POR: GUIJE CUBA
El 28 de septiembre en la Historia de Cuba
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• 1906 -
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- Eclipse de la República.
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Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 549-550 nos describe los acontecimientos del 28 de septiembre de 1906 en la Historia de Cuba:
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“Tomás Estrada Palma inició su segundo período presidencial el 20 de mayo de 1906. Un trimestre después, el 19 de agosto, en lo que Leandro González Alcorta llamó la jura de Hato de las Vegas, en la provincia de Pinar del Río, surgió una chispa revolucionaria contra los procedimientos que habían determinado la continuación de Estrada Palma en el Poder. El Partido Moderado aparecía acusado de haber hecho imposible el libre ejercicio del sufragio. El Partido Liberal, prohijador de la rebelión, no había participado en la brega comicial del año anterior, pues, al conocer la trágica muerte de Enrique Villuendas, sus directores decretaron el retraimiento.
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“El movimiento revolucionario, extendido a través del país, pero con mayor incremento en las provincias de Pinar del Río, La Habana y Las Villas, pareció pronto irrefrenable. El Gobierno acabó por juzgarlo así. Y cayó en el extravío de solicitar la intervención de los Estados Unidos y el envío de tropas norteamericanas a La Habana.
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“El presidente Roosevelt prefirió buscar una solución cubana al conflicto surgido en la Isla. Envió a La Habana a William H. Taft y Robert Bacon, miembros de su gabinete. Los esfuerzos de estos legados fueron inútiles. La situación gobernante se negó a aceptar arreglo alguno que llevase consigo el reconocimiento de la insurrección. Estrada Palma convocó al Senado y a la Cámara de Representantes para que, reunidos en un solo cuerpo el 28 de septiembre de 1906, adoptasen acuerdos respecto de las renuncias de sus cargos formuladas por él y el Vicepresidente de la República.
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“En el salón de sesiones de la Cámara de Representantes se reunió el Congreso el 28 de septiembre de 1906. Antes que la lectura de la renuncia de Estrada Palma, los congresistas escucharon la de un escrito de afligente significación: el escrito por el cual el Presidente comunicaba haber aceptado las dimisiones presentadas por todos los secretarios del despacho. El Congreso conoció luego el texto de las renuncias de Tomás Estrada Palma y Domingo Méndez Capote, presidente y vicepresidente de la República, respectivamente. Un representante, Alfredo Betancourt y Manduley, se manifestó opuesto a que fuesen aceptadas y propuso que, con apelación a supremos argumentos, se arrancase del Presidente el desistimiento de su actitud. El senador Alfredo Zayas impugnó esta iniciativa, que juzgó ilegal y peligrosa. La mayoría se decidió por la proposición de Betancourt y Manduley. La sesión se suspendió hasta las veintiuna horas, a fin de que se cumpliese en el entretanto el acuerdo adoptado.
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“En vano el Congreso imploró del Presidente de la República el sacrificio de que retirase su renuncia. A la numerosa comisión de senadores y representantes que, con aquella finalidad, lo visitó en la tarde del 28 de septiembre de 1906, apenas interrumpida la sesión conjunta, expresó Estrada Palma serle imposible, porque se trataba de su decoro y de la dignidad del gobierno por él dirigido, volver sobre su determinación. Los representantes y senadores adictos al dimisionario, reunidos en la morada del senador Ricardo Dolz después de la infructuosa entrevista con Estrada Palma, deliberaron extensamente acerca de si debían acudir a reanudar la sesión del Congreso para elegir un presidente provisional. Las opiniones estuvieron divididas. Por veinte votos contra quince acordaron los moderados no concurrir a la Cámara de Representantes aquella noche memorable, y la muerte de la sesión del Congreso produjo el eclipse de la República.”
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