja homosexual con una relación de 3 años, afirman: “Es cierto que en Cuba existe el CENESEX (Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba) y alguna propaganda televisiva que abogan a favor del respeto a la diversidad sexual, pero la realidad es muy diferente”.
Yogernis Ariel Pérez Ruiz, de 20 años (foto del autor)
Yogernis Ariel Pérez Ruiz, de 20 años (foto del autor)
Domínguez Moreno, quien es Operador de Microcomputadoras, refiere: “Yo he tenido que abandonar algunos empleos, porque me resulta muy difícil ascender laboralmente debido a mi orientación sexual”.
Por su parte, Rodríguez Verdecia, graduado de Artes Gráficas, lamenta la persistente discriminación contra la homosexualidad, alentada por la cultura machista. “Yo soy una víctima de esa cultura arraigada en la mentalidad del cubano”, nos dice con tristeza. “Tengo apenas 21 años y he tenido que aprender a vivir con el rechazo de mi familia, que no me acepta como soy”.
¿Qué dice la iglesia?
A pesar de que todos los entrevistados calificaron la homofobia como “una conducta inaceptable”, dejaban claro su desacuerdo con las prácticas homosexuales considerándolas antinaturales o contrarias a la voluntad de Dios.
Frank Ramírez, de 59 años, es un pastor que lidera el templo “Rey de Gloria”, denominado Evangélico Pentecostal Asamblea de Dios, en el municipio Cerro, La Habana.
El pastor evangélico declara que “el homosexualismo es un trastorno de la moral, agravado por las teorías científicas que tratan de justificarlo y algunos subterfugios que lo protegen como parte de los derechos humanos; pero para nosotros los cristianos, que vivimos por la palabra de Dios –expresada a través de la Biblia- el homosexual es víctima de una enfermedad espiritual que puede ser curada, si quien la padece entrega su corazón a Cristo”.
Sin embargo, tanto el Pastor Ramírez como los cristianos evangélicos entrevistados, entre ellos el Ingeniero Mecánico Carlos Alberto Madruga Sánchez, consideran que la homofobia es “una anomalía de la conducta que puede afectar otras áreas de las relaciones sociales, y nosotros la rechazamos, porque nuestra misión no es juzgar, sino allanar el camino para que todos conozcan el inmenso amor de Jesucristo”.
De izquierda a derecha Alejandro Domínguez Moreno y su pareja Rodrigo Alberto Rodríguez Verdecia (foto del autor)
De izquierda a derecha Alejandro Domínguez Moreno y su pareja Rodrigo Alberto Rodríguez Verdecia (foto del autor)
Por su parte, el padre Manel, un sacerdote católico que oficia en la iglesia San Juan Bosco, ubicada en el municipio 10 de Octubre, La Habana, considera la homosexualidad como “un tema en extremo sensible con el que hay que ser muy cuidadoso”.
Apunta el sacerdote católico que “la iglesia es clara y firme cuando desaprueba la conducta homosexual, incluyendo el matrimonio y la adopción de niños por parejas del mismo sexo. No puede ser de otra manera, o no seríamos consecuentes con nuestra fe en la palabra de Dios. Dios nos ama a todos, pero no hay dudas que considera el homosexualismo entre los pecados de muerte. Ahora bien, Dios es perfecto y solo él puede juzgar y condenar. Nosotros, no tenemos ese derecho”.
La situación económica como contexto
Otras opiniones insistieron en relacionar machismo y homosexualidad con lo que consideraron “el caos económico que vive el país”, lo que ha incidido en el “aumento de la prostitución, donde a veces la identidad de género es solo una justificación”.
Jorge León Aballí, un Técnico en Refrigeración de 43 años, es de la opinión de que “en Cuba, el aumento de la prostitución homosexual por motivos económicos es visible, sobre todo de jóvenes que emigran del interior del país hacia la capital con el propósito de encontrar mejores opciones de vida; como por ejemplo, encontrar un extranjero que los saque del país. Y todos esos jóvenes, de todos los estratos sociales, necesitan a alguien que los encamine en el negocio, y es ahí donde aparecen los proxenetas –no solo los que ya existen, sino las nuevas generaciones que se van integrando a esa modalidad de vida.”
León Aballí considera que “mucha de la responsabilidad de que el machismo tenga un mayor arraigo en la cultura latinoamericana, y en particular en Cuba, es precisamente la necesidad económica, que afecta sobre todo a los grupos humanos que tradicionalmente han sido más vulnerables, como las mujeres, los homosexuales y los que se dedican a la prostitución”.
Frank Ernesto Quevedo Martín, un Venerable Maestro Masón, de 44 años, miembro de la Logia Habana, en Centro Habana, La Habana, considera que la homosexualidad “se ha convertido en una moda, impuesta por la crisis económica que vive la isla como consecuencia de la política errada y caprichosa del régimen cubano”.
El Venerable Maestro Masón, aunque asegura que está en desacuerdo con las prácticas homofóbicas y otras formas de discriminación, es del criterio que las relaciones homosexuales “son relaciones contra natura, inaceptables dentro de la masonería. Entre nuestros principios fundamentales está el ser un buen padre y un buen esposo, y eso solo se puede lograr a través del matrimonio entre un hombre y una mujer. Como ha sido siempre”.
Susana Mas Iglesias. Especialista en Psicopedagogía (foto del autor)
Susana Mas Iglesias. Especialista en Psicopedagogía (foto del autor)
Según nos informó Quevedo Martín, existen en Cuba alrededor de 29 mil miembros afiliados a la fraternidad masónica. En cuanto a los católicos y protestantes no fue posible obtener la cifra de miembros, aunque un trabajador que laboró en la Oficina de Asuntos Religiosos del Consejo de Estado, y no aceptó revelar su identidad, nos informó que “la cifra de católicos y protestantes no debe ser inferior a los 5 millones”.
Muchas opiniones expresadas por hombres y mujeres heterosexuales, que por razones de espacio no aparecen en este reportaje, mostraron su aprobación y solidaridad con la comunidad LGBTI y en particular con los homosexuales.
El testimonio de Susana Mas Iglesias, una Especialista en Psicopedagogía de 62 años, resume el sentir de muchos heterosexuales entrevistados cuando expresó: “Yo soy madre de dos muchachas, pero la verdad es que me habría gustado tener un hijo varón, aunque hubiera tenido que compartir con él mi creyón de labios”.
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