lunes, 29 de marzo de 2010

Operación Caldosa






Por Máximo José García González

Delegado de la Comisión de Atención a Presos Políticos y Familiares.

Según Eugenio Orlando Ramírez Pedroso opositor pacifico y activista de la Comisión y Atención a Presos Políticos y Familiares (CAPPF), fue citado, vituperado y amenazado por el departamento de Seguridad del Estado (DSE), en varias ocasiones.

En las fotos: Miguel Amado Reyes Fonseca, Sergio Pastor Martínez Carrazana, José Martí Jiménez, Luis Herrera Linares y Adrian Melo Valdés.

“¡Lo nunca visto!” comenta Miguel Amado Reyes Fonseca, Vicepresidente de la Comisión de Atención a Presos Políticos y Familiares (CAPPF), Vice-Director en Cuba del Centro de Derechos Humanos Brigada 2506 que radica en Miami y Director del Buro de Prensa CAPPF/CDHD.

Desafortunadamente el pasado sábado 13 del mes en curso, y como es habitual en la isla, los órganos represivos del Departamento de Seguridad del Estado (DSE) sitiaron arbitrariamente el domicilio donde se realizaría una actividad netamente social entre defensores de los derechos humanos. Los gendarmes también expulsaron a todos los invitados e incluso uno de los detenidos lo condujeron hasta otra barriada donde fue liberaron no sin antes recibir amenazas de dicho órgano.

Afirma Amado que cuando se dirigían él y Luis Herrera Linares, hacia la vivienda de José Martí Jiménez, con el propósito de compartir en una actividad social, a la que fueran invitados ellos y otros amigos donde degustarían de lo que popularmente se le dice en Cuba caldosa, fueron interceptados por dos agentes del DSE, quienes le exigieron sus identificaciones, al mostrarle dichos identificativos, uno de ellos saco del bolsillo de su camisa un papel y señalo una de las caras que venían plasmadas, que coincidían con la de él.

Según Reyes Fonseca, estos sujetos le profirieron a ambos opositores que no podían seguir para la morada de Martí, al pedirle explicaciones, solo le respondieron que cumplían órdenes del alto mando, y que de ninguna manera los dejarían pasar al lugar y que debían retirarse por donde mismo vinieron.

Refiere Miguel que Luis entablo un dialogo respetuoso con dichos agentes, de violaciones de derecho humanos que habían cometido con él en días anteriores, pero en vista que no llegaría a ningún lugar con estos sujetos sin nombre, le sugirió marcharse del lugar, pues para su criterio estaban hablando con la pared.

Argumenta Amado que se marcharon para la vivienda de el otrora Vicepresidente de la CAPPF, Sergio Pastor Martínez Carrazana, pues él había sido informado también del convite, y al llegar a su morada fuimos informados que él había sido víctima del desafuero de los mercenarios al servicio del ya mencionado gobierno. Inclusive, Sergio llevaba unos embases para trasladar a su casa un poco de dicho alimento, para sustentarse algunos días junto a su madre y esposa, y le pidió a los inquisidores, que le permitieran ingresar dichos embases para luego recogerlos con el ansiado comestible, pero la respuesta fue rechazar dicha petición y que se retirara inmediatamente, y así lo hizo. Además Martínez Carrazana, enfatizó que justo en el instante que era detenido injustamente logró observar una lista (negra) con fotografías y datos personales de todos los que aparecen en esta denuncia, incluso su esposa, Yuney Alvarado Esquivel. Nos acechan arbitrariamente como a criminales, concluyó.

Más tarde, explica Reyes Fonseca fuimos informados vía telefónica por José Martí. El anfitrión de la recepción, que a todo invitado que iba llegando, le aplicaban el mismo método represivo sin ningún tipo de miramientos, excepto un amigo de Martí, opositor pacifico y activista de CAPPF nombrado Adrian Melo Valdés, que delante de la esposa e hijos una señorita de 15 años y otro de 2 años, después de ser maltratado verbalmente por los verdugos de los hermanos castro, diciéndole que no podía entrar al inmueble de ese contrarrevolucionario, lo obligaron a montar en un lada de color blanco, y lo condujeron a unos 30 kilómetros del lugar de difícil acceso llamado Rincón, donde lo dejaron tirado como a un perro sin recursos para regresar.

Señala Miguel que Martí le dijo que la familia de Melo quedo anegada en llanto, que a la esposa le subió la tensión arterial peligrosamente para la vida, pues no entendía que a su esposo lo trataran de esa manera por tan solo querer tomarse un poco de caldosa, que eso es lo más normal en Cuba, que hasta el mismo gobierno planifica caldosas en días festivos y nadie se lo prohíbe.

También le comento Martí, que cuando su familia se entero de que los tenían sitiados, acorralados como a animales, su hijo mayor de seis años se dio cuenta que su abuela estaba visiblemente alterada, pues mostraba ligeros temblores en el cuerpo y se reía constantemente sin que nadie le hiciera chistes, y además decía ¡que rico vamos a tomar caldosa!

Opina Martí que él nunca había visto a su suegra así, pues ella es una mujer seria y de pocas palabras, que estaba seguro que su estado se debía al acoso a que estaba siendo sometida ella y su familia por parte del régimen, y a la flagrante violación de los derechos humanos cometidas contra todas aquellas personas que de una u otra forma trataban de llegar a la morada de José a tomar un poco de caldosa, se echara a perder, sin importarle a estos esbirros el esfuerzo que llevo elaborar aquel alimento pues fue producto de una colecta de un grupo de opositores, para poder socialmente llevar a cavo una actividad a la que tienen derecho tan solo por el hecho de ser Cubanos. Concluye.

Publicado por Carmen Ferreiro en 2:10 p.m.

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