domingo, 14 de marzo de 2010
HOY EN EL CALENDARIO DE CUBA 14 DE MARZO
En La Habana, Cuba
• Santos católicos que celebran su día el 14 de marzo:
- En el Almanaque Cubano de 1921:
Santas Matilde, reina y Florentina, virgen y Santos Pedro y Eutiquio, mártires
- En el Almanaque Campesino de 1946:
Santas Matilde, reina y Florentina, virgen y Santos Pedro y Eutiquio, mártir
El 14 de marzo en la Historia de Cuba
• 1899 -
- Máximo Gómez y la Asamblea de Representantes de la Revolución Cubana.
Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 153-154 nos describe los acontecimientos del 14 de marzo de 1899 en la Historia de Cuba:
“La lucha sostenida entre el mayor general Máximo Gómez y la Asamblea de Representantes de la Revolución Cubana, reunida en una casa de la calzada del Cerro, en La Habana, acabó por revestir caracteres de extremada violencia. Las pasiones se enardecieron. Insostenible se hizo para la propia Asamblea toda situación de templanza que pudiese ser traducida en menoscabo del Ejército Libertador, de que aquel cuerpo era cifra y compendio. Desde los primeros días de marzo de 1899 la hostilidad al Generalísimo en el seno de la Asamblea tomo cariz alarmante. El partido contrario al caudillo estuvo pronto constituido por la mayoría de los Representantes.
“Julian Betancourt planteó la disyuntiva de que se aceptase su renuncia de representante por el Segundo Cuerpo del Ejército o se acordara la deposición del Generalísimo. Manuel Sanguily, queriendo acabar de una vez para siempre con tan enconadas luchas, presentó una moción concebida en estos términos: "Desde esta fecha queda suprimido por innecesario y perjudicial el cargo de General en Jefe del Ejército Cubano, pasando, en consecuencia, el mayor general Máximo Gómez a la clase de reemplazos." El debate a que esa proposición dio lugar fue largo -del 11 al 12 de marzo-, sosteniéndolo con viveza, unos para acusar a Gómez y otros para defenderlo, el propio Sanguily, Fernando Freyre de Andrade, Juan Gualberto Gómez, Emilio Núñez, Carlos Manuel de Céspedes y de Quesada, Aurelio Hevia, Domingo Lecuona y José Lacret Morlot. Arístedes Agüero pidió la ampliación de lo propuesto y discutido, y, aprobado su criterio, la moción quedo redactada en el sentido de destituir de su empleo al General en Jefe y suprimir el cargo por las mismas razones apuntadas por Sanguily. La Asamblea, poco menos que por unanimidad, lo acordó así.
“El acuerdo de exoneración del General en jefe exacerbó las pasiones. Los amigos de Gómez acusaron fuertemente a la Asamblea. Y la Asamblea, en sesión celebrada el 14 de marzo de 1899, decidió dirigir al pueblo y al Ejército Libertador un extenso manifiesto explicativo de su conducta.
“"Por grande que sea la emoción que esta medida haya causado -declaró la Asamblea en aquel documento-, por injustificadas que resulten las demostraciones de tumultuosas censuras que formulan principalmente aquellos elementos que durante la larga y gloriosa lucha, en que tantas ocasiones se ofrecieron a los que desearan de veras probar su amor sincero a la independencia o siquiera su indignación ante las atrocidades de sus enemigos, supieron convivir con los opresores de su patria y permanecieron cuando menos impasibles en medio de tantas y tan espantosas calamidades, la Asamblea sabe que, pasado el primer momento de ofuscación y desvarío, o cuando, cansados los agitadores interesados y maliciosos, se serenen los ánimos, podrá contar con la aprobación de los hombres honrados y de cuantos se interesan noblemente por el triunfo del derecho y de la libertad."
“La Asamblea estuvo inspirada en el anhelo de conservar su soberanía, proveniente del Ejército Libertador, como un valladar contra el cual se estrellase todo intento de imposición. No obstante el sólido prestigio revolucionario de sus componentes, careció del necesario para triunfar del inmenso que rodeaba a Máximo Gómez, ilustre conductor de las tropas emancipadoras e insigne agente de la reconstrucción moral del país. La opinión pública era favorable a Gómez.”
• 1897 -
- Llega la expedición del “Laureada” a Banes.
• 1896 -
- Antonio Maceo en la Provincia de La Habana.
José Miró Argenter en “Cuba Crónicas de la Guerra (La Campaña de Occidente) - Tomo II: Segunda Edición” de la Editorial Lex, 1942, páginas 149-151 describe estos acontecimientos del 14 de marzo de 1896 en la Historia de Cuba:
“Con el ataque a Batabanó quedaba perfectamente demostrado que las fuerzas acaudilladas por Maceo se hallaban en la provincia de la Habana, muy animosas y aguerridas, y no en camino de Oriente, maltrechas y descorazonadas, como Wéyler acababa de asegurar, en el famoso bando de pacificación que dio a la publicidad. Los órganos de la opinión pública, heraldos del servilismo oficial, tenían que explicar de cualquier modo el suceso de Batabanó, la presencia de Maceo en este lugar y el inopinado avance de las partidas insurrectas desde los límites de Matanzas hasta el mismo Surgidero de la costa Sur de la provincia de la Habana. "Fecunda ha sido la decena que termina en emociones de todo género" dijeron los órnanos de la opinión pública; "veíanse las gruesas partidas insurrectas ir hacia Oriente, esperábase ver pacificadas en breve las provincias de Pinar del Río y Matanzas, y de momento Maceo y Gómez se reúnen en Manjuarí, llegan juntos a la provincia de la Habana por la Ciénaga, y Maceo avanza con Quintín Bandera, cruzando toda la provincia con el propósito de encaminarse a Vuelta Abajo, sembrando de nuevo de cenizas el suelo y de terror los pequeños poblados. Corriendo Maceo con sus partidas hacia Pinar del Río, acosado y perseguido por fuerzas que de continuo le merman la gente, natural era que Gómez se viera precisado a venir a la provincia de la Habana para distraer las columnas a fin de que Maceo no sucumbiera; y en efecto, Gómez realizó el propósito, sin conseguir su objeto, porque ni para él ni para su lugarteniente faltan obstáculos, y uno y otro andan de mal en peor". Estas manifestaciones, que no necesitan comentarios, no explicaban nada que tuviera relación con los sucesos recientes, de suma gravedad para las armas españolas; y si algo decían era tan sólo en menoscabo del jefe supremo del ejército, que después de asegurar la huída bochornosa de Maceo y sus secuaces, estos y su capitán habían realizado acto de presencia en plaza guarnecida, y estuvo en un tris que no hicieran noche en los camarotes de algún crucero español.
“Levantamos el campamento a las seis de la mañana. Una sección de caballería tiroteó la máquina exploradora de un tren que se dirigía a Batabanó, y sin otro obstáculo tomamos el camino de Güira de Melena, para situarnos a media tarde en el ingenio Peñalver, en donde se hallaba el brigadier Pedro Díaz con toda la fuerza que tenía bajo su mando, la misma que se separó del Cuartel General en la tarde del 19 de Febrero, momentos antes de efectuarse el combate de Güines. Dicha brigada, al no poder incorporarse al cuerpo central después de la penosísima jornada de Moralitos, se corrió hacia el sur de la provincia en donde estableció una base de operaciones; mantuvo en constante alarma al enemigo que operaba por el distrito de Güira de Melena; hostilizó los trenes de la línea del Oeste y de Villanueva, interrumpiendo la circulación en varias ocasiones, y aguardó, en la comarca antes mencionada, el paso de la columna invasora en cumplimiento de las instrucciones que le fueron trasmitidas por el Cuartel General al día siguiente de la acción de Moralitos. La brigada que mandaba Pedro Díaz se hallaba perfectamente organizada, contaba con una brillante oficialidad y no le faltaban pertrechos; tenía además un escuadrón completo para el servicio de exploraciones. La mayor parte de sus componentes procedía de las Villas. Pronto tendremos ocasión de relatar la serie de proezas de esta bizarra tropa en el teatro de Pinar del Río.
“Cuando Maceo hubo levantado el campo de Batabanó, llegó a dicho lagar, en tren expreso, el general Arolas, para ser testigo de los estragos del asalto. En marcha nuestra columna, a excepción del tiroteo que sostuvo con los fortines del poblado, no fue menester destacar ninguna fracción para, reconocer al enemigo, que acudía tarde en auxilio de Batabanó, puesto que no advertimos señal alguna de su proximidad. Sin embargo, los periódicos oficiosos de la capital, siempre dispuestos a entonar alabanzas desmedidas, dijeron que Maceo salió precipitadamente del Surgidero al tener noticias de que se hallaba en camino la división del general Arolas, reputado como el más bravo de la milicia de Cuba en la época en que sobresalían Hernández de Velasco, Vicuña, Molina, Segura y otros jefes, no menos batalladores. El caudillo cubano que dirigió la marcha del ejército libertador desde Baraguá hasta Mantua, conocía perfectamente los méritos de los oficiales españoles que contra él lidiaron en diferentes ocasiones, y sabía apreciar el valor personal de cada uno de ellos, desde Santocildes hasta Suárez Inclán; sabía que eran arrojados y diligentes, el comandante Garrido de las Escuadras de Guantánamo, el coronel Juan Tejeda, el teniente coronel Bosch, el coronel Nario, el coronel Segura, el teniente coronel Palanca, que batalló en Manicaragua; el teniente coronel Pereda, que bregó en Calimete; el coronel Hernández de Velasco, el teniente coronel Sánchez Hechavarría, los generales Echagüe y Prats, los coroneles Vicuña y Molina, el jefe que mandaba el batallón de Asturias en el combate de la Colmena, y últimamente el general Bernal; pero no se había presentado aun la ocasión de juzgar al general Arolas, porque éste siempre se anunciaba, mas nunca salía a la palestra.”
• 1892 -
José Martí comenzó a publicar el periódico revolucionario “Patria” en Nueva York.
• 1840 -
- En esta fecha fue sentenciado a la pena de garrote vil por parricidio Marcos Escobar, conduciéndolo arrastrado al patíbulo, y después metido en un cubo en que represente animales según dispone la ley y arrojado al mar.
• 1816 -
- Se concede el título de “Siempre Fiel” a la Ciudad de La Habana.
• 1767 -
- Se crea el Apostadero de La Habana.
• 1566 -
- De las “Actas Capitulares del Ayuntamiento de La Habana” Tomo II 1566 - 1574, dirigida por Emilio Roig de Leuchsenring, Municipio de La Habana, Administración del Alcalde Dr. Antonio Beruff Mendieta, editada en 1939:
“Cabildo 14 de marzo 1566.
“En la villa de San Cristobal de la Habana á catorce dias del mes de Mar.... de mil é quinientos é sesenta é seis años se juntaron á consulta é cabildo segun que lo han de uso é costumbre conviene á saber el Ylustre Señor Garcia Osorio Gobernador y Capitan General por Su Magestad desta Ysla de Cuba é los Señores Juan de Rojas, digo de Ynestrosa é Francisco Dávalos regidores desta villa en presencia de mi el escribano de yuso escrito é lo que se trató en el cabildo es lo siguiente.
“Fué mandado se limpien y desyerben las calles é que se pregone publicamente so pena de un ducado al que no lo limpiare de aqui á este primer domingo é firmaronlo de sus nombres el cual ducado aplicánlo para el morro desta villa é gastos de guerra.- Garcia Osorio.- Juan de Ynestrosa.- Francisco de Avalos.- Bartolomé Cepero.”
- Próxima Acta Capitular del Ayuntamiento de La Habana: 24 de marzo de 1566.
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