martes, 20 de abril de 2010

ANALISIS DE JAIME SUCHLICKI


Habla de Cuba la Secretaria de Estado Hillary Clinton

Lunes, 19 de Abril de 2010 19:37 Jaime Suchlicki - Director - Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami

Recientemente la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, dijo que los hermanos Castro no quieren normalizar las relaciones con Estados Unidos porque el embargo de Estados Unidos sirve de excusa por los fracasos del gobierno cubano. Bien hasta ahí. No obstante, la pregunta que sigue a esa declaración es ¿Cuántos cubanos realmente creen que la escasez de plátanos, papas y frijoles en Cuba es resultado del embargo de Estados Unidos? Muy pocos. Los cubanos comprenden muy bien que la causa de la crisis económica en la Isla es la misma de Europa Oriental durante la era comunista: el fracaso de un sistema de planificación centralizada de la economía, que no produce y sofoca a la iniciativa privada.

Además, la comida no es parte del embargo de Estados Unidos. Durante los últimos años, Cuba ha comprado comida y productos agrícolas a Estados Unidos, y Estados Unidos se ha convertido en el mayor exportador de estos productos a Cuba.

Pero hay otras razones para que el general Raúl Castro no quiera normalizar relaciones con Estados Unidos. Eso significaría rechazar uno de los principales legados de Fidel Castro: su antiamericanismo. Durante el pasado medio siglo, la oposición a Estados Unidos y el apoyo a grupos revolucionarios y terroristas antiamericanos, ha sido la principal piedra angular de la política exterior de la revolución cubana. Moverse hacia Estados Unidos requeriría el debilitamiento de la alianza antiamericana de Cuba con grupos latinoamericanos y con regímenes radicales como son los de Irán, Siria y otros del Oriente Medio.

Desde el punto de vista de los hermanos Castro, Estados Unidos no tiene nada que ofrecer: turistas americanos que Raúl no necesita (dos millones de turistas visitan anualmente a Cuba); inversiones americanas que el teme que puedan subvertir a su economía altamente centralizada y controlada; y productos como medicamentos y equipo pesado que él puede comprar mas barato en otros países. Tampoco Estados Unidos puede dar a Cuba petróleo a bajo precio y con muy poca paga, si alguna, como hace Venezuela.

Envalentonado por la continuación del aporte generoso de Venezuela y recientes créditos cuantiosos de China, Irán, Rusia y Brasil, el general Castro se siente confiado de que los cubanos pueden ser pacificados con importaciones de comida y bienes de consumo, algunas concesiones económicas y más control y represión.

También la ayuda exterior le llega a Cuba, incondicionalmente. Ninguno de esos países tiene preocupación por el sistema político de Cuba, los derechos humanos o el retorno a la democracia.

¿Por qué Raúl Castro va a ofrecer concesiones a Estados Unidos cuando posee los frutos de las relaciones estrechas con esos países mencionados arriba? Aún en la cumbre de la incertidumbre que siguió al colapso comunista, los hermanos Castro insistieron en que no ofrecerían concesiones ni cambiarían el sistema cubano. Recientemente Raúl repitió esto. Ellos prefieren sacrificar el bienestar económico de los cubanos que ceder a las demandas de una liberación política y económica en Cuba. En el pasado ni los incentivos ni el castigo ha dado resultado con los Castro. No es probable que den resultado en el futuro.

Esto nos lleva a la evidente conclusión de que no todos los problemas y conflictos en los asuntos internacionales pueden resolverse por medio de la negociación. La política exterior de los Estados Unidos ha estado influenciada por décadas con la ilusión de que hay solución negociada para todos los difíciles conflictos internacionales. Sin embargo, hay disputas internacionales que no son negociables y solamente pueden resolverse con el uso de la fuerza o con prolongada paciencia hasta que el liderazgo desaparezca o cambie la situación. Aunque hay algunos conflictos que pueden resolverse con la negociación, otros son irreconciliables. Parece que el de Cuba hay que situarlo en esta última categoría.

Jaime Suchlicki es profesor de Historia, ocupa la Cátedra Emilio Bacardí Moreau, y dirige el Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami. Es autor de Cuba: From Columbus to Castro, ahora en su quinta edición; México: From Montezuma to the Rise of the PAN, ahora en su segunda edición, y recientemente ha publicado Breve Historia de Cuba.

Posted by Angélica Mora at 10:44 AM

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