En esta foto parece que se está celebrando una boda gay con la novia vestida de blanco.
Lula y los Castro
"...Esta mañana he vivido una vez más esa sensación de asco e ira,
viendo al risueño presidente Lula del Brasil, abrazando cariñosamente a
Fidel y Raúl Castro, en los mismos momentos en que los esbirros de la
dictadura cubana correteaban a los disidentes y los sepultaban en los
calabozos para impedirles asistir al entierro de Orlando Zapata Tamayo,
el albañil opositor y pacifista de 42 años, del Grupo de los 75, al que
la satrapía castrista dejó morir de hambre -luego de someterlo en vida a
confinamiento, torturas y condenarlo con pretextos a más de 30 años de
prisión- tras 85 días de huelga de hambre".
"Cualquier persona que no haya perdido la decencia y tenga un mínimo
de información sobre lo que ocurre en Cuba espera del régimen castrista
que actúe como lo ha hecho. Hay una absoluta coherencia entre la
condición de dictadura totalitaria de Cuba y una política terrorista de
persecución a toda forma de disidencia y de crítica, la violación
sistemática de los más elementales derechos humanos, procesos amañados
para sepultar a los opositores en cárceles inmundas y someterlos allí a
vejaciones hasta enloquecerlos, matarlos o empujarlos al suicidio. Los
hermanos Castro llevan 51 años practicando esa política y sólo los
idiotas podrían esperar de ellos un comportamiento distinto".
"Pero de Luiz Inácio Lula da Silva, gobernante elegido en comicios
legítimos, presidente constitucional de un país democrático como Brasil,
uno esperaría, por lo menos, una actitud algo más digna y coherente con
la cultura democrática que en teoría representa, y no la desvergüenza
impúdica de lucirse, risueño y cómplice, con los asesinos virtuales de
un disidente democrático, legitimando con su presencia y proceder la
cacería de opositores desencadenada por el régimen en los mismos
momentos en que él se fotografiaba abrazando a los verdugos de Orlando
Zapata Tamayo".
"El presidente Lula sabía perfectamente lo que hacía. Antes de viajar
a Cuba, 50 disidentes cubanos le habían pedido una audiencia durante su
estancia en La Habana y que intercediera ante las autoridades de la
isla por la liberación de los presos políticos martirizados como Zapata
en los calabozos cubanos. Él se negó a ambas cosas. Tampoco los recibió
ni abogó por ellos en sus dos anteriores visitas a la isla, cuyo régimen
liberticida siempre elogió sin el menor eufemismo".
"...Cuando se trata del exterior, el presidente Lula se desviste de
los atuendos democráticos y se abraza con el comandante Chávez, con Evo
Morales, con el comandante Ortega, es decir, con la hez de América
Latina, y no tiene el menor escrúpulo en abrir las puertas diplomáticas y
económicas del Brasil a la satrapía teocrática integrista de Irán. ¿Qué
significa esta duplicidad? ¿Que el presidente Lula nunca cambió de
verdad? ¿Que es un simple travestido, capaz de todos los volteretazos
ideológicos, un politicastro sin espina dorsal cívica y moral?".
"Según algunos, los designios geopolíticos para Brasil del presidente
Lula están por encima de pequeñeces como que Cuba sea, con Corea del
Norte, una de las dictaduras donde se cometen los peores atropellos a
los derechos humanos y donde hay más presos políticos. Lo importante
para él serían cosas más trascendentes como el puerto de Mariel, que
Brasil está financiando con 300 millones de dólares así como la próxima
construcción por Petrobras de una fábrica de lubricantes en La Habana.
Ante realizaciones de este calado ¿qué puede importarle al 'estadista'
brasileño que un albañil cubano del montón, y encima negro y pobre,
muera de hambre clamando por nimiedades como la libertad?...".
Mario Vargas Llosa, El
País, España
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