
Por Rebeca Monzo
La verdad es que la palabrita se las trae, es de por sí misma de mal gusto, pero mucho más cuando se utiliza para cosas tan serias como son las huelgas de hambre.
En estos momentos en mi país está el Coco Fariñas, haciendo huelga de hambre. Comenzó cuando murió Zapata Tamayo hace ya más de un mes. Lo que Fariñas pide es la liberación de varios disidentes presos que están en muy mal estado de salud y, cuyo único delito fue disentir del régimen y tener la valentía de expresarlo públicamente.
Pobre del país cuyos ciudadanos tienen que acudir a semejantes prácticas para exigir cuestiones tan inherentes al ser humano como es la libre expresión de su sentir. Más pobre aún es utilizar el término de chantaje para definir estos actos de sacrificio personal tratando de desacreditarlos. Si embargo, este mismo gobierno calificó de mártires, erigiendo una tarja conmemorativa en un parque habanero, a quellos irlandeses que murieron tras una huelga de hambre. Muy lamentable, pero en este caso se trataba de terroristas juzgados y condenados por atentados y asesinatos, no por expresar libremente sus opiniones políticas. Hecho este, que tampoco justifica el desprecio por la vida humana.
Alguien que vino hoy a mi casa, me dijo que quitaron la tarja del parque, pero ya la imagen de la misma había recorrido el mundo a través de la red. Me pregunto cual habrá sido la razón para retirarla ahora, después de tantos años.
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