viernes, 1 de octubre de 2010
EN LA ESPERA VIRGILIANA
Por Hugo Araña
Matanzas, 2 de octubre de 2010, (PD) Aunque continúan nombrándote cuando conviene o algunos te nombren en un comentario, se observa como un intento, no de borrarte, que sería el colmo, sino al menos, de tenerte como algo inerte que se nombra en ciertos casos porque no queda otro remedio que nombrar tus generales: Virgilio Piñera.
Tu fama de iconoclasta, tu modus órale que se balanceaba entre lo irónico y la rispidez con que a lo mejor ocultabas tu humanismo, que no pocas veces te trajeron amargas situaciones, ésas acciones que se fueron acumulando para llegar hasta tu infarto final, ya no se nombran, ya pasaron al olvido.
Por pertenecer la categoría de maldito, que nunca te perdonaron, el oficialismo fabrica no muros, sino murallas, para que en la actualidad no surja un nuevo Virgilio que inquiete y se burle de los cánones establecidos, y parezca que nuestro panorama cultural se desliza por una panacea nunca antes vista en Cuba.
Si no te tienen en el olvido, al menos en las librerías tu variada obra no aparece. Si acaso, en las viejas, en las de libros usados, que cada día disminuyen, que llegará el día que desaparezcan para siempre, es posible conseguir algo de ti. Y por supuesto, el precio a pagar arruina cualquier bolsillo. Lo lamento por tus admiradores.
Poseo en la Biblioteca Independiente ‘Abraham Lincoln’ que dirijo, un volumen de 490 páginas, que recibí algo tarde, de acuerdo al año de su edición: ‘Virgilio Piñera, La memoria del cuerpo’, debido a la autora Rita Moreno, Ediciones Plaza Mayor, 2002, San Juan, Puerto Rico.
Sin duda alguna, este ensayo resulta imprescindible para cualquiera que desee investigar sobre ti, Virgilio, y las dos épocas por las que transitaste, fuera de los cánones que en Cuba se han impuesto al analizarte. Aunque es justo reconocerlo, hay algunos pertenecientes a la galaxia de las Letras, que aunque no sean muy valientes, rememoran trances por los que pasaste cuando te expurgaron, internándote en el ridículo y doloroso Quinquenio Gris.
Virgilio Piñera, gústele a quién le guste, mantendrás tu lugar en nuestra cultura. Que eras intratable y ácido, que sufriste persecución por tu vida sexual, que atacabas sin armas, a través de tus irónicas opiniones, que te gustaba jugar a la canasta, que atacabas a veces sin compasión alguna cuando un mediocre aspiraba a pertenecer a ese cuadrado nada perfecto de la Literatura Cubana.
Una vez, ya bastante lejos en el tiempo, tuviste una exclamación cuyo significado llega hasta nuestros días, como premonición inquietante, al sentenciar: “El momento cubano es terrible en todos los órdenes”.
¿Adivinaste la realidad por la que travesamos hoy? ¿Te adelantaste a los tiempos? Quizás en el fondo del panteón donde supuestamente descansas (que lo dudamos), en el cementerio de la ciudad de Cárdenas, en Matanzas, eres hasta capaz de reírte desde allí por la inquietud que esa premonición nos ha causado hasta estos días.
Nada. Que te olviden a medias, que los de siempre luchen porque no aparezca uno similar, que no tengamos en el mundo de la Cultura otro igual que tanta falta hace. Virgilio, querido amigo, estarás ahí para recordarnos como un axioma sin discusión alguna, que ser inconformes es la única posición para que UN ESCRITOR TENGA VALOR COMO TAL. Por eso, Virgilio, mientras esperamos tu próximo clon, te extrañamos.
primaveradigital@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario