miércoles, 17 de marzo de 2010
HOY EN EL CALENDARIO CUBANO 17 DE MARZO
En Matanzas, Cuba
• Santos católicos que celebran su día el 17 de marzo:
- En el Almanaque Cubano de 1921:
Santos Patricio, obispo José de Arimatea, confesor
- En el Almanaque Campesino de 1946:
Santos Patricio, obispo José de Arimatea, confesor
• Natalicios cubanos:
Guiteras, Pedro I.: -Nació en Matanzas el 17 de marzo de 1814 y murió en Charleston (Estados Unidos) el 3 de febrero de 1890. Escritor e historiador que dio comienzo a su carrera literaria con el estudio sobre “La educación de la mujer” que mereció premio en los Juegos Florales de 1848. Y uniendo la palabra a la acción, logró fundar un colegio de niñas según su leal entender y base de su pecuniario aportación junto con otros. En 1858 por motivos de salud fue a vivir al Norte y allí publico “Historia de la conquista de la Habana” (Filadelfia, 1856), e “Historia de la Isla de Cuba” (Rhode Island, 1866), reputada la mejor en su genero y de la cual se hizo una nueva edición (Habana, 1927) que prologó Fernando Ortiz.
El 17 de marzo en la Historia de Cuba
• 1896 -
- Llegó la expedición del “Three Friends” a Varadero con armas, municiones y un nutrido grupo de expedicionarios, al mando del general Enrique Collazo, siendo apresado el cargamento por los españoles. Esta embarcación hizo varios viajes a Cuba.
José Miró Argenter en “Cuba Crónicas de la Guerra (La Campaña de Occidente) - Tomo II: Segunda Edición” de la Editorial Lex, 1942, páginas 179-180 describe estos acontecimientos del 17 de marzo de 1896 en la Historia de Cuba:
“La expedición de Enrique Collazo había efectuado el alijo en el Varadero de Cárdenas. Puede asegurarse que este patriota, al hacer rumbo con el vapor Three Friends, a la provincia de Matanzas, era con el objeto de auxiliar a Maceo en la creencia de que lo encontraría aun en dicha comarca. Enrique Collazo, hombre de espíritu cultivado y militar de profesión, fue uno de los adeptos más firmes del separatismo no cesó de conspirar un sólo momento durante el dominio de España. Salió de la Habana en Noviembre de 1894, para ponerse de acuerdo con Gómez y Martí sobre los planes revolucionarios, y fue uno de los que dio la consigna para el levantamiento de Febrero. Quedó en New York preparando una expedición, que sólo pudo organizar después de algún tiempo, y pasando por toda suerte de vicisitudes, porque en aquella época la delegación del partido revolucionario no contaba con recursos suficientes. Por fin alistó la gente, se hizo de algunos armamentos, fletó el vapor expedicionario, y el día 17 de Marzo, a las cuatro de la madrugada, hizo rumbo a Cuba. Una vez en el mar ordenó al capitán que se dirigiera a Matanzas. En la misma noche del diez y siete ancló en el Varadero de Cárdenas, por error del práctico o del capitán, puesto que muy cerca del lugar existía un destacamento español, con el que sostuvieron pendencia los expedicionarios después de efectuado el alijo y enterradas en la arena las cajas de municiones.
“Al día siguiente se incorporaron a las fuerzas insurrectas de Miquelini, Cepero y Tavío, que acudieron al sitio del desembarco y pudieron rescatar la mayor parte del cargamento que se hallaba en poder de los españoles. El general Lacret encontró a los expedicionarios el mismo día 18 en el distrito de Cárdenas, cinco días después de haberse separado del general Maceo en la provincia de la Habana. Sabiendo Lacret la necesidad que tenía Maceo de pertrechos de guerra, dispuso mandarle 20,000 tiros en el acto, y para ello comisionó al coronel José Roque, con la orden estricta, de que alcanzara a Maceo en la comarca de Vuelta Abajo. El coronel Roque no cumplió la misión encomendada a su celo, toda vez que no llegó un solo cartucho al cuartel general (1).
“Los soldados de la invasión seguirían batallando con las cananas vacías hasta tanto que el oleaje del mar no les fuera venturoso y echara sobre la playa el codiciado utensilio.
“(1) El comandante militar de Cárdenas publicó "que había sido apresado un desembarco de armas en la playa de Varadero, y que después de efectuado, llegaron al fuerte numerosas partidas insurrectas. Sabíase que el destacamento se defendía, pero se ignoraban los resultados de la operación, saliendo varias columnas para defender el destacamento atacado. El contrabando de guerra, parte de una expedición desembarcada por Collazo, fue capturado por el destacamento de Varadero, compuesto de treinta hombres de infantería, consistiendo lo apresado en 121 cajas de municiones, nueve cajas de armamentos y otros útiles: 24 horas se mantuvo la fuerza sin comer en la trinchera, dando ejemplo el teniente y el sargento, que resistieron tres ataques".
• 1874 -
- Máximo Gómez en las Guásimas de Machado.
Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 159-160 nos describe los acontecimientos del 17 de marzo de 1874 en la Historia de Cuba:
“En los albores del año de 1874 los propulsores de la independencia de Cuba sufrieron quebrantos muy sensibles. Pero ni en la adversidad ni en la victoria se echó de menos la entereza de los libertadores. La acción de Guásimas de Machado fue ejemplo de lo dicho. El encuentro, que duró cinco días, del 15 al 19, y que tuvo su momento crítico el 17 de marzo de 1874, hubiera bastado por sí solo para acreditar la bravura de las fuerzas insurrectas. El combate de Guásimas de Machado resultó digna continuación de los de Naranjo y Mojacasabe.
“Las fuerzas que chocaron en Guásimas de Machado eran las cubanas mandadas por el general Máximo Gómez y las españolas a las órdenes del brigadier Manuel Armiñán. El primero se hallaba al frente de unos mil hombres. La columna del segundo se componía de tres mil de infantería y caballería y estaba provista de cuatro cañones. El campo donde la lucha se trabó se hallaba en un extenso potrero cruzado por un arroyo. Gómez dispuso sus tropas aprovechando las condiciones del teatro de la acción. La caballería española se envalentonó al encarar a los exploradores cubanos, pero en la embestida inicial cayó en los trampales dominadas por la gente mambisa de igual arma y en poco tiempo fue diezmada bajo el filo del machete.
“La caballería española estaba acuchillada. En su ayuda corrió inmediatamente la infantería. La brega se generalizó entonces. Tres horas de incesante combatir siguieron al primer choque. El brigadier Armiñán, maltrecho y confuso, hizo formar un vallado, en el que encerró a sus heridos e impedimenta. Los insurrectos, rodeando el conglomerado enemigo, a porfía infantes y jinetes, sembraron el terror y la muerte en las filas adversarias. La noche, sin poner fin a la función, aplacó a los combatientes.
“La contienda prosiguió. Al tercer día, el 17 de marzo de 1874, los españoles quemaron los cadáveres que en número crecido yacían insepultos. En medio de tanto peligro y tanto desastre Armiñán logró comunicarse con la ciudad de Puerto Príncipe, y el 18 recibió el refuerzo del brigadier Báscones con dos mil individuos de tropa, gracias a lo cual, aunque hostilizados de continuo por el general Máximo Gómez, pudieron ambos jefes hispanos emprender el 19 la retirada. Las bajas españolas, según confesión propia, ascendieron a cien muertos, trescientos heridos y ochenta contusos. Los cubanos sufrieron, si bien en número más limitado, la pérdida de valientes luchadores. Con Máximo Gómez, poniendo muy en alto la fama del Ejército Libertador, se hallaron en aquella sangrienta acción jefes y oficiales del prestigio de Julio Sanguily, Antonio Maceo, Angel Maestre, Lino Pérez y Emilio Ubieta.”
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