Enviado por ei en Abril 7, 2010 – 21:37 pm.
Luego de alusión fugaz al ejemplo de Zapata Tamayo como marca «deportiva», Víctor Sánchez acabó colándola por el ojo de la aguja. La huelga de hambre es un recurso de última instancia en el juego estratégico, que se pone sobre el tapete con la convicción de que se conseguirá lo que se demanda o se morirá en el intento. No había antecedentes en el castrismo que hicieran plausible el éxito de Zapata Tamayo en su martirio y mucho menos hay premisas para justificar a quienes se atrevieron a seguirlo. Fariñas ya está desvirtuando aquel sacrificio heroico, pero irracional, porque no surte efecto dramático estar en huelga de hambre con tanto alarde mediático. Y me parece que el ejemplo de Zapata Tamayo no sobrepasa la capacidad de resistencia de la disidencia, sino que manifiesta su incapacidad para dar respuesta adecuada. El enfrentamiento contra Castro no tiene por qué ser (más aún: no debe ser ) heroico: basta con que sea inteligente. (by Miguel)
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